REVIVAL (TWD) (DARYL DIXON)

CAPÍTULO 3

CAPÍTULO 3

Tell It to the Frogs

Me despierto cuando el sol de la mañana da contra mi cara. Tampoco es que haya podido dormir bien...desde que todo esto empezó no lo he hecho, como mucho puedo dormir unas cuatro horas como mucho.

El estar sola afecta más de lo que creía... no puedo dormir segura y tengo que estar siempre alerta, tengo que hacer todo yo y no puedo descansar, necesito interacción social porque al final acabaré hablando con los monstruos...

No es broma cuando digo que ya he empezado a hablar conmigo misma.

El calor al principio era insoportable pero poco a poco me acostumbro a despertarme sudada y con los pelos pegados a mi frente. Hace como una semana encontré un suministro de agua que estaba lleno.

¿Qué cómo lo descubrí?

Fácil. Mientras andaba por los tejados siempre suelo revisar los tanques de agua, cuando ese día estaba por los tejados de las afueras de la ciudad encontré un tanque lleno. Entonces decidí vivir durante un tiempo aquí.

Recogí la ropa que conseguí el otro día y fui hacia donde se encontraba el tanque. Con una manguera de ducha conseguí crear un tipo de ducha, la cual conseguía el agua directamente del tanque.

Me di una ducha, quitando así toda la suciedad del cuerpo, la sangre y el mal olor.

Una vez limpia me sequé como pude y me puse la ropa nueva. Aproveché que estaba aquí arriba y llené de agua un cubo para poder lavar la ropa.

La lavé a mano y la dejé secar, lo cual no tardó mucho gracias a este insoportable calor.

Cuando bajé al apartamento me puse otra vez el uniforme de los GEOS ahora limpio, ya que pensaba salir a buscar comida. Pero el sonido de un coche me hizo cambiar de plones. Me acerqué a la ventana y pude ver como una camioneta se iba acercando por la carretera que daba la bienvenida a Atlanta.

¿Por qué coño vendrían a una ciudad llena de esas cosas?¿Y cómo se les ocurre venir en coche?

Confundida vi por la ventana como dejaban el coche justo a las afueras de la ciudad, antes de la barricada que hicieron los militares cuando todo el caos se desató.

Con curiosidad les seguí con la mirada. Eran cuatro hombres. Un sheriff, un chico con ballesta al parecer bastante enfadado, un chico de color, y un joven con gorra.

¿Qué coño hacen aquí?

Cuando los vi adentrarse a la ciudad , no puedo quedarme sin hacer nada, por lo que con sigilo les empecé a seguir por los tejados. Tal vez necesitaban ayuda.

Pero tal vez son gente con malas intenciones.

Por eso decidí seguirles, y si veo que no tienen malas intenciones les ayudo en lo que necesiten. Tal vez ellos también me puedan ayudar a mí.

Veo como el pequeño grupo de chicos va caminando intentando no llamar la atención de esas cosas. Cuando me doy cuenta el camino que están cogiendo es el camino que llevaba donde estaba Merle.

¿Y si lo están buscando a él?¿Y si le quieren hacer daño a Merle?

Les vigilé desde las alturas y como ya predije , se adentraron al edificio donde Merle estaba esposado.

Bajé desde mi edificio hacia la calle por las escaleras, por las cuales varias cosas de esas se encontraron en mi camino.

Al llegar a la calle fui hacia el edificio de enfrente y al entrar vi varios monstruos muertos en el suelo con flechas en la cabeza. Recogí las flechas ya que supuse que el Robin Hood las querría.

Cuando subí las escaleras que daban a la puerta que en un principio estaba cerrada, vi que el candado se encontraba partido y la puerta abierta de par en par.

Me recargué en el marco de la puerta viendo el panorama.

Al estar cerca pude ver mejor quienes eran.

El sheriff tenía el pelo corto y rizado, el inicio de una barba, ojos azules y cargaba un revólver en su cadera.

El hombre de color tenía perilla y bigote. Era bastante corpulento.

El joven con gorra pude darme cuenta que era asiático. No parecía tener más de veinticinco años.

Y por último el Robin Hood, tenía el pelo corto y castaño. También tenía una perilla que le quedaba bastante bien. Desde aquí pude ver que tenía los ojos claros...pero tampoco me fijé mucho más porque estaba gritando.

—¡MERLE! ¡MERLE! — gritaba el ballestero.

Se acercó donde estaba Merle esposado y lo único que quedaba era su mano la cual yo ayudé a cortar y las esposa colgando.

—¡NO!¡NO!¡NO! — Se enfureció...

Pero lo único que mi cabeza podía pensar era...

¿Quiénes eran ellos?¿Por qué buscaban a Merle?¿Por qué sabían dónde estaba?¿Acaso fueron ellos los que le esposaron? ¿Por qué el ballestero parecía tener ganas de llorar?

Tampoco me dio tiempo a preguntar cuando ya estaba contra el suelo gracias a una llave que me hizo el sheriff...

Está bastante sucio el suelo.