𝔗𝔬𝔡𝔬 𝔩𝔬 𝔮𝔲𝔢 𝔫𝔢𝔠𝔢𝔰𝔦𝔱𝔞 | 𝔖𝔢𝔳𝔪𝔦𝔬𝔫𝔢

Capítulo 12❇

Las semanas pasaron, y lo hicieron sin problemas. Su madre parecía estar mejor, o quizás era el hecho de que Severus estuviera allí para Hermione lo que hacía que pareciera mejor. Hermione había ganado mucha confianza en el trabajo, y se sentía casi como si nunca hubiera dejado de practicar la magia. Los internos incluso habían dejado de hablar a sus espaldas porque se veían obligados a reconocer que tenía méritos para estar allí, y no era sólo porque fuera Hermione Granger. Tampoco porque se tirara al jefe. Harry seguía dejando de lado a Ron y a sus compañeros de trabajo para almorzar con Hermione y Severus una o dos veces por semana, tratando de volver a ser un buen amigo para ella. En los casos en que Severus tenía reuniones o planes con Minerva, y Harry no había planeado almorzar con Hermione, se sentaba con ella de todos modos.

Minerva, por supuesto, había escuchado la confirmación de que Severus y Hermione eran pareja, aunque ya lo sospechaba desde hacía tiempo. Quería que él la llevara a uno de sus almuerzos. Pero seguía siendo muy tímida en cuanto a su situación y al motivo por el que había estado desaparecida del mundo de los magos durante tantos años. Con Minerva, no podría mentir o simplemente ignorar las preguntas, como hacía con la prensa o cualquier otra bruja o mago que eran básicamente extraños fisgones para ella, a pesar de trabajar en el Ministerio y verlos en los pasillos a diario. Así que se excusaba y nunca acompañaba a Severus en sus reuniones con Minerva.

Pero ahora, casi tres meses después de que empezara en el Ministerio, Severus estaba convencido de que no había nada más que pudiera hacer por ella. Era brillante, tan brillante como si estuviera recién salida de Hogwarts. Sabía todo lo que había que saber y más, y estaba lista para comenzar su aprendizaje, y lista para mucho, mucho más.

Sin embargo, Hermione se sentiría mejor si se quedara más tiempo, sobre todo porque sólo podía leer en casa, y no practicar tanto como quisiera. Pero Severus no lo aceptaba. Ella estaba preparada, y aún faltaba un mes para el comienzo del curso escolar. Le convenía empezar antes para instalarse en su aprendizaje y con Poppy, empezar con tranquilidad antes de que los estudiantes inundaran aquellos pasillos. Por suerte, Poppy había planeado un viaje más corto este verano, y volvería dos semanas antes del inicio del curso, lo que dejaría a Hermione tiempo suficiente para hacer sus NEWTs antes de empezar a trabajar.

Y ella estaba lista para tomar sus NEWTs. No había absolutamente nada más que Severus pudiera enseñarle. Sin embargo, ella trató de entretenerlo, pidiéndole que le enseñara más, sobre todo porque le aterraba la idea de suspender los exámenes. Necesitaba al menos un Excelente las expectativas en todos ellos, y no estaba tan segura de que lo consiguiera. Ansiosa e insegura como siempre, Hermione intentó convencer a Severus de que debía mantenerla más tiempo, pero él no la escuchó. Programó los NEWT para la semana siguiente, y trató de mantenerla tranquila y centrada hasta que llegó el lunes.

Las pruebas estaban programadas especialmente para ella, por supuesto, ya que era la única que debía hacerlas en ese momento, y debían aplicarse allí mismo en el Ministerio, en una sala reservada especialmente para eso. Estaban programados para 4 días, de lunes a jueves. Ella tomaría uno escrito por la mañana y dos prácticos por la tarde. El miércoles sólo quedaría un práctico, dejándole más tiempo para descansar para el jueves, cuando tendría dos exámenes escritos, uno por la mañana y otro por la tarde, totalizando las cinco asignaturas, y diez pruebas.

Severus se tomó la semana libre, para darle apoyo y llevarla a casa cuando terminara -que siempre era antes de que terminara la jornada laboral- y asegurarse de que descansara y no repasara hasta la noche, hasta el agotamiento y la locura.

El viernes, ambos estaban libres, y Severus intentó que ella se relajara y se divirtiera un poco, pero por supuesto lo único que podía hacer era obsesionarse con los resultados, que debían llegar el sábado. Estaba convencida de que había olvidado muchos detalles de muchas respuestas y había hecho mal varios hechizos y pociones.