Es que me gusta todo de ti...

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Estaba Valentine, esperándome en una mesa. Como no quería hablar con ella, me senté en otra mesa, pero no sirvió, ya que sentó conmigo.

-¿Qué Valentine? ¿Contenta con tu nota?- le dije vacilándole y molesta

-Sé que hice mal, lo siento es que lo necesitaba para entrar a una universidad- ya comenzábamos con las excusas.

-Claro, pero primero está la amistad, tío, sabías perfectamente que no me gustaba para nada ser famosa por mi poder, por tu culpa me has jodido la vida, primero porque hasta mis profesores están interesados en mi poder. Ni me hables Valentine.- le dije eso y decidí levantarme para irme a otra mesa.

-¡Noah, mi madre se está muriendo y quería ver a una saturnina! ¡Le conté que te conocí y que eras de Saturno y ella quería verte antes de morir! Lo siento...- dijo eso con la cabeza agachada, temas familiares dolían, lo sé porque sé lo que es vivir eso...

-Te perdonó, pero la próxima vez avísame ¿vale?- ella asintió llorando y me abrazó, pedí dos cafés y nos los tomamos las dos. Cuando de repente se abrió la puerta de la cafetería, entró Zack, y se acomodaba bien la camiseta y justamente yo estaba tomando mi café, al ver los abdominales mi principal debilidad. Escupí el café y me puse roja, tenía muchos abdominales y como dije era mi debilidad, cuando ya no se le veía nada. Volví a actuar normal, Valentine ya se dio cuenta.

-Tiene abdominales eh- me dijo vacilándome, le hizo un gesto para que se callase, pero paso lo peor.

-¡Zack! Ven, siéntate en mi sitio, tengo que ir a atender algunos clientes en mi restaurante, ¡adiós!- La quería matar en el fondo, mientras ella se iba, le hacía gestos de que la iba a matar.

-Hola, Noah, sabes que me suenas mucho a alguien del pasado, muy pasado porque murió recientemente- sentí pena por él, yo también había vivido eso de las muertes.

-Hola, Zack, lo entiendo, yo perdí a toda mi familia así que- me miró impresionado, pero al tiempo se fue adaptando.

- Sabes Zack, he pensado en lo que me dijiste dentro del teatro y creo que me apuntaré, una persona en especial bueno a la que le dedique esa canción, siempre quiso que me uniese en un club de teatro.- se me cayó una lágrima en pensar en él otra vez, y Zack me la secó. Y pedimos la cuenta, pero nos quedamos aún sentados en la mesa.

-Ya, yo también sufrí una pérdida, lo peor es que acabamos peleando no me dio tiempo a decirle perdón, ella era diferente a las demás chicas, ella resaltaba entre ellas. Lo malo es que murió...- me dijo con tono triste y soltó algunas lágrimas.

-tranquilo, ella seguramente sabrá que le querías pedir perdón, ella sabía que tú querías lo mejor para ambos. Anda, ven aquí abrázame si es lo que necesitas.- apoyó su cabeza en mi hombro mientras lloraba sin pausa. Yo lo entendía, había pasado por lo mismo así que no me sentía la única. Paró de llorar, me pidió disculpas por su comportamiento, pero no pasaba nada, muchas amigas mías cuando les cortaba el novio, lloraban sin descanso en mi hombro.

-¿Quieres que vayamos a tomar un helado?- esa idea me encantó, pero algo se me vino a la mente, no estará conmigo solo por "fama". Era posible ya que todo el mundo estaba loco, con que les dijese su alma gemela.

-No, creo que me iré al hotel y además con los paparazzis y todo, no mola- le dije, mientras miraba abajo, me ponía la capucha bien y unas gafas negras.

-Tranquila, lo entiendo, además ahora tenemos sociales, a ver que hora es...- él reviso su reloj y su cara parecía de haber visto pasar un fantasma.

-¡llegamos tarde a clase!- dijo mientras me cogía de la mano, y nos íbamos corriendo hasta nuestras aulas, ya que estábamos en diferentes. Primero, fuimos a la mía, toque la puerta y el señor Grimal, ni se molestó por mi ausencia. Él era un buen profesor, si llegabas tarde no pasaba nada, además era un buen comediante.

En SaturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora