Capitulo 89

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Ya hace varios minutos que estaba moviéndome de un lado a otro sintiendome completamente incómoda y adolorida, el frió penetraba las sabanas por mas que me enrollaba en ellas y el ardor que sentía en a garganta al toser no hacia mas que empeorar mi situación. Acomodé los brazos dentro de mi pijama rodeándome a mi misma para obtener mas calor y suspiré emanando aire caliente

Después de volver a girar sobre la cama un centenar de veces, buscando la posición adecuada, un ataque de tos me invadió haciendo que sintiera que mi garganta se desgarraba. Intenté pararlo pero solo lograba que este aumentara quitándome el aire asi que saqué de encima mío las sabanas, que me cubrían hasta la cabeza, e intenté llenar mis pulmones

Cuando vi donde me encontraba no sabia que me hacia toser mas, la enfermedad o la sorpresa

Jean: ¿Estas bien? – volteé al instante cuando escuché su voz e inevitablemente mi tos aumento. Joder, si seguía tosiendo asi moriría. Se acercó hasta la cama y se sentó a mi lado – respira, trata de respirar – decía mientras frotaba mi espalda ¿respirar? ¡eso estaba intentando! – mejor toma un poco de agua

Me dio un vaso que estaba tras el, sobre la mesita de luz, y yo traté de beberlo sin escupirlo

Luego de que el ataque fue disminuyendo respiré con dificultad y, con verguenza por la escena que acababa de dar, le devolví el vaso a Jean.

___: Gracias – mi voz sonó tan ronca que cerré la boca de inmediato

Y si la situación no era ya lo bastante embarazosa, para mejorar todo, acaba de darme cuenta que no llevaba ningún pijama solo tenía puesta una remera que se me había subido hasta las caderas, quizás un poco mas arriba. Me cubrí rápidamente las piernas y mi ropa interior inferior color negra que habían quedado al descubierto

Jean: De nada – respondió volviendo a dejar el vaso en su lugar

Ya no sabia que mas hacer o decir y no era tonta, aun recordaba como y porque estaba en este lugar y me arrepentía de haber aceptado subir a su auto, al menos debí darle la dirección de mi departamento para que me llevara directamente ahí asi no le daba mas molestias. Me ponía demasiado extraña cuando estaba cerca de el

___: Bueno... – carraspeé para aclararme la garganta y que el me pudiera escuchar mejor. Mi voz era como la de El Padrino versión mujer – creo que debo... irme

Jean: No, ahora no puedes – negó levantándose para luego entrar en una puerta situada en una esquina de la habitación, por la que había salido antes – tienes fiebre y los medicamentos aun no surgen efecto. Tendrás que quedarte en cama por lo menos toda la semana

___: ¿Que?... ¿Co...como que toda la semana? – me quede helada, mas de lo que ya estaba

Jean: Empeoraras si sales a la calle en tu estado

___: Pero yo no puedo... no puedo...

Jean: Claro que puedes – aseguró volviendo con un trapo entre las manos – solo necesitas reposo y tener a alguien que te cuide. Sola no podrás

___: Claro que puedo, no soy una niña, aparte tengo quien...

Jean: Shhhhhh, ya basta – me interrumpió antes de que pudiera explicarle e hizo que me volviera a recostar – si sigues hablando irritaras mas tu garganta, asi no mejoraras

Hubiera querido poder resistirme pero no podía, me dolía la cabeza tanto que no tenia intención de discutir, me encontraba con mi anatomía adolorida que hasta me molestaba cuando respiraba y la temperatura de mi cuerpo la sentía muy baja. Quizá debí haberme tomado el tiempo de pedirle a alguna de mis compañeras de trabajo un paraguas para refugiarme de la lluvia pero estaba tan encerrada en mi mundo, donde solo existía yo y mi resistencia, que ni pensé en el después.

Un pedacito de cielo ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora