Capitulo IV

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"No sé por qué, pero hoy me ha dado por extrañarte, por echar de menos tu presencia".
Mario Benedetti


~×~


Al fin sentía un poco de paz, por largo tiempo se sintió cómodo y seguro, pero cuando se desmoronó pedazo a pedazo creyó que todo se había jodido. Ahora se daba cuenta que había sido necesario romperse de esa manera para poder contemplar la verdad.

Seguía siendo el mismo, pero también sabía lo distinto que se sentía todo. Era más común verlo sonreír y aunque no era su gesto favorito, lo disfrutó porque nunca lo había podido hacer por algo tan cliché como la felicidad.

Estaba yendo por toda esta vez, seguía al paso de la letra su tratamiento. Comenzó a socializar y a realizar actividades a modo de distracción, no podía pedir nada más. En el hospital lo respetaban, obviamente al principio fue duro, pero bastó demostrar sus habilidades y conocimientos para hacerse notar.

Por fin podía decir que sus colegas le agradaban, no todos, pero al menos había hecho un par de buenos conocidos con los cuáles charlar o simplemente tener una compañía agradable para el almuerzo; De hecho justo en ese momento ya veía a uno de los enfermeros mas dramáticos venir en su búsqueda, vaya que lo hacia reír ese mocoso.

-Papi Levííí -gritó ese moreno de ojos verdes que lo hostigaba todos los días -no me evadas malvado.

-Me sigues pareciendo demasiado perturbador Eren-dijo él tratando de mantenerse lo más serio posible con ese crío -¿Estás seguro que eres normal? La verdad hay momentos en los que temo por los pobres pacientes.

El joven Eren a parte de ser un muy buen enfermero, carismático y empático con sus pacientes, era considerado el líder de la cotilla y el humor en urgencias. Se podría decir que le agradaba y lo hacía reír, pero desde que lo conoció y logró ver su faceta malhumorada, no paró de molestarlo con el, "sí, papi Levi". Al principio le daban unas ganas terribles de caerle a palos pero después se fue dando cuenta que él era así con todos y se le pasó.

-Levi, a que no sabes ¿quién está de cumpleaños esta semana? -dijo mientras se reía -y estás invitado.

-No gracias.

-No te puedes negar -mencionó mientras se burlaba apuntándolo con sus dedos -es el cumpleaños de la esposa del jefe y están todos invitados. Obviamente si no están de turno y tú no trabajarás ese día, así que se dice "Sí, gracias".

-¿Es el cumpleaños de Carla? Pues hubieses comenzado por ahí, ya que ella sí me cae bien -dijo para irse del lugar.

-Eres tan cruel -gritó antes de perderlo en uno de los pasillos.

𝙰𝚍𝚒𝚌𝚌𝚒ó𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora