Capitulo III

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"La felicidad no es exuberante ni bulliciosa, como el placer o la alegría. Es silenciosa, tranquila, suave, es un estado interno de satisfacción que empieza por amarse a sí mismo".

El amante japonés, Isabel Allende.


~×~


La felicidad nunca fue una parte de él. Sentía que no era necesaria y que no alteraba su vida.

—¿Por qué está enojado?

No tenía respuesta a esa pregunta y aunque su interior quería luchar o en ocasiones sólo quería gritar, nunca pensó en el por qué.

—Por ser débil.

—Hábleme de su infancia.

—...

—¿Puede hablarme de su madre?

—Kuchel, era prostituta y la verdad es que no tengo muchos recuerdos de ella. Al menos nada agradable.

—Continúe...

—La veía poco, éramos demasiado pobres y ella trabajaba gran parte del día y aún así nunca tuvimos algún tipo de comodidad. Era demasiado pequeño y cuando ella enfermó logré comprender que sufría mucho más de lo que yo lo hacía.

—Está bien, me puede describir ¿qué siente cuando la recuerda?

—Pena...

—¿Y?

—No lo sé, creo que miedo y soledad.

«Y mucha rabia»

—Sé que no es fácil contarme estas cosas pero le felicito; reconocer sus emociones y hablar de ellas es lo primordial para su recuperación.

No, la verdad es que seguía sintiendo incomodidad y vergüenza, pero estaba tan cansado, realmente deseaba dejar aquello atrás y olvidarse de todo.

—Hay un paso más que dar para ver un progreso y es el compartir su experiencia con alguien cercano. No le daré plazo ni será una obligación, pero tener a alguien con quien usted pueda contar, será de mucha ayuda en su tratamiento.

—No puedo.

—Sólo piénselo y socialice. Esto no tiene que ser un proceso solitario.

𝙰𝚍𝚒𝚌𝚌𝚒ó𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora