Capítulo 15|Cuando un sueño

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No recordaba el momento en el que me quedé dormido en el suelo, pero fue una suave movimiento sobre mí el que me despertó, Vesta estaba recostada en mi pecho con nuestras piernas enredadas

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No recordaba el momento en el que me quedé dormido en el suelo, pero fue una suave movimiento sobre mí el que me despertó, Vesta estaba recostada en mi pecho con nuestras piernas enredadas.

Ella se removió otra vez y no pude evitar abrazarla todavía más cerca, quería seguir así, con su alma y cuerpo pegados a mí, con esa calidez que me reconfortaba como nada lo hará jamás.

Y su aroma, joder no sabía si era alguna clase de perfume o tan solo su fragancia natural, pero era embriagador.

Levantó su cabeza pestañeando con calma, enfocándome, no voy a mentir eso me encantó más de lo que debería, y aunque sabía que era hora de apartar mis brazos de su cuerpo no pude encontrar fuerzas en ninguna parte para hacerlo.

No esperaba que reaccionara como lo hizo anoche luego de contarle sobre mis padres, y me estaba confundiendo, cuanto más tiempo pasaba con ella menos control de mi mismo tenía a su alrededor.

—¿Nos dormimos en el suelo? —preguntó somnolienta.

—Eso parece —respondí sin moverme, pero ella tampoco hizo ningún ademán de levantarse, al menos hasta que un sonido salió de su garganta, como si acabara de recordar algo.

—No, no tú quédate quieto —dijo cuando intenté imitar sus movimientos—. Por favor.

—¿Por qué?

—Se supone que debía revisarlos ayer. —Se murmuró a sí misma mientras desabotonaba mi camisa desde abajo.

Tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para no reaccionar ante el leve tacto de sus manos mientras revisaba la piel cocida de mi costado.

—Solo está un poco hinchado, no estás con antibióticos ¿Verdad? Porque entonces el vino de ayer no...

—No, ya te había dicho que no era nada grave.

Ella resopló ante mi tono divertido, sin embargo luego me dio una mirada preocupada.

—¿Estás bien? —preguntó—. Ya sabes... con lo de anoche...

—Eso creo —dije con honestidad—. ¿Tú?

—No tienes que preocuparte por mí.

—Yo siem...

—¡Aquí estás...! ¿Qué hacen en el suelo? —Guilia nos observó con curiosidad antes de hacer un gesto con la mano restándole importancia—. Como sea, Vesta, Ángelo estaba preguntando por ti para ponerte al día sobre el calendario de... de que fue que me dijo...

—¿De los periodos de revacunación? —preguntó ella colocándose de pie—. Algo vi en la caseta cuando tuve que inyectar al potrillo recién nacido.

Guilia asintió con la cabeza dándole la razón, luego sonrió cuando Vee se acercó a ella para saludarla con un corto abrazo antes de perderse por el pasillo.

Zagan (The Hellish Royalty #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora