Un pedacito de cielo ♡

Capitulo 66

La verdad no tenía ni idea de si se había dado cuenta pero no me importaba, el había estado con la platinada y yo no le dije nada. No respondí para no seguir hablando con el y volver a discutir, estaba molesta. El encendió el auto y lo puso en marcha, me puse la capucha para no mirarlo y fije mi mirada en la ventana mirando cualquier cosa que no fuera el, no era fácil tenerlo a mi lado en ese momento, estaba demasiado sensible y me comenzaba a doler la cabeza

Jean: Estas temblando – dijo parando en la luz roja de un semáforo pero no respondí – toma – puso su chaqueta sobre mi pero la aparte

___: ¿Qué parte de "no quiero nada que venga de ti" no entiendes?

Jean: Deja de pelear por un segundo

___: ¡No estoy...! – no terminé la frase porque sentí una gran arcada en el estómago y llevé mi mano a mi boca

Jean: ¿Que sucede? – me miró preocupado, volví a sentir que el estómago se me contraía desagradablemente y lo único que pude hacer es salir corriendo del auto, corrí hasta un pequeño árbol, me incliné y comencé a vomitar todo lo que había bebido. Jean corrió tras te mi y sujeto mi cabello para que no lo manchara, ahora también me sentía mal físicamente – ¿te sientes mejor? – preguntó dándome un pañuelo, yo solo asentí con la cabeza y me limpié la boca. Respiré hondo y me recosté sobre el árbol ¿tan fuerte era esa bebida? Creo que no debí mezclarla con el whisky – en el auto tengo una botella de agua, ahora vuelvo – corrió hacia el auto y en poco tiempo volvió, yo la recibí y me lavé rápidamente la boca, el sabor que tenia era desagradable – no se porque bebías absenta

___: Porque quería – respondí después de escupir el agua

Jean: Deja de querer pelear – paso su mano por su cabello

___: Entonces no me hables – aparté la mirada, el se veía realmente sexy hoy

Jean: ___... necesito que hablemos

___: Y yo te dije que no quiero – caminé hacia el auto y entré en el, la cabeza me dolía mas que antes, no volvería a tomar esa bebida en mi vida. Jean ingresó y volvió a poner el auto en marcha, mi mente era un completo laberinto y el alcohol que había ingerido no ayudaba en nada. Mi visión se empezó a tornar borrosa y sin darme cuenta ya estaba dormida...

Percibí un pequeño movimiento y luego un sonido como si abrieran algo, aun estaba algo adormilada asi que no le tome importancia y traté de continuar descansando hasta que sentí que me alzaban, abrí los ojos lentamente y vi el rostro de Jean junto a mi, se veía tan hermoso... hermoso..., ¡Jean me estaba cargando!

___: Bajame– dije moviéndome en sus brazos cuando comprendí que ocurría – ¡que me bajes!

Jean: No grites, despertaras a medio vecindario

___: Entonces bajame – pero no hizo caso, siguió caminando mientras yo me movía hasta que llegamos a la puerta de mi casa y me bajó, busqué mi llave en mi bolsillo rápidamente pero recordé algo – dame mis cosas

Jean: Primero necesito que hablemos

___: ¿Porque no dejas de molestarme? Yo no quiero hablar contigo ni ahora ni nunca... ¿ya no lo recuerdas verdad?

Jean: ¿Que cosa? – preguntó confundido

___: Lo que dijimos en el hospital... si te comportabas como un idiota me alejaría de ti... eso estoy haciendo ahora – me tragué las lágrimas y estiré mi brazo – ahora solo dame mis cosas y vete – el no respondió, se quedó en silencio mirándome fijamente con esos ojos tan penetrantes, lo que menos quería era que me mirara de esa forma tan intimidante. Mordí mi labio inferior algo nerviosa y lo que ocurrió segundos después no lo vi venir, en un rápido movimiento ya tenia los labios de Jean sobre los míos, una gran sensación recorrió mi cuerpo al sentir como me arrinconaba contra la puerta y me acariciaba el rostro, ¿que estaba haciendo? Lo alejé cuando me di cuenta lo estúpida que estaba siendo al dejarlo acercarse tanto y le di una fuerte bofetada – ¿Como te atreves? – dije con la respiración agitada y los ojos llorosos – tienes novia... no puedes ir besando a chicas por la calle, lárgate... ¡lárgate! – me acerqué y le quité de un fuerte tirón la mi mochila, busqué la llave de casa rápidamente y cuando la encontré abrí lo mas rápido que pude la puerta