SURPRISE

Capítulo V: querido Dios... ¡en que mierda me has metido!

Cuando viva sin miedos seré libre; cuando viva sin miedos seré feliz; cuando viva sin miedos hare lo que me plazca; pero mientras viva con miedo estaré cavando mi propia tumba o peor aún estaré guiando mis pasos al infierno.

Me siento bastante agotada, no quiero levantarme de seguro ya vendrá mamá a regañarme y avisarme que el bus me iba a dejar

<<no espera...no hay bus y tampoco...escuela>>

Mi mente capta el reflejo de angustia que recorre mi cuerpo, abro los ojos recordando lo último que paso antes de caer dormida. Tengo flashes de sucesos que se acumulan en mi mente así que intento organizarlos.

Uno en específico se destaca entre los demás.

<<llévenla a la suite y que Leiel se haga cargo de ella>>

—¿Estas bien?

Salto de la cama con un grito que abandona mi boca, mis ojos captan una figura alta de traje rojo, este hombre esta recostado contra la puerta y me observa con un ceño que denota preocupación.

—No fue mi intención asustarte.

—¿Quién eres tú? —posiblemente no era la pregunta más sabia, pero como reacción del miedo mi cerebro no procesaba todo como normalmente lo haría. Intento recuperar el aire que se llevó el susto.

—Hola Antoinette, yo me llamo Leiel y seré tu guardaespaldas —tiene una sonrisa bastante amplia cuando lo menciona y creo que espera que le corresponda, pero no lo hago.

No iba a hacer preguntas cuando sabía que primero este chico solo estaba encargado de mi seguridad por lo tanto tenía superiores que le daban órdenes y él se cerraba a solo seguirlas, y segundo yo entendía luego de un rato procesando que me encontraba en la mafia, un lugar lleno de criminales peligrosos, y mi intención no iba a ser irritar a alguien para que le diera un arrebato y me quitase la vida o me torturara. Un poco exagerada pero mi conocimiento de mafias se basaba en películas de esta.

Como no le respondo se abstiene de hablar y ambos nos quedamos en silencio, uno que solo se llena con el silbido de los pájaros.

Me centro en observar la habitación, seguía en el piso así que decido sigilosamente levantarme y recorrer el espacio, aunque continuo bajo la mirada de Leiel no me retraigo de ninguna forma y busco por todo el cuarto las cosas con las que cuento y con las que no para utilizarlas a mi favor, bajo mis circunstancias actuales mi cerebro reúne detalles y por más pequeños o grandes los agrupo todos.

Primero ¿Qué clase de película erótica era esta?, la paleta de color que predominaba el lugar era rojo incluso las cortinas delgadas de seda se veían de un color carmesí, y ni hablar de la cama. Dato irrelevante, pero que de hecho me da algunas pistas las cuales excavando a profundidad me llevaron a deducir que el dueño del lugar definitivamente había planeado con sumo detalle los colores y espacios, la forma en como estaban ubicadas geométricamente los muebles lo dejaba en claro...un controlador señoras y señores, estaba encerrada por un obsesivo al orden.

Segundo, luego de observar el amueblado y los colores me dirigí a una puerta que supuse sería un baño. Mal no estaba... uno que tenía una pequeña ventana en la parte del techo donde solo podía observar el cielo, dato irrelevante, sin embargo, entendí que las únicas ventanas disponibles eran las que cubrían las cortinas que no había abierto y que no haría en la presencia de Leiel. Salgo del baño junto con el anteriormente mencionado que me seguía el paso.

Vuelvo a la cama luego de examinar estos detalles y disimulo mi inquietud por ver las ventanas ya que era lo único que me faltaba por inspeccionar.