Capítulo Uno. "La Oportunidad"

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Mi nombre es Anarelí Rissotto, si ya sé, mi apellido es como el plato de arroz, pero ese se escribe con una sola "s". 

Mi nombre es poco común, por no decir que a nadie llaman así, y las pocas personas que bautizan con mi nombre, no llevan el acento en la "i", yo si, así que mi nombre se pronuncia de una manera muy particular "Anare-LÍ" , haciendo un último esfuerzo del poco aire que queda; de todas formas mis amigos me llaman "An" o "Ana" algunos me dicen "li". Tengo 22 años y me acabo de graduar de la carrera de Gerencia, y estoy a punto de tomar una terrible o una asombrosa decisión.

Toda mi vida fui criada en una familia de buen nombre y bastante conservadora, y ya imaginarán  que también sobreprotectora, no vine a conocer el mundo hasta que conocía a Erico López, o Erick como todo mundo le dicen, porque la masculinidad de ese hombre es tan frágil, que dice que Erico es nombre de persona "gay". Erick, fue lo peor que me pasó en mi vida, el fue ese casi algo que duele más que todos tus ex juntos. Fue un patán que se aprovechó -no sexualmente-de mi.

Todos en esta ciudad me ven como la niña frágil, la que se ilusiona rápido, la que solo quiere cosas serias, la niña de papi y mami, la protegido, la monja, ect, y siempre le pedí a Dios, una oportunidad para ser diferente, para alejarme de esta ciudad y de todas las personas que se burlan de mi, lejos de Erick y lejos de mi familia.

Así fue como se me presentó una oportunidad el mismo día que me gradúe, era un excelente puesto de trabajo en Reino unido en la ciudad de Unsberger, lejos de todo lo que un día conocí como vida, dispuesta a empezar una vida de cero al otro lado del mundo por tiempo indefinido.

Pero retomemos a lo que pasó el día después de mi graduación.

****

La alarma sonaba fuerte, posiblemente fue la primera vez que la oí sonar tan duro en toda mi vida. No recordaba casi nada de lo que había sucedido la noche anterior, me acababa de levantar y ni siquiera recordaba que ya me había graduado, porque de repente me estaba sentando en mi cama pensando que ropa iba a llevar hoy para la universidad. Y justo ahí recordé todo lo que había pasado anoche, y en resumen podríamos decir que era: Reino Unido y Erick siendo un idiota.

Lo último lo dejé en segundo plano, me levanté y antes de vaciar mi vejiga empecé a buscar la tarjeta de la maestra Kepner sobre mi ropa tirada en el piso.

—¡Que desastre!— Dije mientras levantada mi ropa sucia del suelo.

Dentro mi sostén tirado en el suelo,  relucía con felicidad una tarjeta blanca, a la que llamé, la tarjeta rumbo a la felicidad.

La cogí rápidamente, aún no era medio día, pero yo ya tenía mi decisión tomada.

Tal vez debería comentarle a mis padres, a mis amigos o a mi hermano, pero realmente quiero empezar a tomar mis propias decisiones y empezar mi nueva vida sin la influencia de nadie.

Tomé el teléfono y marqué 333-3422-435 en el teclado, me tomó unos segundos presionar la tecla verde para llamar, pero después de tomar una gran inhalación de aire, lo presioné. Puse el celular en mi oreja, y después de varios tonos oí la voz de la señora Kepner.

—Señora Kepner, soy Anarelí Rissotto, y quiero la entrevista con la empresa de Unsberger.

***

La entrevista era a la 1:23pm, estaba nerviosa, mi inglés siempre fue bueno, pero para mi ventaja era una empresa mexicana que decidió emprender en Reino Unido, así que la mayoría hablaba español, y la entrevista sería en el mismo idioma.

Claro la entrevista sería virtual, por que el CEO vivía en Reino Unido.

Eran la 1:20pm, en cualquier momento me hacian el skype, estaba muy nerviosa, me había maquillado y peinado, también estaba encerrada en el baño -claramente decoré la pared para que no pareciera el baño- porque lo que menos quería era que mi madre me oyera.

