Capitulo 86

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Nicholas: ___, despierta... ____

Abrí lo ojos aun adormilada y miré a mi alrededor, aun seguía en el avión y Nicholas estaba al lado mío, mirándome mientras yo restregaba mis ojos para despertar de una vez por todas. Me sentía muy cansada

___: ¿Que sucede?

Nicholas: Acabamos de aterrizar – Miré por la ventana, borrosa por la helada que había, y pasé mi mano sobre el vidrio limpiándolo, el avión fue disminuyen la velocidad.

Cuando la aeromoza nos informó que podíamos desabrochar lo cinturones de seguridad bajamos siendo recibidos por un clima nevado. Lo primero que hice fue retirar a Crime, que para mi alivio estaba a salvo, y después nuestro equipaje para luego ir a tomar un taxi.

Le pedimos al taxista que nos llevara al hotel mas rentable que conociera y el asi lo hizo, nos hospedamos un lugar llamado Hotel Monterey Hanzomon donde el dia costaba 39 dólares, a 2.1 kilómetros del centro de la ciudad, apenas entrar a la habitación para dos personas caí dormida en mi cama y no me desperté hasta las dos de la tarde, cuando escuché el sonido de un teléfono sonar

___: ¿Hola? – saludé en forma de pregunta. Busqué a Nicholas por toda la habitación pero no lo encontré por ningún lado, solo su teléfono que acaba de responder porque era la quinta vez que sonaba y no me dejaba seguir durmiendo

Axel: ¡___! ¡¿Porque no responden el celular?! ¡prometiste llamar apenas llegaras y si no fura por Nicholas estaríamos incomunicados! ¡Sabes que me pongo nervioso fácilmente!

Gritó exasperado y yo me dejé caer en la cama de Nicholas aun tendida. Me sentía horrible y el clima no mejoraba nada, podía escuchar claramente los truenos y la lluvia callendo como si estuviéramos en el diluvio ¿asi de rápido cambiaba el clima acá?

Lo tranquilicé, hablé con los hermanos contándole lo poco que había visto de camino al hotel y ellos me contaron un poco de lo que ocurría en mi antigua ciudad, a Jean no lo mencionaron y yo interiormente agradecí que no lo hicieran, me sentía con ganas de desaparecer de la faz de la tierra o al menos perder la memoria para no recordarlo a el o la muerte de mis padres, cada vez que lo hacia sentía ganas de volver a llorar.

La puerta de la habitación se abrió y Nicholas ingresó con una bolsa de plástico en la mano, me despedí de los hermanos prometiéndoles que si los volvería a llamar, y me senté dejando el celular sobre las sabanas

Nicholas: Traje de comer – informó dejando la bolsa sobre la mesita junto a la ventana y yo asentí con la cabeza mientras me levantaba para ir al baño – ¿quien llamó?

___: Los hermanos, olvide llamarlos apenas aterrizamos

Nicholas: Yo compré un nuevo chip y les envié el numero por mensaje

___: Si, Axel me lo contó, ahora salgo – cerré la puerta tras de mi y me miré en el espejo, estaba muy delgada y tenia ojeras a pesar de dormir mas de la cuenta, me sentía muy débil. Llorar, eso tenía ganas de hacer pero me contuve, había pasado medio año con el rostro bañado en lágrimas y ahora que estaba en el lugar que siempre quise debía que ser mas fuerte, por mi y por nadie mas, ya no tenía padres que me mantuvieran y me protegieran, ahora era yo tratando de salir a delante en un país completamente ajeno y llorar no arreglaría mi situación, odiaba haberme convertido en alguien tan frágil...

Dos meses, ese tiempo había pasado desde que llegué a Tokio, con Nicholas nos mudamos a un pequeño departamento, no tan caro, cerca del Centro de la ciudad buscando en Internet y diarios. El lugar era bonito, no lo voy a negar, una planta grande con cuatro ambientes, pequeños pero acogedores, y un baño de tamaño regular. Todo el piso estaba amueblado, apenas ingresaba se veía una sala con dos sillones, una mesita de centro y un televisor en la pared que funcionaba a la perfección, algunas estanterías vacías donde tenía pensado llenar de libros y una alfombra gris que casi llegaba a cada esquina, decidimos que nos sacaríamos los zapatos cada vez que ingresábamos y llevaríamos a Crime a hacer sus necesidades a la calle porque sino lavar eso a cada semana seria un infierno. A la derecha había una puerta que daba a la cocina, había todo lo necesario como refrigerador, cocina con horno a gas y hasta un microondas, a la izquierda había un pasillo que daba a nuestras habitaciones, no eran grandes pero tenían camas y armarios con escritorios, no nos hacia falta nada mas y yo agradecía que todo el departamento no estuviera sacándonos un ojo de la cara, lo mejor era que podíamos tener a Crime. El dueño nos explico que solo lo alquilaba porque no quería dejar el lugar deshabitado y como no tenia nadie que lo cuidara, y tampoco lo quería vender porque le tenía mucho cariño, prefirió alquilarlo, no necesitaba un dineral a cambio pero ganar algunos billetes nunca era malo. 500 dólares al mes, y los servicios de luz y agua u otras cosas que quisiéremos como el Internet eran aparte, dividiéndolo entre los dos no era nada caro, casi costaba lo mismo que un estudio. Tuvimos demasiada suerte en encontrar ese anuncio en Internet.

Un pedacito de cielo ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora