Doctor Jk (◍•ᴗ•◍)❤ ............(Kookmin)

Capítulo 6

El sudor bajaba por su cuerpo, la operación fue todo un desafío,el doctor Jk por fin podía respirar con más calma, había tardado casi doce horas en quirófano tenía todo su cuerpo adolorido.
Pero había valido la pena cada minuto, la operación había sido todo un éxito ,ahora solo está cuestión de tiempo para empezar a ver los resultados y que la mujer se recuperará gradualmente.

Cuando la adrenalina abandono su cuerpo JK sintió el cansancio, después de varios días sin dormir correctamente por estár estudiando para la operación, sabía era hora de dormir todo un día. Fue a la sala de descanso  de empleados, tomo sus cosas para ir por fin a casa y poder dormir correctamente.

Despidiéndose de  sus compañeros de trabajo camino rumbo al estacionamiento, mientras manejaba tranquilo hacia su hogar, una sonrisa  se asomo por la comisura de sus labios, el recordar que le esperaba una deliciosa cena, y si corría con suerte, un postre también.
Solo habían transcurrido tres días en los que recibía alimentos pero se había acostumbrado tan rápido y más que nada una sensación cálida en el pecho lo hacía esperarlo con ansias, había dejado los recipientes vacíos y limpios en la entrada, cada noche después de cenar los lavaba bien y los colocaba en la canasta donde venia la comida, después los colocaba en la entrada, al día siguiente solo encontraba más comida y los recipientes anteriores no estaban.

No sabía las intenciones de la persona que estaba de tras de todo esto, pero verdaderamente le ayudaba mucho y gracias a ello se alimentaba correctamente, más el movimiento en el hospital y las largas horas de trabajo eran más llevaderas ya que mantenía su estómago alimentado y rendía más en sus labores.

Cuando estaba a punto de girar en la siguiente calle hacia su casa, un supermercado llamó su atención, hasta ahora todo los alimentos eran frescos, pero no quería seguir abusando de la amabilidad, tomando en cuenta que al otro día le tocaba su descanso decidió pasar a surtir su despensa, tomando un carrito se adentro a los pasillos, tomando lo necesario, cuando pasó al área de frutas y verduras tomo lo que más le gustaba, sintiendose satisfecho se dirigió a pagar, pero el área de dulces le llamo la atención, tomándo los chocolates qué más le gustaban y con relleno de frutas, creyó que sería un buen gesto para la persona que se estaba encargando de alimentarlo, lo agarró con delicadeza y lo puso con cuidado dentro del carrito.

Después de pagar por sus compras y guardando todo en el maletero se dirigió a casa, estaba agotado pero aun así cuando llego empezó a acomodar todo en su lugar, algunos comestibles los puso dentro de una bolsa ecológica y los coloco a un lado de la canasta junto con los recipientes limpios, tomo algo ligero para cenar.
Sus ojos se cerraban solos, miro el relog y se dio cuenta que apenas eras las seis de la tarde, si más que pensar tomo las cosas y las dejo en la entrada, junto a los chocolates, una pequeña nota alagando la comida y dando la gracias.

Desprendiendo su ropa en el camino a su habitación para tomar una ducha rápida y poder dormir hasta el otro día.

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Después de despedir a la enfermera que iba todas las tardes a ayudar con sus ejercicios de fortalecimiento, Jimin se tomaba el tiempo para tomar un breve descanso, hoy había sido agotador, gracias al cielo su libro estaba casi a punto de finalizar, así que se tomó el tiempo necesario para poder despejarse un poco, la fecha de entrega era para dentro de un mes, y él ya estaba en la recta final, el estar cocinando, que era una de las cosas que más le gustaba hacer le ayudaba mucho en desestresarse, bueno solo no al terminar, ya que lo que no le gustaba de cocinar era lavar los trastes.

Cada que iba en las noches a dejar la comida, encontraba todo perfectamente limpio, aparte había una pequeña caja con tapa que había conseguido para dejar ahí la comida, la canasta era linda, pero sentía que era más seguro la caja de plástico, así los alimentos se mantenían más protegidos ahí dentro que al aire como en la canasta.

Ya había cocinado lo que dejaría esa noche, solo le faltaba el desayuno pero aun no decidia que es lo que prepararía, tomando una bocanada de aire se levantó, iban a dar las siete recordando que no había recogido el correo se dirigió a la entrada donde estaba el buzón, abriendo la puerta respiro el aire fresco de la tarde-noche, vio su tranquilo vecindario, a volver la vista noto que su doctor favorito estaba en casa, su coche estaba en su lugar y vio varias cosas en la entrada, entonces noto que ya estaban los recipientes listos para ser recogidos, sonrió un poco y se adentro a su casa, decidió empezar a preparar el desayuno para poder ir a dejarlo, hoy dormiría temprano, últimamente se dormía tarde al estar esperando que el doctor JK llegara a casa, para poder recoger los recipientes y dejar los alimentos recién hechos, ya que la verdad no era muy madrugador y prefería levantarse tarde, lo que antes no podía, pero gracias a su nuevo posible empleo de escritor, podría ser dueño de sus horarios.

Cuando dieron las diez, después de tomar su cena y una ducha, vestido con su pijama de pollitos tomo la comida para ir a dejarla, al estar en la entrada tomo una sudadera qué era el doble de su tamaño, se la coloco y se puso la capucha, tomando su bastón de apoyo se dirigió a la entrada de su vecino, quito las cosas vacías de la entrada y se dio cuenta que había una bolsa con comestibles, sorprendido comprendió que era como un pago por la comida, sonrió al saber que JK se preocupaba por pensar el lo que gastaba, aunque no fuera necesario lo tomo, era lindo que quisiera ayudar de alguna manera, cuando iba a cerrar la bolsa de dio cuenta de una pequeña caja dorada, la tomó con cuidado, eran sus chocolates favoritos, abrió la boca sorprendido cuando reconoció que era un regalo de agradecimiento, ya que la nota que tenía pegado en la parte posterior, donde le agradecía y alagaba su comida.

Con sus tiernas mejillas rojas y soltando un suspiro tembloroso sonrió, tomando las cosas con cuidado  emprendió su regreso a casa, sin ser consciente que su doctor favorito lo veía por la mirilla de la puerta.

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