Kim Namjon y Kim Seokjin son nuevos padres, cada miembro de su numerosa familia llega de manera peculiar y con el pasar del tiempo logran solidificar su amor por sus hijos.
¿Podrán mantenerlo por mucho tiempo?
Cuando la vida te ha golpeado tan duro...
Las sonrisas cansadas de los viajes del día no pudo acortar su felicidad.
Cuando llegaron del orfanato Joon tomó suavemente la cintura de su esposo por su espalda abrazándolo hasta cubrirlo y posar su mandíbula en ese cuello sensual que lo incitaba a pecar, daba pasos cortos balanceándose de lado a lado tarareando en su mente músicas viejas de esas que ponía Jin cuando se habían separado.
El tiempo pasaba y los años también ya no eran esos jóvenes que soñaban con comerse al mundo y tener de todo para una vida placentera y llena de lujos, las cosas habían cambiado y sus mentes en el transcurso del tiempo.
A veces sus trabajos los consumían y el tiempo ahora era algo que anhelaban tener.
—Cuando te vi pensé que eras creído. -hablo Joon con los ojos cerrados.
—Cuando te vi pensé que eras irreal. -contesto Jin, recordando esa vez que lo diviso por los pasillos del lugar de estudios.
—Todas las chicas y chicos te perseguían, no habia nadie que no quisiera llegar a ser más que tu amigo. - suspiro el mayor.
—Qué bueno que me tiraste un libro en la cabeza -rio
Rio Jin volteando entre los brazos de su moreno.
—No puedo esperar a que lleguen los niños. -hablo Nam sonriendo levemente y dejando un beso en los labios de SeokJin
El teléfono del mayor con el tono personalizado de su madre comenzó a sonar cortando el ambiente suave y agradable que habían formado. Ambos abrazados caminaron como pingüinos hasta llegar al centro de mesa de la sala para poder contestarlo.
—¡¡¿¿KIM SEBASTIAN SEOKJIN ALONSO TERCERO COMO ES POSIBLE QUE ME TENGA QUE ENTERAR POR LA PRENSA QUE VAS A ADOPTAR A MI FUTURO NIETO??!! -dijo su madre eufórica cuando escucho el pitido que avisaba que contestaron la llamada.
—Mamá cálmate -hablo Jin tratando de dialogar con su madre.
Y era cierto, el ultimo mes habían pasado cosas que ni el mismo se lo creía, lo atareado que se encontraba no se había detenido en informar a su familia o por lo mínimo a su madre y la única vez que llamo a su madre y su suegra fuero por los papeles de Nam pero nunca especificaron que van a adoptar o comenzar un juicio para la patria potestad.
—¡¡¿CÓMO QUIERES QUE ME CALME SI VAS A SER PADRE SEOKJIN?!!
—...
—No te preocupes ahora mismo estoy con la mamá de Namie y ya estamos viajando para allá -hablo la mujer cambiando totalmente la voz eufórica y enojada a una acompasada y calmada.
Lo último que escucho fue los pitidos del teléfono avisando que la llamada había sido terminada.
Bien, su mamá y su suegra, juntas, posiblemente en un avión, viajando, juntas, a la ciudad, para quedarse posiblemente una temporada, juntas, ya se enteraron que van a adoptar.
—Será un caos divertido. -respondió Nam feliz.
Si bien sus madres podían ser un dolor de cabeza, a veces le sorprendía la amistad que llevaban, porqué en un inicio al ser de clases sociales distintos no se llevaban bien del todo pues la familia de SeokJin siempre los menospreciaba y más su padre quien ni quería recibirlos sin antes guardar sus objetos de valor tachándolos de ladrones y demás apelativos.
La gota que derramo el vaso fue cuando descubrió que su hijo se había escapado con aquel moreno, pero poco pudo hacer cuando se entero que su esposa los respaldaba dando a conocer que ella los trataba de maravilla.
Tiempos tensos fueron los que pasaron, pero no iba a negar que con ello le trajo una gran amistad sin hipocresías y una de las mas sanas pues las parejas de los amigos de su esposo eran secas y caras largas sin pisca de humor.
Se miraron fijamente tratando de procesar lo que estaba pasando, realmente será un gran caso.
Las carcajadas de ambos hombres resonaron en el vacío lugar, la algarabía ya se podía sentir, con la venida de aquellas dos personas que amaban demasiado, siempre llevando sonrisas en los labios.
Dos clases sociales diferentes, pensamientos distintos y formas de crianza opuestos, era lo que las hacía tan especiales.
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