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Número desconocido.

Hola Suna, soy Osamu, disculpa que te hable a esta hora, pero necesito hablar contigo.

Si pudiera graficar todo lo que sentía con respecto a ese mensaje, sería una mezcla de colores abstractos y figuras poco entendibles, pero se que aquellos colores serían cálidos y darían una sensación de tranquilidad. Y las figuras representarían las miles de emociones que se formaban una sobre sobre la otra, dando la forma de muchas figuras ensimismadas.

Bien, ahora que mierda respondo, a ver cerebro piensa por favor, no la cagues.

¿Debería responder de manera amable? No, ósea si pero no, ya que en si, nunca he sido una persona "amable" y ser algo que no soy, es algo raro, y mas si es con él, ya que me conoce.

Mierda. Ya qué, que salga lo que Dios quiera. Dios, ilumíname o elimíname.

Suna

Hola, no te preocupes. Mañana puedo después del trabajo.

Osamu.

Bien, dime a que hora sales.

Mierda, mañana me tocaba el turno mas largo, quizá no pueda. O quizá si. Pero, ¿si le digo la hora y me dice que no? Mejor le dejo el visto, si, es lo mejor.

No! Quien dijo que era lo mejor? 

Suna.

Salgo a las 21:30.

Osamu.

Bien, ahí estaré. Solo dime donde trabajas. 

Las manos me temblaban y sudaba helado, maldición, sudo como un maldito puerco cuando estoy nervioso.

Después de enviarle la ubicación, me levanté de la cama y comencé a caminar por toda la casa, procesando todo lo que había pasado, tratando de calmar el revoloteo en mi estómago.  A estas alturas, no sabía si eran mariposas y caca, pero cualquiera de las dos me hacían querer ir al baño.

Espera....

¿Qué querrá hablar?

Ay no, ay no, ay no. ¿Por qué pensé en eso?

Soy mi peor enemigo.

.

.

.

.

Lo veía y no lo creía. Será que mi miopía no es miopía y es esquizofrenia? Porque me encontraba viendo algo digno de una alucinación.

Akaashi bajándose de un autobús junto a un chico de cabellos blancos con mechas negras, uno de los amigos del grupo de los "doctorsitos". Y se estaban acercando a mi. Jesús, será que me estás mandando señales de que el fin del mundo se está acercando?

— Hola Keiji — la mirada de este casi me decía "deja de mirar así", pero era muy imposible, ya que primero, este nunca se venía en transporte porque se pierde y segundo, Akaashi no es de muchos conocidos porque no los reconoce.

— El es Bokuto — le di una sonrisa y lo miré, pero al hacerlo su cara se me hizo algo conocida — El nos llevó a mi casa ayer — noo! mierda! que vergüenza, ya me odio de nuevo.

One Week.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora