Capítulo 23 "En llamas" [✓]

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— ¿Por qué debería hacerlo si tengo novia? — me dice al oído, ya que el ruido de la música no me deja escuchar bien.

— No soy celosa y, ¿Por qué tendría que enterarse? — dije posando mi mano en su muslo.

Él se voltea hacia el camarero pidiendo dos copas mientras yo busco a Dylan con la mirada y observo que está en la posición exacta para llevar a cabo nuestro plan.

Cuando el camarero se acerca con las copas, me acerco a él para despistarlo mientras Dylan se prepara para poner el somnífero en la copa del objetivo.

— Después, podríamos ir a un lugar más tranquilo —insinúo mientras lo distraigo.

De esta manera sin pensarlo dos veces coge su copa y de un solo trago la acaba para después decirme — ¿Nos vamos? — a la par que extiende el brazo para que me coja de este y salgamos de la discoteca en la que nos encontrábamos.

Mientras salimos volteo mi cabeza hacia donde estaba Dylan para guiñarle un ojo y ver como sale disparado hacia la puerta de entrada, nosotros seguimos caminando hacia el exterior de la discoteca y lo guío hacia mi coche.

— ¿Y a dónde vamos? — dice mientras le indico que se siente en el asiento del copiloto.

— Shhh — le digo mientras le ayudo a entrar — Solo déjate llevar.

Me subo al coche, arranco el motor y me empiezo a alejar del lugar, me giró a verlo y veo como lentamente le empiezan a pesar los párpados, en ese momento sonrío, todo sale como esperamos. 5 minutos más tarde, ya alejados de todo, veo como su cabeza se cae ligeramente por el lado de la ventanilla.

— Se ha dormido — le digo a Dylan mientras este se levanta del asiento trasero, me mira, me sonríe y lo amordaza.

Llegamos al lugar, Dylan coge a la víctima amordazada, la lleva dentro sentándola en una silla y la ata de tal manera que no pueda escapar.

04:28 am

— ¡HMM!

— Ya se ha despertado — le digo a Dylan mientras él voltea los ojos. — ¿Quién va? ¿Tu o yo?

— Es tu presa, no me cargues al muerto — me contesta y me dirijo a la habitación donde se encuentra.

Oigo como forcejea a cada paso que doy hacia su dirección. Me acerco cortando cualquier tipo de distancia entre nosotros y le quito la mordaza.

— ¿Qué hago aquí y quién coño eres tú?

— ¿Me preguntas quien soy después de invitarme a una copa y acceder a venir conmigo?— noto la ira en sus ojos. — Tranquilo, no muerdo —me acerco a su cara — o igual sí...

— Para ser una cría tienes genio.

— Aún no me conoces lo suficiente — sonrío — esto acaba de empezar.

Tengo el presentimiento de que sacarle la información y conllevar esta situación será más difícil de lo que pensaba.

Comienzo a cachearle la camisa, el pantalón o dentro de los zapatos para ver si contiene algún micrófono o parecido, pero no encuentro nada.

— ¿Y qué es lo que quieres? ¿Dinero? ¿Droga? ¿Matarme?

— Te equivocas, no es nada de eso. O al menos ese no es mi trabajo.

— Ya veo, tú solo haces el trabajo sucio.

— Mira, será mejor que mantengas la boca cerrada y solo contestes cuando yo pregunte.

HASTA QUE ME RECUERDES #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora