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Eran las 9 AM y Katsuki comenzaba a sentir un par de rayos de luz golpear su rostro. Refunfuñó ante la interrupción de su agradable sueño y se estiró con pereza a lo largo de la gran cama. Le costó un par de minutos despabilar, pero la sensación de que algo no estaba bien lo ayudó a quitar los restos de sueño de su cuerpo. Al no ver al pecoso que compartía cama con él la noche anterior posó su mano sobre su espacio. Estaba frío, se había levantado hace rato.

Con pereza se removió de la cómoda cama y notó el pijama arrugado a los pies de esta. Comenzaba a preocuparse, pero Deku no sería capaz de abandonarlo así, ¿Cierto?...

''¿Deku?'' Alzó la voz el rubio saliendo de la habitación. Se percató de que no había ruido alguno ni señales de vida en todo el apartamento y su corazón se estrechó, algo no estaba bien.

Apuró sus pies hasta llegar a la habitación de lavado, donde al instante notó que las prendas de Izuku ya no estaban ahí. ¿De verdad el bastardo lo había abandonado? Katsuki apretó la fábrica de su polera con uno de sus puños; su corazón de la nada sentía una puñalada.

Ante la idea de ser abandonado nuevamente como aquella vez donde se enteró de la ida de Izuku por el noticiero le erizó la piel, no podía pasar de nuevo; no después de lo que hicieron. No después de lo que le dijo.

Comenzó a hiperventilar, no quería sentirse así de nuevo, debía estar equivocado, Izuku no podría hacer esto de nuevo, no después de que sinceramente abrió su corazón de par en par con el peliverde para que sus sentimientos fuesen retribuidos. Con sus manos tensas encendió la TV de su sala de estar que rara vez ocupaba, al instante sintonizó Worldwide HeroTv, donde lo primero que vio en pantalla era la imagen de Izuku.

''Después de una gran semana de descanso del héroe japonés y ciudadano Americano Deku retornó a su hogar al ver visto en esta madrugada en el Aeropuerto, esperamos que vuelva y visite su tierra natal pronto!''

El bastardo no podía estar sonriendo frente a los paparazis en el aeropuerto, no podía dejarlo solo de nuevo sin aviso, sin despedirse. ¿Qué andaba mal con su cabeza?

Katsuki por primera vez en todo un año sintió una ferviente ira llenar su pecho, consumiendo sus entrañas desde dentro. Sus palmas sudaban nitroglicerina sin siquiera planearlo, de pronto un aroma acaramelado llenaba la habitación; su cuerpo solía reaccionar ante la ira con agresividad, por lo que su quirk se activaba sin siquiera planearlo.

Podría ir a muchas terapias de control de ira, pero el hecho de que jugaran así con su corazón se volvía insoportable, más cuando había puesto todo de sí por complacer a Izuku, quien sin pensarlo lo dejó solo, lo había abandonado, por segunda vez.

Katsuki no lo soportaría, le había resultado muy difícil superar lo ocurrido y no era capaz de hacerlo de nuevo, esta vez no podría hacer como si nada, Izuku la había cagado.

Tomó su celular con enojo dirigiéndose a las redes sociales del pecoso para checar sus actualizaciones. Gran fue la sorpresa cuando notó que había sido bloqueado de cada una de las redes, ¿Hablaba en serio este inútil? Abrió el chat de Eijiro, necesitaba el número del bastardo, no lo dejaría escapar tan fácil.

CHAT

-Tienes el número de Deku?

-Hola katsubro, para que lo quieres??

Lo tengo del grupo de egresados te lo envío en seguida, ves que es malo salirse de los grupos? 😉

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Reencuentro // BKDKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora