A pesar de aquel comentario de Alexa que me había dejado en shock, el regreso fue divertido con sus inocentes preguntas sobre su hermano y yo.
Bajamos del auto y de aproximadamente veinte bolsas que había en el maletero del auto de Thomas, la mitad o más de la mitad eran de Alexa.
Ella tomó algunas, y yo tomé el resto y una bolsa de las mías que era una ‘compra especial’
Llegamos a la puerta y tocamos el típico timbre de las tres campanas. Y fue Thomas quien nos abrió.
—Son las tres veinte de la tarde— nos informó en tono de reproche.
— ¿Las tres?— pregunte sorprendida, nos habíamos demorado solo tres horas comprando. —Corre Alexa— le dije acelerada —La fiesta es a las cuatro— le dije recordando la hora marcada con letras rosas en la invitación.
Ambas corrimos escaleras arriba ignorando por completo a Thomas.
Seguí a la pequeña a la que seguramente sería su habitación. Con paredes de un color rosa, su dormitorio era decorado por muebles blancos, con una cama de color rosa pálido, digna de una princesa y con un hermoso velo que la cubría cayendo desde el techo.
—Que linda habitación tienes— le dije mientras corría el velo que cubría la cama para poner todas las bolsas en esta. Ella solo soltó una ligera risa. —Bueno anda a ducharte— le dije y asintió con la cabeza antes de entrar al baño.
Comencé a guardar toda su ropa nueva, efectivamente si tenía vestidos, pero se notaba a simple vista que no le quedaban más.
Guardé todo, dejando afuera un vestido rosa con florecitas blancas, tal y como a Alexa y a su madre les gustaban, además de unas sandalias blancas.
Salí de la habitación para que se vistiera, una vez lista me llamó, se veía preciosa.
—Ven para peinarte— le dije y comencé a acomodar su cabello tan parecido al de su hermano mayor. — ¿Lista?— le pregunté y con una enorme sonrisa asintió con la cabeza, estábamos por salir cuando recordé. — ¡Espera!— le dije señalando mi bolsa con la ‘compra especial’ y Alexa comenzó a reír.
Me senté en la cama y me quite mis tacones sacando un par de converse negros de la caja que estaba en la bolsa.
—Seguro le gustaran— apoyó la pequeña sin parar de reír —…Pero tu los odias— tenía razón, los detestaba.
—Estas en lo cierto— agregué entre risas —Pero son cómodos— algo bueno tenían que tener.
Bajamos las escaleras en pequeños saltos, y a la mitad de la escalera logre ver a Thomas abajo viéndonos.
—Acá te hago entrega de tu princesa— la pequeña estallo en risas. Yo miraba a Thomas esperando que le dijera algo, mínimo un ‘que bonita’ pero el desabrido de su hermano solo la alzo en sus brazos y le dio un beso en la mejilla.
Cambie mi mirada por una fulminante y sin que Alexa se diera cuenta articule sin sonido ‘Dile algo’
Me obedeció —Te vez hermosa. — le dijo y Alexa rodeo su cuello con sus brazos. —Ve y llama a Tanner, para ir a dejarte— le dijo bajándola y esta volvió a subir las escaleras para llamar a su hermano. — Te veo más…— seguramente era ‘baja’ ya que volteo hacia abajo buscando mis tacones, pero estos no estaban más.
— ¿Y eso?— soltó una carcajada di un paso hacia atrás para subir al primer escalón y estar más a su altura.
—Bueno, ya que siempre me criticas y me dices que soy una ‘hueca’ por mi forma de vestir— Thomas seguía riendo —Tal vez— alargue —Con esto ya no digas que soy más ‘estúpida’— sonreí —Porque ambos sabemos que tu sabes que no lo soy.
—No logro entender por qué tienes tanto interés en agradarme— dio un paso hacia mi — ¿Me lo puedes explicar?— me miraba fijamente — ¿Me puedes decir por qué tienes tanto interés hacia mí?
—Puede ser porque quiero que seamos amigos…— pase mis manos por su cuello —…o puede ser que me gustes— era más que obvio que no le diría ‘Por una apuesta que hice con Kendall.’
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Pensando solo en mi
RomanceGillian Eisley es lo que toda chica desearía ser. Hermosa, popular, rica; pero esta tiene un gran problema, no tiene amigas, tal vez todas quieran ser como ella, pero nadie quiere estar con ella. Su único apoyo es su mejor amigo, Kendall Marsden. A...