Capítulo 15

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El resto del día Colton estuvo todo el rato pagado a mi, sus amigos lo molestaban la mayor parte del tiempo por estar de intenso conmigo. Pero a mí no me molestaba, sino que me parecía tierno. Colton tenía pinta de defender lo que ama hasta la muerte, en el fondo era buena persona. Almorzamos hamburguesa con papas, por la tarde estuvimos platicando con sus amigos cerca del lago. Había un termo con cervezas y todo. Hablamos de varias cosas, sobre las ex novias, Colton había tenido algunas, no muchas, lo cual me sorprendió porque creí que era mujeriego de lo peor. En la noche, teníamos hambre así que fuimos a un puesto donde hacían pizza. Pedimos una extra familiar, soda y un helado como postre. Se sentía rico, mi favorito era helado de galleta.

—¿Cómo has pasado? —me preguntó, en el lago se empezaba a reflejar la luna que recién salía.

—La he pasado de maravilla, no sabía que se podía disfrutar contigo —lo molesté un poco. Tomé el último trozo de pizza que quedaba y le di una mordida.

—Y yo sabía que eres más de lo que aparentas, pequeña.

—No me digas pequeña —demandé.

—¿Por qué no? —él tomó de su soda.

—Me hace sentir pequeña y no lo soy.

Rió un poco.

—Eres todo un caso —su voz sonaba tranquila, hoy no había rastros de ese chico arrogante de casi siempre—¿Has hablado con tu hermana?

Lo miré mal.

—No, ¿por qué te interesa? —en el fondo sentía que solo me quería sacar información sobre ella. Y en el fondo sentí celos. Enojo.

—Solo quería saber si te arreglaste con ella —elevó sus manos en forma de paz.

—Pues no, no nos arreglamos —rodé los ojos, ya me había puesto de mal humor y no sabía exactamente por qué.

—¿Por qué estás enojada?

—Angelique ha de estar por aquí cerca, así que mejor ve y pregúntale a ella —espeté, poniéndome de pie y saliendo del lugar.

—Monique... —escuché que me llamó, pero no le hice caso. Caminé hacia el montón de gente para despejar mi mente, no sabía por qué me había portado así con Colton, es decir, él y yo no somos nada pero en el fondo me moría de celos el solo hecho de pensar que él solo me utiliza y que la que de verdad le gusta es mi hermana.

Habían muchas personas aquí, se escuchaba una música un poco movida pero no es tan alta. Las parejitas estaban besuqueándose, había un stand de besos por una esquina. También habían un grupo de personas disfrutando de la montaña rusa, habían otras más en el muelle, etc. Todos parecían divertirse.

En eso alguien chocó conmigo.

—Auch —me quejé, viendo a la susodicha. Genial, hablando de la reina de Roma... —Angelique.

—Monique —se cruzó de brazos— ¿donde está tu novio? ¿Se aburrió?

Reí sin ganas.

—No es mi novio. Y está más que feliz conmigo —mentí, no tenía ganas de que me humillara hoy.

Noté que su expresión cambió a enojo.

—Bien por ti. Cuando pase una semana y te deseche por alguien mejor no vengas llorando. No estaré para consolarte —fue lo único que me dijo para después girarse y irse lejos.

Respiré profundo, intentando calmarme. No sabía por qué actuábamos tan mal si somos hermanas, parecíamos niñas discutiendo por un oso de peluche.

Destroy meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora