5 | Me Myself & I

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Capítulo 5

Me Myself & I - 5 Seconds of Summer

Sage

Mi padre me ha llamado unas cincuenta veces desde ayer, que lo dejé en el restaurante solo.

Aún no puedo responderle, no quiero.

He intentado mantenerme ocupada, sin pensar en lo que me dijo, pero no ha funcionado mucho. Incluso he intentado escribir y no he conseguido terminar siquiera un verso, me es imposible. Normalmente escribo sobre cualquier cosa que me pasa, tengo bastante facilidad plasmando mis sentimientos en un papel, y en cierta parte me ayuda a desahogarme. Pero esta vez no ha salido nada, no sé ni como me siento.

Suelto un suspiro y cierro los ojos. Ahora mismo lo único que quiero hacer es volver a casa, con Oliver y mi madre, y esconderme allí para siempre.

Mi madre... ¿lo sabe ya? ¿Se lo tendré que decir yo? ¿Tengo que ocultárselo? No creo poder ocultarle nada, me es imposible.

La pantalla de mi teléfono se ilumina devolviéndome a la realidad, y agradezco la distracción, hasta que veo que es otro mensaje de mi padre.

Papá: vamos Sage, por favor... habla conmigo.

No respondo. Sé que es mi padre y debería hablar con él pero... realmente no puedo. Creo que porque me siento, de cierta forma, traicionada. Siempre he pensado que no viene a verme o no me llama a a menudo porque está ocupado con el trabajo, él mismo lo ha puesto como excusa muchas veces, y puede que sea verdad pero... también tiene otra familia.

Estoy a punto de darle al botón de apagar cuando el móvil empieza a vibrar, pero ahora no es una llamada de mi padre, es una llamada de mi representante.

Me llevo el móvil a la oreja.

—Hola, Elia —saludo, intentando que mi voz suene, al menos, un poco animada. Creo que no lo consigo.

—Sage, ¿cómo estás?

—Bien —miento, encogiéndome de hombros.

—Ryker llegó antes de lo previsto a Londres —informa.

Como si no lo supiera... espero que no me reconociera ayer cuando le llamé idiota. 

—¿Te va bien quedar hoy? —pregunta unos segundos después, al ver que no digo nada.

—Claro, cuando sea.

—Perfecto. Grace, su representante, ha reservado mesa dentro de una hora en un restaurante, te envío la ubicación.

—¿Dentro de una hora? —me levanto de inmediato de la cama.

—Sí, está cerca de la universidad, no te preocupes.

—Pero...

—Nos vemos, sé puntual.

No deja que diga nada más y cuelga la llamada, me gustaría indignarme pero no hay tiempo. Corro hacia el baño y me meto directa a la ducha.

No tardo más de cinco minutos en salir, envuelta con la toalla. Vale, ¿qué me pongo? Supongo que tengo que ir formal, ¿no? Claro, no creo que la representante de Ryker reserve mesa en un McDonalds.

Abro la puerta del armario y analizo mis opciones. Debería empezar a comprarme ropa para posibles situaciones en un futuro porque no tengo absolutamente nada elegante, mierda.

Toda la ropa que sé que solo me pondré una vez cada dos meses, en ocasiones muy especiales, la dejo en casa de mi madre porque sino me ocupa demasiado espacio en el armario, y el armario de la residencia no es muy grande que digamos.

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