NARRA JESSY
- Creo que las cosas se han salido de control... y prefiero morir aquí que seguir viendo tu maldito rostro...
- ¡Baja la maldita arma!
- ¡Estoy harta! ¡Estoy asqueada de existir en el mismo mundo que tú!
- No eres más que un peón en todo esto... ¿de verdad creías que podías cambiar algo de todo esto? Tu madre tenía razón, naciste para joder a todo aquel que...
Un ruido estruendoso se oyó, Tamara y yo nos sobre exaltamos y vimos caer el cuerpo de Amel al piso. La bala atravesó su cabeza y la sangre pintó la habitación... se había ido
- Maldita sea... -susurró Marcos
- Lo sé- dije
Los comerciales empezaron a correr y Mackenzie cambió de canal y Marcos se quejó para que lo dejara en el mismo canal.
Me levanté riéndome de la situación y me dirigí a la cocina, en el camino pude ver a Aiden y Mancini riendo afuera en el balcón. Se veían felices y muy cercanos.
Torcí los labios por inercia y reí por eso. Llegué a la cocina y me serví un poco de agua,
¿Estaban saliendo?
No nos importa.
Es cierto, no nos importa.
Pero es una chica muy linda.
Doblemente cierto.
Es gracioso, ahora que eres rubia a él de pronto le gustan las rubias.
Agh, cierra la boca.
No tengo.
Rodé los ojos y luego me reí. Quizá llegando a la ciudad debería pasarme por el ala de psiquiatría.
No te caería mal.
- Ah...
El ruido me hizo levantar la cabeza y Natalia estaba frente a mí, traía una expresión de gracia en el rostro.
- Venía por jugo...-aseguró-... puedo venir en un momento si estás... ¿ocupada?
Yo negué repetidas veces.
Maldita loca resultaste Jessy.
- ¡Dios, no! Solo estaba...-di algo
- Está bien -me cortó
- Por favor -dije haciendo un ademán de que la cocina era toda suya
Ella me dio una sonrisa y se adentró.
Joder, no solo era bonita, sino que también educada y agradable.
¡Latinas!
- Me gusta tu suéter -soltó de pronto
Yo la miré confundida pero luego analicé sus palabras. Mi suéter rojo con extraños muñecos cosidos por todas partes, sí, era bastante raro pero adorable.
Reí y le agradecí.
El silencio se instaló de pronto y sentí que si no decía algo la cosa se pondría incómoda.
Le di una vista rápida y vi que tenía pelusa roja en su cabello y luego recordé la manta de punto que la vi compartir con Aiden.
- Ah... tienes...-señalé su cabello con mi dedo índice e hice remolinos con este...
Qué estúpida eres Hofstadter.
Me acerqué a ella y retiré las pelusas y...
- ¡Oh no!
- ¿Qué pasa? -preguntó confundida
- Mi anillo, se atoró... ¡Maldición!
Traté de retirarlo con mi dedo de la forma más cuidadosa y escuché un quejido de ella y me disculpé como diez veces en cinco segundos.
- ¡Joder, Jessy suéltala!
- ¿Qué?
Tamara y Mackenzie se acercaron y entendí todo. Sí, la situación se veía extraña y sí, parecía que le estaba tratando de arrancar el cabello como si fuera una maldita loca.
¡Gracias suerte!
- No, no, no... -la voz de Natalia las hizo detenerse – me está ayudando, su anillo se enredó con mi cabello.
- Sí, sí, ¡exacto! ¡gracias! No estoy loca -miré a las chicas y ellas se vieron raras entre ellas y yo rodé los ojos-
Volví a mi labor y retiré el maldito anillo del cabello de Natalia y lo guardé en mi bolsillo.
Joder...
Había dos cosas que noté en este momento.
1. Su cabello era hermoso.
2. Ella olía a Aiden.
++
NARRA OLIVER
No, no, no, no.
¿Dónde estaba mi cargador? Maldito celular.
Salí corriendo en busca de Aiden para pedirle el suyo, no podía quedarme sin batería, no cuando no podía hablar.
Quizá era demasiado extremista con el tema de no hablar, pero mis cuentas se pagan con mi voz.
- ¡Mierda! -
El impacto del choque me hizo tomarla de la cintura en un microsegundo para evitar que se golpeara.
Joder, que animal.
- Es como si trataran de matarme
La miré confundido, ella se soltó de mi agarre y rodó los ojos.
Di algo, estúpido.
Ella se giró y se perdió por la escalera.
Bien, eso había sido un total fracaso. Creo que estaba de malas, desde que llegamos no la había visto... seria.
¿Habría pasado algo?