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El silencio ensordecedor, el frío que te cala los huesos, el dolor insoportable de los crucius de los idiotas y la caliente soledad dejaron una huella en la mente del Black.

En su estadía en Azkaban solía olvidar cosas, como el primer aniversario de Severus y él, su primera vez con Severus y él, las noches de chocolates, jugo y chismes con sus amigos, cuándo jugaban su hermano y él a las escondidas antes de que todo en su familia se derrumbara y algunas cosas más.

Dolor físico, ira descontrolada, pavor a la llegada de ese ser, la caliente sangre de su propio cuerpo y la fría soledad dejaron huella en el corazón del Snape Prince.

Recuerda muy bien la muerte de su madre y los golpes de Tobías -no se atrevía a llamarlo padre- le hicieron el hombre que es ahora, no suele confiar en las personas, así que Sirius tuvo que hacer un muy buen trabaja para que pueda confiar en él y en más de una ocasión ambos se quedaron en el castillo en las vacaciones de navidad, Sirius recibía regalos de Cornamenta, Lunático y Colagusano, Severus de Regulus, Lucius y de vez en cuando de Barty jr.

Ninguno jamás minimizó ni su dolor ni el ajeno, ambos sabían que los problemas eran duros, no importa cuán grandes sean, nunca dijeron algo como hay personas peor que tú y no se quejan tanto o no es para tanto, hay cosas peores no estaba bien decir esas cosas. Jamás minorices los demonios de alguien.

Ambos se amaron y fueron el soporte del otro en toda su vida y así estaba bien.

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Se despide

Adelfa-

Extras ºLibertad al finºDonde viven las historias. Descúbrelo ahora