*Federico Montenegro la esta invitando a unirse a una videollamada por Skype |ACEPTAR| DECLINAR|*

Mi corazón empezó a latir muy rápido, apenas era la 1:21.

Tomé aire y acepte la llamada .

Federico es muy jovén y apuesto.

— Hola Anarelí, mucho gusto mi nombre es Federico Montenegro —dijo sonriente al otro lado de la pantalla, y desde aquí se podía notar que olía delicioso

— Hola Federico es un placer.— sonreí

— Bueno Anarelí, te cuento que esta entrevista será rápida porque no esperábamos tener una respuesta tan rápida de tu parte, Cristina nos llamó muy temprano y nos tocó mover un poco la agenda para poder realizar la entrevista, pero no te preocupes, nosotros estamos muy contentos de que hubieras decidido aceptar — dijo Federico con un tono de voz bastante profesional y dulce que te hacía concentrarte en él.

— Para mi es todo un gusto estar haciendo esta entrevista y espero poder ser lo que ustedes buscan —dije sonriente y bastante segura

— nosotros también esperamos que sea así, Cristina Kepner fue maestra mía en la universidad cuando ella estuvo en México, y confío demasiado en ella, me dio creo que las mejores referencias que la he oído decir de un alumno, así que con eso ya tienes un 80% asegurado el trabajo, posiblemente esto solo sea una mera formalidad para llenar el papeleo, así que quiero que si estas nerviosa, no lo estés, estas dentro prácticamente — dijo mirando la cámara y cruzando sus manos para darle más fuerza a lo que decía, siempre con su tono suave pero profesional que te generaba confianza.

— Muchas gracias a ustedes por esa confianza —sonreí

el sonrió

— Bueno, solo es una pregunta simple ¿por qué aceptaste la oferta? — preguntó poniendo su rostro ligeramente serio

tome aire, mi razón era dejar de estar en esta ciudad, pero no le podía decir eso, no podría ser tan infantil y patética frente a mi jefe...o futuro jefe.

— Acepté la oferta porque me acabó de graduar y para serte sincera tenía el miedo de no encontrar un buen trabajo estable donde pudiera explotar todo el potencial que tengo, y porque la idea de empezar una nueva vida en otro país también es bastante llamativa, pero a pesar de eso es poder crear un fuerte estatus profesional como gerente. — dije bastante segura

PERO DE DÓNDE SALIÓ ESO? no lo sé, pero me encantó y al parecer a Federico también

— Excelente Anarelí, era la respuesta que esperaba, o quizá más de lo que esperaba, para mi tienes el empleo, bienvenida a tu nueva vida -sonrió y yo con el — necesito que estés aquí en una semana, espero que tengas todos tus papeles en orden. Ten enviaré el contrato de trabajo con mi firma, para que lo firmes y lo presentes en la embajada de Inglaterra en tu país para que te den el permiso de estar aquí a tiempo indefinido.

— y dónde viviré? — pregunté nerviosa

— El primer mes y segundo mes la empresa te pagará un hotel, mientras tienes tu primer pago y puedas alquilar un apartamento.

— estupendo — dije a pesar de estar bastante conmocionada con todo esto.

— bien Anarelí, tengo una reunión en estos momentos, porque por ahora debo cubrir lo que harás aquí, te enviaré toda la información a tu correo. pero antes envíame los datos que te mandaré al mismo para poder hacer el papeleo correspondiente aquí ¿está bien?

— si claro, con mucho gusto.

—También te enviaré las normas de la empresa, es importante que las leas hoy mismo por si algo no te gusta, nos avises hoy.

— esta bien

— muy bien Anarelí, no siendo más nos estamos comunicando, que estés bien.



OMG! ¿qué voy a hacer? fue muy rápido todo esto, ¿cómo reaccionaran mis padres?

Bueno una cosa si tenía segura y es que debía gestionar los papeles yo sola antes de contarle, para mi suerte la embajada quedaba en mi ciudad y tengo bastantes ahorros para comprar el boleto de avión para ir. Y mis amigos se tendrían que enterar un día antes de que yo me fuera, o cuando esté en Unsberger.



Un Corazón Roto En Unsberger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora