En Saturno

Noche movida

-¡Solo quiero el dinero!- ¿Ahora este de que hablaba? Solo era un simple club que la gente se divertía haciendo música.

-Esto es un club, no una tienda.- cuándo baje la cabeza vi que me estaba apuntando con el cuchillo el cuello.

-Solo quiero el dinero de Amanda, la líder de este club- parecía que Amanda tenía problemas y muchos temas pendientes.

-Amanda se ha ido, pero me ha dejado esas llaves para cerrar el club- cogió las llaves y abrió la puerta de una patada, pero eso no cambiaba de que me apuntaba con el cuchillo en el cuello. Fue hacia el despacho de Amanda, rebuscó y encontró lo que quería y me dejó en paz.

-No le digas esto a nadie, si te pregunta quien lo ha robado, dile que has sido tú.- este es tonto, este se cree que lo iba a defender si ni siquiera éramos amigos, ni siquiera nos conocíamos.

-Mira, no te defenderé y además ni sé quien eres.- se sacó la máscara y no podía creer lo que veía en mis ojos.

-¡Mike!- me tapó la boca con su mano, y me hizo un gesto de silencio. Pero no lo entendía que tenía con Amanda, ¿Qué caso pendiente?

- Calla, sabes perfectamente que si lo dices me expulsaran y Lia estará triste.- me dijo manipulándomelo intentando manipular.

-Bien, pero yo no cargaré con la culpa, le diré que no sé quien ha sido. Por si acaso rompamos la ventana.- rompimos la ventana entre los dos, para simular de que era un robo.

Nos dirigimos a la salida, cerré la puerta con llave del club y me fui tranquilamente a mi casa, no podía creer que había ayudado a un bandido. Pero lo hice solo por mi amiga querida, antes fui a comprar un vestido para la noche de la presentación, fui hasta la tienda favorita de todos los neoyorquinos y neoyorquinas. Me compré un vestido negro que combinaba mucho con lo que iba a presentar, le hice una foto, quedaba mucho con la canción creada por mí.

Es hermoso, iba a pegar un montón con mi trabajo, pagué todo y me dirigí al hotel cuando entre a la habitación, Lia estaba llorando y triste mientras veía su dibujo de diseño.

-¿Qué pasa? Lia, sabes que puedes contarme lo que sea, soy de confianza- le dije preocupada.

-Mike ni viene, me ha dejado plantada, quedamos a las 19:00 en el restaurante y me dejó esperando una hora-me dijo eso, mientras lloraba en mi hombro, como casi siempre hacía.

-Estará haciendo un trabajo o proyecto, tranquila él nunca se atrevería a dejarte plantada, tal vez te quiso enviar un mensaje, pero estaba ocupado.- le dije para que se calmara, aunque yo sabía la verdad. Pero como dijo Mike ella se pondría enfadada o triste así que me calle.

-Tienes razón o estará ayudando a Amanda su mejor amiga,- eso y sorprendió, decidí investigar todo sobre Mike, Mike mentía sobre el mismo, me dolía saber que mi amiga estaba con un idiota.

-Ojalá nunca supiese la verdad...- mala suerte, mi amiga me escucho y se quedó mirándome como "que mierda ocultas" me miro con cara desafiante.

-Lo siento, es que hablaba sola, problemas míos ya sabes que siempre me meto en líos- le dije para qué se quitará de la cabeza lo que acababa de decir.

-Dímelo, Noah se te nota en la cara me estás ocultando algo- me dijo Lia sería, parecía que de repente las lágrimas se habían ido y dejaban ver su hermoso rostro.

-Bien, pero no le digas a esa persona que te lo he dicho, resulta que cuándo salía de mi club, un chico enmascarado me robó la canción y ahora la tengo que hacer otra vez...- le dije mintiendo y con la cabeza agachada.

-Tranquila, a ti se te da muy bien la música así que no tendrás que hacer mucho esfuerzo.- me dijo dándome ánimos.

Alguien tocó la puerta, decidí atender a la persona obvio que ojalá no haberle abierto la puerta, era Mike, cuando lo vio Lia salto encima de los brazos de Mike. Me dolía verla tan enamorada de un inútil sin corazón.

Cuando Mike me vio, creo que me dio unas gracias desde la distancia, por la mirada y yo le mire como "ni me mires" a lo cual él, apartó la mirada y se fijó en Lia.

-Os dejó Romeo y Julieta, voy a ir a tomar algo con Valentine- les dije, mientras cogía mi bolso y me dirigía al bar que ella me dijo. Estaba en una mesa con algunos amigos, estaba Max y Zack los otros no los conocía.

-Hola, Valentine, no está Lia porque se ha quedado con Mike- le dije mientras me sentaba en una silla, pero no me di cuenta de que estaba ocupada por Zack, me senté encima de él y me puse roja.

-¿Dónde te has sentado eh?- me dijo Valentine riéndose junto a los otros.

Me levanté rápido, pero la mano de Zack se puso enfrente de mi cintura y me atrajo hacia el con intención de que me podía quedar encima de él que no había problema. Así que me quede.

-Bueno, chicos ¿jugamos al juego de la botella?- dijo Max mientras nos miraba a todos. ¿Qué era eso? ¿Qué juego era ese?¿Botella?

-Una cosa Max ¿de qué va ese juego?- le pregunte con intriga.

-Giraremos la botella, y esa botella en la primera ronda le tocará a una persona, después la giraremos otra vez y le tocará a otra. Esas dos se tendrán que quedar encerradas en una habitación a oscuras. Hay posibilidad de que haya noche, pero casi todas no hay.- dijo Max mientras miraba a todos tipo "je, je, je".

-Bien, juguemos, me pido girar la botella- dije a todos, cogí la botella y la botella giraba, giraba, giraba... Y le tocó a Max, la giramos otra vez y le tocó a ¿mi?

-Bien pues Max y Noah ya sabéis, os encerráis y viva la noche- todos se rieron por el comentario de una chica de ahí.

Me levanté, yo y Max nos dirigimos a la habitación dónde estaba muy oscuro, Valentine cerró la puerta ¡con llave! Estaba loca, como nos va a encerrar con llave.

-Mierda, Max nos ha encerrado con llave- le dije a Max desesperada.

-Anda, tranquila solo nos dejarán aquí una hora y nos abrirán la puerta- dijo Max tranquilamente como si tuviese todo bajo control.

-Bien, pues como no quiero noche contigo, aléjate de mí.- le dije sería mientras me ponía lejos de él.

-¿Segura? Sabes bien, que para disfrutar algo, hay que sentirlo, ¿no te gustaría sentirme?- me dijo Max al oído.

-Mira, si sigues así te irás en donde nunca te encontrarán, y si te encuentran estarás muerto con mucha sangre y con tu ex al lado, así que mejor cállate la boquita que así estás mejor- le dije mientras le apartaba.

Esperamos a una hora y por fin nos dejaban salir, bien, nos volvimos a reunir en donde hacíamos el juego de la botella.