Un Corazón Roto En Unsberger.

Capítulo Ocho " La cena"

—Hola Anarelí ¿estás bien?—pregunta Federico agunstiado 

—si solo que tengo algo de calor —balbuceé 

—Ajam —dijo metiendo las manos a sus bolsillos 

—pensé que estabas de viaje con... Tom —comenté 

—si, fíjate que si, pero —alzó sus hombros—Tom conoce más los nuevos inversores y tengo mucho trabajo por hacer aquí, así que el se encargará de todo 

Asentí 

—Me alegra mucho verte por aquí de todas formas —comenté 

—Ya lo sé casi no me ves por aquí —dijo sonriendo y le imité su gesto 

—bueno jefe, espero que estés bien —dije señalando el baño y empecé a caminar pero una vez pasé por delante de él me llamó. 

—Espera Ana—dijo y volteé 

—Dime —lo miré a los ojos 

— ¿qué harás esta noche?—preguntó algo ¿nervioso? 

—Bueno, supongo que ir al apartamento y descansar—sonreí 

el empezó a negar con sus manos 

—Olvídate de eso—dijo—hoy te invito a cenar 

abrí los ojos sorprendida 

—A cenar? a mi ? ¿por qué? —pregunté asombrada 

—No he tenido la oportunidad de conocerte y eres gerente de una de mis sucursales, siento que he sido grosero contigo por culpa de mis viajes 

—No para nada, yo no lo veo así —comenté 

—De igual forma, no acepto un no por respuesta Ana —Dijo mirándome a los ojos 

—Esta bien —respondí sin más 

—Paso por ti a tu oficina a  las 20hrs? —preguntó 

—Dalo por hecho—dije mientras iniciaba mi marcha hacia el baño 

—hasta entonces —dijo a mis espaldas 

OMG ¿ qué acababa de pasar? gracias a Dios estaba de espaldas a el y no podía notar la expresión en mi rostro, era pura y sencillamente de sorpresa y emoción , pero por un lado de auxilio, el es el hermano del chico que me besé unas noches atrás y también ¿qué más? ah si, es mi JEFE. 

Entré al baño y la tristeza que sentía había desaparecido en ese pequeño instante, no podía creer lo que acababa de pasar hace unos segundos, es decir, Federico, mi jefe, el galán de telenovela, el galán inalcanzable que solo piensa en su trabajo y éxito, acababa de invitarme a cenar. 

Bueno pero vamos! claramente no es una cita, solo es conocer a una de sus empleadas, en una cena, en un buen restaurante, solamente está siendo cortes, a diferencia de su hermano Tom, Federico es un caballero. 

—Mantén tus estribos en orden —dije a mi misma señalándome en el espejo 

Abrí la llave y puse un poco de agua en mi cara, olvidé traer mi toalla así que a regañadientes saqué pedazos de papel de baño junto al tocador y los pasé desesperada por mi cara. Sí, era bastante claro y obvio que estaba algo eufórica por mi "cena" con Federico, es que cómo no estarlo,Federico medía aproximadamente 1,75,  era un poco acuerpado, su rostro era la versión mexicana de Armie Hammer, pero más agraciada, tenía ojos mieles y un cabello castaño precioso, su rostro, parecía tallado por los mismos dioses. 

De vuelta a la oficina con Greg, quien me preguntó si todo estaba mejor y al responderle que sí, me informó que el habían vario teléfonos del call center que estaban averiados y que tenía que firmar los reportes enviados por el técnico, así que lo hice, y también hice todas las tareas con una alegría que me quedaba difícil de explicar.