Ahh 10

3 0 0
                                    

Los colores que pintaban su alma se fueron desvaneciendo, dejando tras de sí un gris apagado y sin luz. Pues había lastimado al menor, todo por culpa de su impertinencia. No escogió bien las palabras dichas y al final hubo heridos. Su mirada comenzaba a perder su brillo, a la vez que sus cambiantes orbes se quedaban en una figura simple y blanca. Observaba atentamente la escena, la molesta mirada del contrario que se ganó a pulso, mientras abraza al menor. Esos suaves sollozos, realmente lo fastidio, uso su punto débil sin darse cuenta, exponiendo lo que realmente pasaba con los problemas de su pequeño amigo. Lo utilizo a su antojo sin siquiera ser consciente de lo doloroso que aquello era, una acción repugnante que no será perdonada con facilidad.
—Vámonos. —el tono frío en su voz demandaba atención, sabía que los otros dos querían consolar al pequeño, pues pudo oír unos pasos temerosos acercándose. Issei ya había eligió con quien quería desahogarse, era mejor que los dejarán solos pese a lo poco que estos quieran. Se levantó del suelo con la mirada perdida y de dirigió hacia la puerta, evitando cualquier contacto visual con sus otros dos amigos.
—Ahora. —apenas dicho esto salió del salón, esperando ser seguido por el resto del grupo, aunque esta vez, sin uno de sus integrantes.

¿Como que irse? Claro que no, iría donde su hermano para apoyarlo y darle el consuelo que este se merece. No lo dejaría solo en una situación así, se quedaría y lo intentaría animar. Pero más pasos no pido dar, escucho la voz de Iris, como les mandaba salir de ahí por obedecer al contrario. Pero, quería ayudarle, le rompía el alma ver así a su hermano mayor. Y dejarlo con aquel extraño, no lo veía buena idea, pese a que a este fue al primero que abrazó. Tenía muchas dudad al respecto, y el ver como Mocca no hizo nada más que agachar la cabeza y obedecer no lo mejoraba. Quizá si deban irse, que necesite tiempo para pensar las cosas y tranquilizarse, no le gustaría ser un incordio más que un ayuda. Una última palabra por parte del mayor le hizo reaccionar, ya debían irse y todavía estaba insegura de que hacer al respecto. Los miro por última vez, antes de salir del lugar, aquel extraño parecía verdaderamente preocupado por su hermano. Viendo como correspondía el abrazo e intentaba animarlo con esas pequeñas caricias. Puede que no corra peligro, pero no se encontraba del todo cómoda que aquel esqueleto se quedara con su hermano. Aunque si así lo prefería este, no podía hacer otra cosa más que dejarles solos. Una vez los tres salieron, cerraron la puerta y se fueron de ahí, con Iris adelantándose otra vez. Sabía que a él también le dolió darse cuanta de que lastimó a Issei, pues pudo observar como su mirada perdió sus colores, sustituyendo estos, un blanco vacío y sin emociones.

Dolía ¿por qué dolía tanto? ¿Por qué no podía quitarse ese sentimiento de su alma? Era como una garrapata, tan aferrado a él que llegó a acostumbrarse, sin importarle todo el mal que le hacía. Simplemente lo ignoraba y decidía seguir con su vida, tragarse sus sentimientos era más fácil que admitir una triste realidad. Nunca será correspondido, su corazón estaba en un callejón sin salida, del que no podía salir. ¿Tan poco servía que seguía intentando buscar una? El amor dolía, era consciente de eso cuando aquello ocurrió, pero no puso trabas a sus sentimientos cuando se llegó a enamorar. Un tonto gesto que desencadenó por lo que ahora sufría. Llorando en el pecho del mayor, siendo observado por sus amigos, como si se tratase de un mono de feria. En verdad se sentía patético, que poco controlaba sus emociones. Debería haber tomado aquello con gracia y no darle más vueltas, seguir evitando un posible asesinato y no exponerse de tal forma. Iris traicionó su confianza, contando aquello como si no fuera nada. Estaba enfadado con el, pero no podía evitar que la pena le ganará. Seguramente lo hizo sin querer, sin ser consciente, pues luego de la petición de Nuit su tono de voz cambió. Parecía vacío y hueco, obedeciendo solo por inercia. Le costaba reconocerlo, pero no del todo. Algunas veces le llegó a pasar lo a mismo con anterioridad, como las emociones del mayor le abandonadaban cuando estas no hacían más que causar problemas. El sonido de la puerta cerrándose, ya se habían ido. La verdad, lo prefería así, no quería verse de esa forma con los demás. Hasta aún estando solo con Nuit intentaba llorar por lo bajo, sin que se notará mucho. Sentía ser una molestia para el mayor, que lo agarró a traición y este quizá prefiera irse. Lo entendería la verdad, no era lo suficientemente cercanos como para que este tenga que soportarle. Si todavía quería irse, estaba bien. Solo necesitaba unos minutos para recomponerse, tragarse sus amargos sentimientos evitaría que el mayor se sienta comprometido a quedarse.
—P-puedes irte si.. q-quieres..—le costo decir esas palabras, para que negarlo. Pues se sentía seguro con el mayor, como intentaba darle ánimos con sus sinceras palabras y gestos tiernos. Pero no quería tenerlo atado a él, seguro era incómodo para este.
—No t-te sientas comprometido a q-quedarte.. —eran inútiles palabras que invitaban al mayor a irse, pese a lo mucho que quería es este se quedará. Su alma dolía, necesitaba ese cariño ajeno, y hecharlo de esa forma no era una buena opción. Pero no sabía que hacer, sus sentimientos eran confusos, y su cabeza no hacía más que deprirmirle, pensando cosas que no eran. Obligándole a verse a si mismo como una molestia, un estorbo que se agarró a lo que más a mano tenía para no hundirse en lo que era su mar de sentimientos reprimidos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 09, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

📌 Notas 📌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora