"Eres tú, entre mil millones eres tú, siempre serás tú"
(Sam Chevalier)
Boun Guntachai miró atentamente a su sobrina, la pequeña Lizzie lo estaba poniendo a prueba, se había aliado estratégicamente con su "no novio" para ver una película infantil, no sabia en qué demonios estaba pensando cuando aceptó cuidar a esa traidora toda la noche. Esos dos tenían un plan, estaba seguro de eso, lo supo cuando ambos descendieron del coche y ella fue a tomar la mano de Prem como si él no existiera, todo porque tuvo que atender una llamada de su superior y estuvo ocupado la mayor parte del viaje, haciendo que los dos pusieran cara de aburrimiento.
— Estoy pintado, ¿Por qué no puedo votar? — Les preguntó.
— Ya votamos, somos dos contra uno. — Dijo ella y Prem puso cara de triunfo cuando ella escogió la película que el sugirió. — Tío Boun, tú puedes comprar las palomitas. — Ella sonrió angelical, pero Boun no se dejó engañar.
— Ya compré las entradas. — Protestó. — ¿También tengo que comprar lo que vamos a comer?, ¿y que compra el tío Prem?
— Fue tú idea arrastrarme al cine, pudiste venir solo con Lizzie. Yo tenia una cita esta noche que me vi obligado a cancelar por su culpa, ahora págale a la señorita señor Guntachai. — Dijo el aludido siempre manteniendo la distancia entre los dos.
Prem usaba la formalidad con él desde hace exactamente seis años, desde la última vez que cometió el error de acusarlo, lo acusó y se arrepentía de aquello, se había obsesionado tanto con atrapar a Natouch Siripongthon que perdió a Prem, dejó ir a Prem y nunca se lo perdonaría, el abogado Warut también tenia un corazón de piedra y no lo perdonó, a veces Boun creía que lo odiaba, por esa expresión que ponía en su cara cuando lo miraba.
Recordó aquella vez, esa discusión venia a su mente cada vez que pensaba en él, pero no podía volver el tiempo y borrar cada una de sus palabras, no podía volver el tiempo y hacer que dejara de llorar tratando de explicarle, deseaba no haber salido por esa puerta sin decirle lo mucho que lo amaba.
— No me dejes, Boun. — Le pidió.
— Entonces, deja de trabajar para Natouch Siripongthon. — Sentenció él.
— No puedo, tú no lo entiendes, él no tiene a nadie. No puedo abandonarlo.
— No me importa, él es culpable de la desaparición de Fluke.
— Estás equivocado, Boun. Piensa con claridad y confía en mí.
— ¿Estás enamorado de él?, ¿ese es el problema?, ¿lo amas tanto que estás dispuesto a sacrificarme a mí?
— ¿Has perdido la razón?, ¿dudas de mi amor?, creo que ya te di suficientes pruebas de que lo que siento por ti anoche. — Dijo refiriéndose de que a pesar de todo se había entregado a él la noche anterior.
— No fue la gran cosa, ¿Verdad?, ahora puedes hacerlo con cualquiera. — Le dijo sin pensar, fue demasiado tarde cuando vio las lagrimas en sus ojos, quiso retractarse, pero Prem había levantado un muro entre los dos inmediatamente después de escuchar eso.
— Lárgate, Boun. — Dijo de una vez. — Fuera de aquí.
— Prem...
— Sabes perfectamente que no..., que para mi no es tan fácil. — Dijo triste.
Prem tenia razón, para él no era fácil entregarse a una persona, fue difícil que confiara en él, tuvo que perseguirlo por meses para que finalmente lo aceptara y conociendo ese trauma, aun así, Boun usó eso en su contra.
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CORAZÓN DE PIEDRA
RomanceARGUMENTO Se decía que el dueño del Hotel XUXU tenía un corazón de piedra, que era un criminal, se decía también que detrás de esa carita de modelo se escondía un tirano sin corazón, alguien también dijo que se crío en la calle, incluso aseveraron q...