Advertencias

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-Esto... muchas gracias pero no era necesario que me invitase a comer.- dijo Bridgette al estar en aquel elegante restaurante, se movía incómoda en su silla, sentía que no encajaba en absoluto, Claudia en cambio estaba en su medio y terminó de leer el menú.

-Tonterías, fue mi culpa que perdieras tu almuerzo y que tu media se rompiera.

-Pero...

-Tómalo como una disculpa, sino me sentiré fatal.

-Bien... como usted diga.- Claudia sonrió intentando que su sonrisa no fuese de alguna forma burlona.

-No me llames de usted, seguro tenemos la misma edad. Llámame Claudia.

-De acuerdo, Claudia. Entonces llámame Bridgette.- dijo con algo de duda ya que le parecía que tenía exceso de maquillaje.

-Así lo hare.- en poco les atendió un mesero que esperó a que ordenasen.- Yo quiero una langosta en crema marinada en cama de espárragos y una copa de chateau ¿Tu qué quieres Bridgette?- a la pobre casi se le va el corazón al ver tales precios en el menú pero se obligó a responder.

-Un ratatouille por favor. Y un vaso de agua.- lo vio como lo más barato y practico, no quería abusar.- cuando el mesero se fue Claudia apoyó sus codos sobre la mesa.

-Háblame de ti Bridgette. ¿De dónde eres?

-Ammm, pues vengo de Marsella. No tengo mucho que decir, soy estudiante de la carrera de secretaria contadora. Vivo sola… y hace poco fui contratada en la compañía Agreste.

-Marsella, ¡Adoro Marsella!

-Sí, es muy bonito en esta época del año.

-¿Y...?

-Bueno, no puedo decir más.

-¿Tienes familia?- preguntó Claudia.- ¿Viven en Marsella?

-Oh, pues no. La verdad es que ni siquiera sé si tengo familia.

-No te sigo querida, ¿puedes explicarme?- Bridgette se mordió el labio.

-La verdad es que sufro de amnesia, no puedo recordar absolutamente nada de mi pasado.- Claudia soltó una exclamación algo teatral.

-¡No es verdad!

-Pues sí. Por eso no puedo decir nada más de mí, pero te terminas acostumbrando a no pensar en eso.

-Oh lo siento tanto...- dijo en un tono lastimero que hizo pasar por pena.

-No pasa nada. Ya me hice a la idea de que tal vez no recordare nada.- en ese momento dejaron los platos en la mesa.

-Bueno, siguiendo con las presentaciones me toca a mí. Como es obvio que no conoces mi apellido, porque todos lo saben apenas me ven, mi padre fue el alcalde de Paris el gobierno pasado.

-¿En serio?

-Claro. Ahora es el dueño de la gran línea de hoteles cinco estrellas en la ciudad y el principal es el hotel Grand Paris.

-¿Le Grand Paris? Es el mejor de la ciudad, ¿es cierto que Jagged Stone se instala con su cocodrilo en la suite presidencial en verano?

vivir, amar, recordar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora