¿Qué Sigue?...

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México durmió todo el día después de ese suceso. Su cuarto estaba totalmente oscuro, desordenado y con un ambiente muy tenso.

Se escuchó vibrar el celular de este.

"México, ¿sigues enojado por dejarte solo?"

México lo vio, era Chile.

"Jaja Claro que no, solo creo que me resfríe, dormiré todo el día. Hablamos luego"

"Claro hermano, hablamos luego.
Recuperate pronto para ir a otra junta con ONU en dos días"

México ya no respondió, sólo le mandó un emoji de disgusto. Actuó igual como lo haría un México feliz. Siguió durmiendo el resto del día.

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~Dos días después~
La mayoría de los países estaban reunidos en la sala de conferencias de ONU, Chile estaba platicando con Perú animadamente.

Pasaron unos minutos y al fin empezó, pasó lista de los presentes y Chilo sólo suspiró al escuchar que México está ausente. Los demás no le dieron importancia, sólo un hombre alto y con mirada fría.

Hablaron de conflictos entre uno que otro país, nada nuevo realmente. Todo transcurrió normal, todos se levantaban para irse con los amigos o solos; Canadá se acercó a Chile.

-Hola Chile-lo saludó feliz. Este le sonrió de vuelta.

-Hola, ¿preguntarás por México? -le preguntó directamente. Canadá sólo se avergonzó.

-Él me dijo que aún estaba enfermo, supongo que sólo está descansando de todo, ese perezoso-dijo Chile riendo.

-Entonces no lo molesto-le respondió

Casualmente Rusia pasaba detrás de ellos y escuchó un poco la conversación de ellos, no sintió esa historia tan creíble. Así que fue con ONU.

-Oye, ONU-lo llamó para apartarlo de otros.

-Dime Rusia-le contestó amigable.

-¿Sabes dónde vive México? -le preguntó sin emoción, como de costumbre.

-¿Para qué? -cruzó sus brazos esperando una buena respuesta.

-Quería devolverle unas mantas que me prestó hace días -obviamente mentía.

-Oh, ya veo...si realmente es así y no es otra cosa, supongo que puedo darte la dirección -dijo dudando y sin creerle nada. -Debes saber que yo me enteraré si haces algo mal-

-Me conoces, no actuó así -le respondió desesperado. ONU le dio su dirección en un papelito.

Rusia iba en camino a la casa del tricolor, no sabía exactamente por qué, pero algo dentro de su ser le decía que fuera a verlo. Es un buen chico, no debe caer en ese pozo hondo. "Al menos no completamente" pensaba.

Después de un rato llegó a su casa, tocó el timbre pero nadie le abrió, él esperaba a un México feliz, pero nadie llegó. Se extrañó un poco.

Tal vez si trata de abrir la puerta como en las películas, esta no tendrá seguro.

Y así fue, no tenía seguro, de repente quedó pasmado, no podía creer que funcionará, pero ya después razonó mejor. "¿Por qué no tiene seguro? pensaba.

Entró sin hacer ruido, había un silencio muy pesado, Rusia se preocupó un poco.

-México -dijo calmado. Nadie respondió. Revisó cocina, sala, patio y ahora iba al cuarto.

Abrió la puerta lentamente, todo estaba oscuro, apenas podía ver un bulto en la cama moviéndose.

-México -lo llamó de nuevo, sólo se escuchó un quejido.

-¿Estás bien?... -preguntó. Se acercó a México, estaba tapado de pies y cabeza, quiso bajar la sabana para verlo pero el tricolor no quiso y la agarro fuertemente.

-Vete- le dijo finalmente México.

-¿Qué? ¿Me corres? -preguntó muy sorprendido.

-Sí -le respondió mientras se movía para darle la espalda.

-¿Quieres que te lleve a un hospital? Esa gripa ya es grave-dijo con su voz fría de siempre pero se sentía amable.

México ya no respondió, Rusia se acercó y bajó la sábana. "Se durmió". Le tocó la frente por si tenía fiebre pero no fue así.

-Te cuidaré, es un pago por hacer el desayuno-dijo en voz baja. Comenzó a limpiar el cuarto y luego bajó a hacerle una sopa para darle algo caliente.

Subió de nuevo ya con la sopa en mano y la dejó en una mesita.

-México, despierta-le dijo suavemente.  Este despertó un poco sorprendido y con miedo, pero después de verlo por unos segundos más se tranquilizó. Eso preocupó un poco a Rusia.

-Siéntate, te hice algo de comer, te ves muy débil- le dijo mientras le daba la sopa.

-¿Por qué? -le preguntó México.

-Estás enfermo, ¿no es así? -le respondió sin darle importancia. Pero notó como salían dos lágrimas de México, sintió pánico.

-¿M-México? Mi cocina no es desagradable, no desperdicies esto-le dijo un poco sorprendido.

México siguió llorando, Rusia suspiró indignado y fue al baño para darle un papel y se limpiará la cara. Pero notó en el bote pañuelos con sangre, buscó en la regadera y vio la esponja con pequeñas manchas de sangre.

Fue de inmediato con México. -¿México qué sucedió? -le preguntó.

Lo miró con unos ojos tristes, realmente tristes, vacíos... Sus lágrimas seguían saliendo, notó que tenía ojeras y la piel roja en los ojos y nariz de solo llorar. Lo peor es que vio las talladas de la esponja en su cuello junto unas pequeñas manchas moradas.

-No llores, te vas a lastimar más tu cara-le dijo mientras le daba un pañuelo, no había sentido tanta tristeza en su vida por otra persona.

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Hola! Espero les vaya gustando la historia.

Si tienen reclamos o sugerencias, déjenlos en los comentarios c:

Cuídense. UwU

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