Nuestra canción

11 | Risk

Capítulo 11

Risk - Gracie Abrams

Sage

Ryker tiene mucho talento. Se nota que realmente le apasiona la música.

Durante esta hora y media que llevamos en mi habitación he escuchado tres melodías diferentes y leído más de diez letras nuevas y, aunque me cueste admitirlo, no ha habido siquiera una sola idea que no me gustara.

—Aquí hacemos un cambio de acordes —murmura mientras toca la guitarra, mostrándomelo —, te prepara para el estribillo, ¿sabes? Pero también podemos hacer esto —. Vuelve a fijar su mirada en el instrumento.

Durante unos segundos me quedo prácticamente embobada, mirando como sus dedos rasgan las cuerdas de la guitarra. Vuelve a hacerlo una segunda vez, ahora tarareando en voz baja una melodía. Me encanta. Y ha sabido adaptarse a mi estilo, eso dice mucho de él como músico. Hay gente que no sabe salir de su género pero veo que él no tiene problema en hacerlo.

De golpe sus ojos se fijan en mí y por fin reacciono. Carraspeo nerviosa y asiento con la cabeza.

—Me gusta mucho —admito, después de unos segundos.

Él apunta algo en la libreta que tiene delante suyo. La página está llena de frases sueltas y acordes. Veo como escribe algo rápido antes de tachar otra cosa.

—Pues... ya está terminada —anuncia de golpe, cerrando la libreta y subiendo la cabeza para mirarme.

—¿Qué? —abro los ojos con sorpresa. ¿Cómo puede ser que ya esté terminada?

—Todo lo que te propongo te parece bien —se encoge de hombros —, tenemos todos los versos, el estribillo y el puente. Ahora solo falta juntar los instrumentos y todas las partes para ver si te gusta.

—Pero...

Se queda en silencio, esperando a que termine la frase.

—No he aportado casi nada —murmuro, apoyando la espalda en la pared de mi cama.

—Aporta lo que quieras.

—No estoy inspirada —niego con la cabeza —, llevo días intentándolo pero no puedo.

—Mira, la canción no tiene que estar acabada hoy, aún tenemos cinco días. La he adaptado a lo que me pedías y a tu estilo, pero si durante este tiempo algo no te cuadra o quieres cambiar la letra o el ritmo me lo dices y lo cambiamos, estará en tu álbum y tienes que estar contenta con el resultado.

—Si el resultado me encanta —admito —, pero lo has hecho todo tu. Realmente no es mía.

—¿Y cuántos artistas se hacen ellos sus propias canciones?

—Ya, pero...

—He puesto muchas líneas tuyas, me gustaron las ideas que aportaste el primer día.

—¿De verdad? —sueno más sorprendida de lo que me gustaría.

Asiente con la cabeza, apartando la mirada para fijarla en la pantalla de su móvil.

—Piénsatelo —murmura después de unos segundos —, y cualquier cosa que no te cuadre me dices. Esta tarde te envío un mensaje de voz con la canción completa. Pensaré algún ritmo de batería para ponerle al estribillo, tú puedes pensar alguna melodía para el piano.

—¿Desde cuando eres tan amable? —pregunto sin poder evitarlo. No obtengo una respuesta, tan solo se levanta de golpe y empieza a guardar la guitarra en su funda.