POV SAM.
La primera semana pasó de largo sin ningún gran sobresalto. El orfanato no estaba del todo mal, por las mañanas tenían clases dentro del centro y por las tardes junto con otros niños de su edad podía elegir qué actividad realizar. Era extraño, porque muchos de los niños con los que ahora pasaba tiempo ya los conocía de la calle, o de grupos rivales de Pablo. La única pega que tenía era que no podía recibir visitas. ¿Por qué? ¿Habrá que cumplir algún requisito para poder tenerlas? seguramente María la estaría buscando o eso quería pensar ella. Conociéndola estaría preocupada, tenía que escaparse para ir a visitarla. Cuando Sam tan solo era un bebé, Pablo y ella se informaron de los orfanatos estatales de la ciudad, siempre se estado precavidos,
-¿Y tus deberes señorita Taylor? - Preguntó su profesora con seriedad. La pequeña salió de su ensoñación y puso su mejor carita de cachorro abandonado.
-Lo siento, se me han olvidado en el cuarto.- Mintió.
-Vale, no te preocupes, ve a por ellos, saldrás tú hoy a la pizarra a corregirlos- Le ordenó mientras se ponía a revisar la tarea de otro alumno. La pequeña con desgana se levantó de la silla, y se dirigió al cuarto compartido que tenía con las otras niñas. ¿Qué narices hacía ahora? ¿Se inventaba que los había perdido ?, joder, antes no tenia que pensar en estas tonterias, se limitaba a preocuparse por lo que que iban a cenar esa noche y nada más. Con impaciencia se acercó a su cama y sacó su cuaderno de debajo de la almohada abriéndolo por la hoja que tenía que corregir.
-¡Eh, pequeña Padawan! - Se burló el chico refiriéndose a su trenza.
- ¿Ya estás aprovechando las horas de clase para robar? - Le increpó Asher con sorna. Las risas de otros dos chicos que acompañaban al muchacho, salieron a la luz como dos orangutanes chillando. Asher, era de los más mayores que seguía en el hospicio. Un chaval de 14 años, bastante problemático que se jactaba por haber echado a perder todas las oportunidades que había tenido de poder ser adoptado. Solo se dejaba ver cuando iba acompañado de sus dos secuaces, que según Sam eran más tontos que un lápiz y no sabían pensar por sí mismos.
-¡Pierdete Asher! - Le contestó sin ningún tipo de miedo. La niña, a pesar de su corta edad y su baja estatura, se había enfrentado a chicos y chicas mucho mayores que él, vamos, que un niño de poca monta no iba a poder con ella.
-Vaya, ¿la huerfanita está de mal humor ?, ¿Pablito no te ha enseñado modales o que? - volvió a provocar. Sam, apretó los puños con fuerza, y se levantó de la cama con el cuaderno de matemáticas entre sus manos. No merece la pena, es lo que quiere, no entres en su juego, se decía una y otra vez para no caer en su trampa.
-Aunque ahora que lo pienso, que te va a enseñar, si Pablito está muerto- Volvió a instigar el muchacho de manera burlona. Se acabó, Samantha perdió la poca paciencia que le quedaba y tiró el cuaderno al suelo mientras se acercaba al muchacho de manera amenazante.
-Vuelve a nombrar a Pablo y te juro que vas a estar tragando dientes una semana- Le amenazó hecha una furia.
-Pablo, Pablo, PABLO, ¿ahora qué, pequeña Padawan, me vas a pegar? -
POV CARINA.
Agotada, se dirigió a visitar a su último paciente. Para el médico había sido una semana un tanto rara, Maya le confesó que había sido ella quién había llamado a los servicios sociales avisando que la niña se había dirigido al hospital. Al final, aunque a ella le podría molestar en mayor o menor medida, había hecho lo correcto. Su novia, llevaba toda la semana pendiente de su estado de ánimo, sabía que esa cría por lo que fuera había tocado su fibra y Maya era consecuente con esa información; valoraba, protegía y cuidaba las emociones de la italiana.
-Hola, soy la Doctora DeLuca, ¿Cómo se encuentra, señora Walsh? - Se presentó la médico, mientras leía por encima de la carpeta su historial. La paciente, Sarah de unos 34 años, había dado a luz aproximadamente hace dos semanas, era madre primeriza y cómo tal todo lo que supusiera un nuevo dolor en su cuerpo, le había volver a Urgencias de manera irremediable.
-Hola Doctora siento venir de nuevo a Urgencias, pero sigo con muchísimo dolor en el bajo vientre... La doctora Forbes me avisó de este malestar, pero esta noche el dolor se empezó a desplazar hacia la espalda, y casi no me podía mover, mi marido me ha tenido que ayudar a levantarme, porque no era capaz de poder hacerlo sola.- Narró nerviosa.
-Vamos a echar un vistazo, perdone, señor Walsh, ¿puede esperar fuera? Voy a comenzar a revisar a su mujer.- Ordenó de manera amable. El señor Walsh, sin poner ningún impedimento, salió nervioso a esperar en la sala de espera, en lo que la italiana la examinaba.
-Perdona, mi marido está cómo yo de nervioso... Últimamente con el pequeño no hemos podido pegar ojo- Explicó disculpándose. La médico le quitó peso, haciéndole saber a la mujer que era totalmente normal, cuidar de un bebe no era tarea fácil.
Después de un exhaustivo reconocimiento, Carina le hizo comprender que lo que le sucedía a Sarah era completamente normal en una madre primeriza.
-Sarah, estás perfecta no te preocupes, lo que te sucede es normal, las molestias son debido a las contracciones del útero, que sirven para que poco a poco tu cuerpo vaya recuperando su tamaño normal...- Ponte calor sobre la zona, o tomate algún analgésico... - Explicó afectuosa.
-De todas maneras, te voy a hacer una receta, que te ayudaría con las molestias ¿Vale? - Le tranquilizó sentándose en la silla, mientras encendía el ordenador para realizar lo que le había ofrecido. Unos golpes en la puerta a modo de llamada, la interrumpieron mientras intentaba acceder al programa.
-Adelante- Anunció dando paso.
-Warren, ¿qué haces tú aquí? ¿Ha pasado algo con Maya? - Preguntó preocupada levantándose de la silla.
-Perdona, Sarah, un momento- Se disculpó mientras salía de la consulta para atenderlo.
-Tranquila, Maya está perfectamente, hoy terminaba el turno antes que ella por eso estoy aquí, venía a buscar a mi mujer, pero de camino a su despacho me he encontrado con una persona en los pasillos, me ha dicho que te buscaba- Me explicó con una sonrisa.
-¿Quién? - Preguntó desconcertada.
POV MAYA.
El ruido de la sirena volvió a sonar en el interior del parque. La rubia salió corriendo del despacho, dispuesta a montar en el camión junto a Hughes y Montgomery.
-¿Qué tenemos? - Preguntó de manera profesional.
-Nos requiere en la avenida Newell Street, junto al Rogers Park.-
-¿En esa dirección no había acudido ya Gibson y Herrera? - Preguntó Maya contrariada.
-Así es capitán, Jack y Andy están teniendo problemas para sacar a los civiles ..- Explicó Montgomery mientras ponía en marcha el camión.
-Muy bien, vamos a sacarlos de ahí, date prisa Montgomery.- Ordenó inquieta.
-De acuerdo- Acató acelerando el vehículo
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CUIDADO CON LO QUE DESEAS, BAMBINA.
FanfictionA pesar de que el mundo está patas arriba, Carina y Maya están en su mejor momento. Salvo por un pequeño problema, problema que van a tener que aprender, y enseñar... ¿serán capaces? No sé qué va a salir de esto, pero espero que os guste ¡Disfrutad...