Estoy Bien...

¿Enamorado?... ¿Yo?

Pasó rápido el tiempo en casa de Rusia, los dos pasaban el rato juntos aunque al tipo alto y frío no quisiera, ahí estaba junto a México.

Rusia ya no era el chico frío e indiferente o eso al menos pensaba México.

Ya listos para ir con Chile, se fueron sin contratiempos y llegaron. Por un momento Chile se sorprendió al ver a Rusia pero luego pensó que era algo normal al traer nuevos amigos siendo tan sociable.

-No sabía que ya eran amigos- dijo Chile.

-Obvio, puede parecer un malhumorado pero es agradable- le respondió México.

-Ya veo... Espero México no te cause problemas -le dijo Chile a Rusia entre pequeñas risas. Rusia no dijo nada.

-Bueno, bueno, basta de hablar de mi que me sonrojan-dijo México con su gran sonrisa.

-Ya solo falta Perú y Canadá para empezar a hacer la comida-dijo Chile mientras acomodaba la carne que había traído México.

Los tres estaban en la sala hablando de tonterías, más México y Chile; Rusia sólo escuchaba sin verse atento a lo que decían, pero no le parecía desagradable las tonterías que hacía México cuando aún era muy joven.

-Entonces México al levantar la charola y llevarla al horno, se le atoró su ropa en la esquina de la mesa y cayó de sentón y con sus donas esparcidas en el piso -contaba Chile entre risas.

-Oye, esa historia no es divertida-dijo México haciendo pucheros.

-Lo es, más cuando te sentaste en la esquina de la cocina y llorabas con una dona aplastada en tu mano-terminó diciendo Chile con lágrimas de risa.

-Sí me dolió... más en mi corazón -se excusó México.

Rusia sonrió de lado al escuchar eso y Chile notó eso, él es muy observador con los amigos de México.

Iban a continuar hablando pero se escucho un timbre, los demás habían llegado.

-¡Voy! -gritó México mientras corría a la puerta. Ahí estaba Perú e iba llegando Canadá.

-Hola México -lo saludó Perú.

-¡Hola! Hasta que se dignan a venir -dijo México sonriente.

-El tráfico -contestó Canadá.

-Ajá -le respondió México y los invitó a pasar.

-Bueno, ya estamos todos entonces -dijo Chile mientras Perú y Canadá veían sorprendidos a Rusia.

-Ya que hoy es noche de... -dijo México. -¡Chicas! -gritaron al mismo tiempo Chile, Perú y México con tonos agudos.

-Ya estoy dudando si estuvo bien en venir o no- susurró Rusia. -No te preocupes, así son ellos- le contestó Canadá mientras iba a su lado.

El día pasó rápido mientras hablaban, reían y comían en el patio, Rusia a veces comentaba algo, más porque el tricolor lo incitaba a hablar.

Ya era la noche y empezaban a sacar sus mantas y almohadas para acomodarse en la habitación de Chile.

-Oigan, oigan, traje del bueno- decía Perú y sacó una botella de alcohol. -Yo primero- dijo México mientras le daba su vaso para que le sirviera. Todos se sirvieron y continuaron las bromas y anécdotas.

-Entonces...hay algo que tengo que preguntar y todos también lo quieren saber- mencionó Canadá.

-¿Es sobre si las quesadillas llevan queso? -preguntó un México ya medio borracho, al igual que todos.

-No empezaré una pelea contigo...Otra vez-le respondió Canadá. -El punto aquí es...él -Canadá señaló a Rusia que estaba bebiendo.

-Es mi amigo- le respondió México mientras se levantaba e iba hacia Rusia.

-Eso ya lo sé, pero ¿cómo llegó aquí? ¿Lo adoptaste? -preguntó sospechosamente Canadá.

-Lo vi en un bar y lo convencí de venir hoy- Rusia saltó hacia Rusia y le rodeo con un brazo. -¿Verdad Tripalosky? -respondió México con una gran sonrisa. Rusia no pudo evitar mostrar un pequeño sonrojo por sentir a México tan cerca.

-¡Wuuuu! ¡Son novios! -gritó Perú muy borracho. México lo negó rápidamente y se separó de Rusia, ahora se sentía avergonzado. Canadá sólo los observó sin decir nada más.

Pasó una hora, Perú y Canadá ya estaban tirados por el piso muy borrachos y tratando de dormir.

Los únicos en pie y con mucho esfuerzo de no desmayarse era México, Chile y Rusia aún seguían.

-Oye Rushia, ¿por qué no estaas con los demás en el piso? -preguntó con trabajo México.

-México, ya vete a dormir-le respondió Rusia.

-No me corras, ¿por qué me corres? ¿Ya no dormiré contigo? - preguntó de nuevo México mientras se lanzaba a Rusia y este lo agarraba con sus brazos, tipo princesa.

-Vaya, vaya, que rápido avanzan- se burló Chile.

-Es-Espera, no es lo que piensas- dijo rápidamente Rusia.

-Shhh, ya bésalo- le contestó Chile.

-No me estés retando- le respondió México.

-¿Qué? -preguntó Rusia sin saber qué hacer, su corazón latía muy rápido y se sentía muy nervioso al sentir el cuerpo del tricolor y ver qué estaba tan cerca y observaba sus labios. "Tan lindos" pensó.

-¡Que vivan los enamorados! -gritó Chile mientras se desmayaba en el sillón por tanto alcohol.

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Hola! Espero les guste, me gustaría leer sus comentarios, gracias por seguir leyendo. :3

Cuidense.