Capítulo 4 "Dylan" [✓]

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[Grace]

Llegando a casa después de la reunión, encontré a Dylan esperando en la puerta. Se me había olvidado que hoy se quedaba a dormir. En el momento que aparcan el coche salgo corriendo a su dirección y me tiro a sus brazos.

— Quita de encima, que pesas mucho.

En cuanto me dice eso me aparto y le doy un golpe en el brazo para luego mirarle con cara de odio.

— Es broma, tonta. ¡Feliz cumpleaños!— añade para después abrazarme.

— Hola Dylan — dice papá por detrás de mí.

— ¿Cómo está tu madre, cielo? — dice mamá posando su mano en el hombro de Dylan.

— Sigue un poco enferma, pero ya se está recuperando, la semana que viene vuelve al trabajo.

— Me alegro, mándale saludos de nuestra parte.

Miro a Dylan y le indico que subamos a mi habitación hasta que nos llamen a cenar. Una vez ya en la habitación Dylan me pregunta:

— ¿Por qué habéis tardado tanto? No estabais en casa cuando he llegado.

— Ha sido culpa del estúpido de Aiden — le contesto poniendo los ojos en blanco.

— ¿Qué ha pasado esta vez? — Le miro y le explico todo lo sucedido esta mañana. — Y... ¿Alguna vez te has parado a pensar que igual quiere tu atención porque le gustas?

No puedo evitar soltar una carcajada al escuchar la estupidez que acaba de soltar Dylan.

— ¿Cómo puedes decir algo así sin reírte?

— Párate a pensarlo, siempre se mete contigo sin ningún tipo de razón. ¿Por qué lo haría sino?

— Bueno, ¿vamos a estar todos los días hablando de Aiden o aprovechando el año que me queda antes de irme?

— ¿Qué propones?

— ¿Skincare?

— No

— ¿Twister?

— No

— ¿Tarta de cocholate?

— Me gusta como piensas, aunque... me gusta más el chocolate. — dice a modo de burla — ¿Y si invitamos a Aiden a que pruebe tu pastel de cocholate?

— ¿Celoso?

— ¿De qué iba a estar celoso, cocholatito?

— ¿De que intente "captar" mi atención, cachorrito?

— ¿Cachorrito? — pregunta confundido.

— Porque parecías un perrito abandonado en la puerta esperando que llegue su dueña, osea yo.

— Touché.

[...]

La mañana siguiente me despierto al sentir el agua fría tocando mi cara.

— ¡Dylan! ¿Qué haces? — pregunto al ver a Dylan con un vaso vacío en la mano.

— Ups

Sale corriendo por toda la casa y yo le persigo con una chancla en la mano. De pronto, escucho como mamá nos llama para bajar a desayunar.

— En seguida bajamos, ¡en cuanto consiga cargarme a Dylan! — grito mientras sigo persiguiéndole.

[...]

— Para, para, para.

— Eso te pasa por tirarme un vaso de agua.

Si hay un castigo peor para Dylan que el de hacerle cosquillas, no lo conozco.

— T-tengo una sorpresa para t-ti— dice entre carcajadas, en ese momento me detengo.

— Soy toda oídos.

— Ve a por mi chaqueta y busca en el bolsillo izquierdo. — dice aún tratando de controlar su respiración.

Es... una pulsera y lleva de dije una patita de cachorrito,es sencillamente precioso.

No dudo en ir corriendo y saltar a sus brazos.

— ¿Supongo que te ha gustado?

— No, no me ha gustado ¡Me ha encantado! — digo escondiendo mi cara en su cuello mientras seguimos abrazados.

Tras decir eso, Dylan se pone rojo y vuelve a estrecharme entre sus brazos.

— Felicidades otra vez mi cocholatito, te voy a extrañar cuando te vayas y quiero que cuando mires la pulsera te acuerdes de mi.

HASTA QUE ME RECUERDES #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora