La cara enojada de Hyuga Hiashi daba miedo, si, pero Hanako no le temía, había perdido esa sensación desde que había terminado en el hospital debido a Sakura.
—Hiashi-sama, vengo a disculparme, Hinata no pasó la noche en su hogar por mi, le pedí que se quedara en mi casa.
—Entiendo... — el Hyuga la miraba como deliberando entre creerle o no creerle y mandarla al demonio, siempre la había visto como alguien rara a los alrededores de su hija.
—Si usted lo prefiere... Como compensación puedo hacer algunas actividades, las que usted desee.
Bueno, la parte buena fue que se le otorgó el perdón, la mala es que Hiashi le tomó la palabra y se la paso desde la mañana a la noche quitando las malas hierbas de la casa principal, luego pintandola entre otras cosas, lo peor de todo era que no había visto a Hinata.
Al final del día ya estaba saliendo de ahí, Neji apareció y ambos permanecieron estáticos.
—Uchiha...
—Hyuga...
Se miraron con evidente disgusto y luego salió de ahí.
Llegando a su casa se dejó caer en el sofá, claro que no se metería a la cama sudada y llena de tierra.
Al día siguiente tenía misiones y estaba casi segura de que estaría agotada, pero estaba bien, por no tener equipo casi nunca le daban misiones difíciles.
O eso creía.
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