uno

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Harry mete su libreta en la mochila.

La clase ha terminado y es momento de volver a casa. No es como si tuviera algo mejor qué hacer, de todos modos.

No amigos = no diversión.

Así que, sí, su vida se basa solamente en ir a la escuela, pasar todo el rato escuchando y escuchando lo que los maestros tienen para enseñar a la clase, envidiar a sus compañeros, porque ellos ríen, platican, hacen bromas y todas esas cosas que hace un niño, comer su lonche, volver a escuchar a sus maestros, tratar de no quedarse dormido en medio de una clase, esperar a que suene la campana y volver a casa.

En casa nada es tan diferente, sólo se la pasa encerrado en su habitación dormido (incluso cuando tiene todo, menos sueño), porque si se queda despierto es seguro que terminará llorando por cualquier cosa, por muy insignificante que ésta sea.

Es una mierda, en realidad.

Vagamente recuerda su vida hace algunos años atrás, era bastante diferente.

Tenía amigos, muchos, de hecho.

Podía salir con ellos y pasar la tarde en la calle, jugando y riendo como si eso fuera lo único que importara.

No sabe qué pasó para que su vida diera un giro de repente.

Un día dejó de ser lo que era, así de simple.

Dejó de hablar, dejó de reír como solía hacerlo, sus amigos se alejaron, y entonces pasó de estar todo el día en el parque a pasar el día completo en su habitación.

Él trata de pensar que no es la gran cosa, que es sólo un cambio, que está creciendo y eso ese parte de su desarrollo.

Pero aunque lo niegue, sabe que está equivocado.

Entonces pone la mochila sobre sus hombros y cuando el salón está solo, comienza a caminar hacia la salida. Mantiene sus manos en las correas de la mochila y su vista se mantiene al tanto del movimiento de sus pies, es estúpido hacer eso, sabe que tiene que mirar al frente cuando camina, porque sino terminará en el suelo.

Justo como ahora.

-¡Oh, mierda! -escucha la voz de otro niño maldiciendo, sus ojos se abren por esa acción; a él nunca le ha gustado cuando alguien maldice.

Se sienta en el suelo y revisa el panorama; hay un montón de hojas esparcidas por todo el suelo, y hay un niño (supone que es quien lo mandó al suelo) tratando de juntarlas.

-¡Hey, tú, idiota, ni se te ocurra pisar esa hoja! ¡Dámela! ¡Que es mía! ¡Tienes mierda en tu zapato, camina por otro lugar, cerdo! ¡Pásame esas hojas! ¡No te estoy preguntando, te lo estoy ordenando!

El chico sigue moviéndose, tratando de recuperar las hojas. Harry sólo se mantiene en silencio, aún sentado en el suelo, mirando a todo y nada.

Eso hasta que el chico se voltea a verlo y le habla. Aquí es donde Harry desea tener el poder de ser invisible.

-Oye, amigo, no sé si te diste cuenta, pero mandaste mi trabajo al suelo, podrías ayudarme a juntarlo, sabes. -la voz del chico es aguda, y en realidad no suena ruda o parecido, de hecho es como si le pareciera divertida la situación.

Harry se queda unos segundos paralizado por la palabra «amigo», de acuerdo, seguro lo dijo sólo por ser amable o eso, pero hace mucho tiempo que nadie ha llamado a Harry de esa forma.

Triste, pero cierto.

Se levanta y ayuda al chico a recoger las últimas hojas, el se mantiene en silencio, mientras que el otro chico es todo lo contrario, pelea con los demás, "exigiendo espacio para poder recoger su trabajo", suelta muchas maldiciones y Harry siente que su rostro arde. ¿Cómo le hace para hablar tanto?

Cuando tiene las últimas hojas en sus manos, camina hacia el chico, el cual parece estar en una discusión o algo parecido.

Se para detrás de él y escucha.

-Bueno pues para la próxima evita caminar por donde yo estoy. ¡No me importa si hay no es tu culpa! ¡Estuviste a punto de pisar mi tarea con tus horribles zapatos! Porque no sé si te diste cuenta, pero son feos, deberías demandar a quien te los vendió, eso cuenta como estafa, o los sacaste del basurero, ¡no me respondas!

Wow. Wow. Wow.

Harry a duras penas puede cruzar una frase con alguien y el chico está hablando hasta que se le acaba el aire. Eso es de admirarse.

El chico con el que discute parece estar cansándose y quizás explote en cualquier segundo.

Y por explotar me refiero a romperle la nariz.

Harry no quiere que le rompan la nariz a nadie, así que decide intervenir.

Toca el hombro del chico y éste quita su atención del chico frente a él, para volverse y mirar a Harry.

-Tus... hojas... -dice Harry evitando la insistente mirada sobre él, extendiendo las hojas hacia el chico, el cual tiene ojos azules.

Sí, Harry no lo había visto bien hasta ahora.

-Ah. ¡Gracias! -toma las hojas y las junta con las que ya tenía, para luego meterlas en su mochila -espero que no se hayan manchado o rompido o eso.

-Roto.

-¿Eh?

-Se dice «roto», no «rompido». -explica Harry mordiendo su labio para evitar reír.

-Ah, sí, claro. Primero me tiras al suelo junto con mi tarea y después me vienes a dar lecciones de vocabulario. Anda ya, ¿pero este es el día de "hagamos mierda al pobre e inocente Louis Tomlinson"? -Harry no puede evitar soltar una pequeña risa ante la seriedad con la que habla el chico.

Patience | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora