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Y me encontraba con el culo aplastado en una maldita silla, rodeado de personas que no conocía. Osea si me relacionara mas seguido con mi compañeros sabría algo de ellos, pero no era de muchos amigos, además de que muchas personas creen que soy aburrido o que me enojo con facilidad, y la verdad es que no se equivocan, pero si soy humano y también soy chistoso y en ocasiones me río. También eso va estrechamente ligado a mi condición, ya que si me relacionara con las personas, no podría reconocerlos. Sabría que son ellos si me lo dicen, pero no todos saben sobre esta peculiar condición.
En fin.
Me quiero ir a mi casa.
Desearía estar calentito en mi cama, durmiendo sin preocuparme de si me despertaré tarde o no.
— Akaashi, podría leerme el texto, por favor? — la voz del profesor me sacó de mi mundo.
Que? Estamos leyendo un texto?
— Por supuesto — mierda, que estamos leyendo. Miré hacia los lados y nadie estaba prestando atención! Y si preguntaba, lo mas probable es que quede en verguenza.
— Es la página cincuenta y cuatro — habló un chico de cabellos amarillos.
Gracias Dios!
Asentí y procedí a leer el maldito texto.

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Se había acabado la clase y no sabía si la cabeza me dolía por haber dormido poco o por el hambre. Una clase de las ocho y media de la mañana hasta las doce y media, era satánico y malévolo, ni el mismísimo diablo se atrevería a tanto.
Guardaba mis cosas y un chico de cabellos amarillos se me acercó.
— Así que si vamos en la misma universidad, es mas, vamos en la misma carrera — este habla y no sabía de que.
— Disculpa, pero que estás hablando? — fruncí el ceño y lo quedé mirando.
— Ayer, en el restaurant, tu atendiste mi mesa, no te acuerdas? — responde este.
— Atiendo muchas mesas en mi turno, podrías ser mas específico? — no iba a decirle: sabes, sufro de una condición que.. No, no, mi condición no me van a definir como persona.
— Perdón, primero me voy a presentar y quizás me reconozcas — dice este con aires de grandeza, pudiendo casi imaginarlo inflando el pecho — Soy Miya Atsumu — este esboza una sonrisa orgulloso y un silencio incómodo se formó.
— Ehm... Yo soy Akaashi Keiji — agregué mientras terminaba de arreglar y guardar mis cosas en la mochila.
— ¿De verdad no sabes quién soy? — se queja el chico agudizando la voz al final.
— Eres Miya Atsumu — respondo poniéndome la mochila, empeñado en huir de este chico tan raro.
— No! Osea, si! — exclama algo irritado — Pero no me refiero a eso — un signo de interrogación se dibujaba en mi frente y un grito de auxilio emanaba desde el centro de mi alma — Soy uno de los primero cinco en la carrera — agrega y el signo pregunta aún seguía explícito en mi rostro — Tengo un hermano gemelo pero el está estudiando medicina — sigue agregando — Una vez hicimos un trabajo juntos — que demonios, he hecho trabajos con muchas personas y ya no las recuerdo. Solté un suspiro y lo miré. Aquí vamos.
— Tengo prosopagnosia, no puedo reconocer rostros y por ello, no te reconozco — dije con algo de cansancio, ya que era cansador tener que explicar esto siempre — Si te atendí ayer, quizá lo recuerde pero no se si era tú — terminé, rascando mi nuca.
— Oh... — agrega este algo incómodo. Si, oh..
— Keiji, muero de hambre, será mejor que vayamos a comer o... — la voz de Suna se detuvo de la nada. Gracias angeles, dioses, universo por traerme a alguien para escapar esto.
— Hola, Suna — los ojos de Atsumu y Suna se clavaban, pero mas Suna lo clavaba, ya que el otro mostraba rasgos de incomodidad. Que estaba pasando aquí? De que me perdí?
— Bueno... Adiós Miya — pasé a su lado y fui con mi amigo, el cual no paraba de mirarlo mientras caminábamos hacia la salida del aula.

Todo el camino de la universidad al campus, Suna no dijo, salvo Konoha que no se callaba.
— Así que, soy libre esta semana — termina por decir mientras nos sentábamos en el pasto. En silencio sacamos nuestros almuerzos y podía sentir el ambiente pesado por parte de Suna. El sonido de la comida siento demolida por los dientes de todos era lo único audible, lo cual era muy raro, ya que el ambiente normal era Suna burlándose de Konoha, o Konoha y yo riendo de las desgracias de Suna, o Suna burlándose de mi "cara de póker".
— ¿Por qué estás tan calladito? Suna — pregunta Konoha apuntando su tenedor frente el rostro del chico y sonriendo.
— Keiji, que te dijo Atsumu? — al fin suelta una palabra.
— Nada importante, solo egolatraba su propia existencia y yo solo quería salir de ahí — respondí mientras picoteaba mi almuerzo. Sentía que había algo más — ¿Qué fue eso que pasó en la sala? — que mierda, lo iba a preguntar de todos modos. Un suspiro salió de la boca de Suna.
— Fuimos compañeros en la secundaria, más bien amigos, pero ya sabes, las cosas cambian conforme al tiempo — aahh, problemas — No éramos tan cercanos, mas bien era mas cercano a su hermano, pero de todos modos terminamos siendo cercanos, ya sabes — sabía que estaba hablando en general, pero la incomodidad de su voz y su lenguaje corporal decía muchas cosas.
— Sé que llevamos siendo amigos del año pasado, pero se pelearon o algo? — pregunta Konoha, provocando que el semblante de Suna cambiase de desinteresado, a un semblante de tristeza.
— No he hablado esto desde que entré acá, pero bueno, no puedo estar así para siempre — agrega jugueteando con sus dedos — Algunos de la tropa de "doctores" eran.. Osea, fuimos a la misma secundaria juntos y éramos amigos, o eso creía — la atención mía y la de Konoha se centraba solo en Suna — El hermano de Atsumu está ahí, uno de cabellos medio gris; Osamu, aparte de Kita, los demás chicos no los conozco — su vista estaba en el pasto y no levantaba los ojos de ahí — Desde el segundo año de la secundaria, Osamu y yo fuimos novios y bueno, el último año tuvimos muchos problemas y ya sabes, la vida no es color rosa y en las vacaciones terminamos — se notaba que le costaba hablar de eso ya que su voz temblaba un poco con cada palabra que decía — Yo tuve la culpa de que eso pasara y me alejé de todos, y bueno, acto seguido los chicos apoyaron a Osamu y quedé solo. No me autocompadezco, porque sé que la cagué, pero nunca había hablado de esto con nadie — la vista pegada al piso se levantó y nos observó.
— Pero quedaron en malos términos o algo así? — pregunté algo preocupado.
— No, de hecho intentamos volver pero nunca las cosas volvieron a ser las mismas y bueno, decidí alejarme por completo. Osamu me buscaba pero no lo tomé en cuenta, hasta que... Bueno, se rindió, supongo — un suspiro salió de su boca.
— Bueno, eso fue antes, sabes? Lo que ellos crean de ti, en lo personal no me interesa — dije encogiendo los hombros.
— A mi tampoco — añadió Konoha esbozando una sonrisa.
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One Week.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora