Capitulo trece: Atrapado por el pasado.

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"Hay una historia detrás de cada persona: Hay una razón de por qué son lo que son. No es tan solo porque ellos lo quieren. Algo en su pasado los ha hecho así y algunas veces es imposible cambiarlos"

(Sigmund Freud)

Finalizando un día de clases el estudiante de segundo año Fluke Guntachai se quedó encerrado en el baño, o quizas lo habían encerrado a propósito, eso era algo ya habitual, los otros chicos siempre se metían con él, pero tal vez tenía la culpa de eso, solo había que mirarse al espejo, algo regordete, llevaba gafas tan gruesas que a veces le dolía la nariz por el peso de los cristales, los Brackets que usaba le impedían incluso hablar correctamente. Además de eso, era un ratón de biblioteca, razón suficiente como para encontrar en él, un motivo de burla.

Oye..., Noo..., te dejaremos salir si nos haces la tarea. — Dijo Pet riendo detrás de la puerta. Ese chico era un verdadero idiota, había reprobado las asignaturas más importantes, pero, aun así, siempre pasaba de grado, hijo del señor Marshall un poderoso empresario hotelero de Bangkok.

Abre la puerta por favor. — Pidió amablemente, sabiendo que eso no seria de ayuda, ellos podían dejarlo en ese lugar toda la noche si quisieran, nadie les diría nada, sus padres siempre intercedían.

Pet abrió la puerta solo un poco para asomar su horrible nariz y luego sonrió irónico. — Ya vez que no, quédate ahí, nadie te echara de menos, solo eres un punto en el universo. Pequeña rata... — Le dijo.

Déjalo salir. — Ordenó alguien detrás de él.

Aquí viene Ohm, el defensor de los inocentes. ¿Cuándo volviste?

No lo repetiré, ¡déjalo salir o te golpearé! — Dijo amenazante.

Fluke rogaba que el otro chico también se fuera, eso sin duda se volvería peor para él, más adelante ellos se encargarían de hacerle pagar el simple echo de tener alguien que lo defendiera.

Los sintió retirarse, pero no se atrevió a salir de ahí, era demasiado para él, había estado encerrado casi por tres horas hasta que ellos se acordaron.

Ya puedes salir, ya se fueron. — Gritó desde afuera, pero no se atrevió a responder. — No puedes quedarte a vivir en el baño. — Fluke lo pensó, pero aun así moría de la vergüenza. — Si quieres me voy también, o te espero afuera, yo te acompañaré a casa. — Escuchó que se alejaba y luego salió del baño.

No conocía a ese extraño, era la primera vez que lo escuchaba nombrar, así que esperaba que no cumpliera su palabra esperándolo afuera, ya era suficiente con la humillación de quedarse atrapado en el baño, pero para su mala suerte ahí estaba.

El chico estaba apoyado contra la pared de ladrillos y era tan alto o más que Pet y la banda de matones de la secundaria de Chiang Rai, ¿Por qué no lo había visto antes?, fácilmente podía ser un modelo si quisiera, era muy guapo, su pelo negro y unos ojos pequeños muy bonitos.

Iba a hablarle, pero antes de que diera un paso hacia él, una chica se le adelantó y le robo un beso.

¡Cecil!, no hagas esto en la escuela. — La retó, pero ella solo sonrió traviesa.

¿Qué estás haciendo aquí?, dijiste que te irías temprano.

Estoy esperando a alguien...

¿A quién? — Preguntó ella con evidente molestia.

Un chico, lo llevaré a casa. — Dijo mirando por todos lados, pero Fluke ya se había ocultado detrás del otro muro.

CORAZÓN DE PIEDRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora