CAPITULO IV Otra alternativa.

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Después de todo aquel evento, terminaron en la habitación, la que le asignaron a Dewis antes. Ambos se encontraban sentados en el sofá, uno frente al otro, al parecer su nerviosismo gano en esa ocasión. Ninguno se miraba y no era extraño luego de todo lo que había pasado hace solo un par de minutos atrás. Por eso mismo se encontraban en completo silencio, aquella habitación parecía más una sala de velatorio que cualquier otra cosa.

Ambos tenían sus propias cosas en la cabeza, pero al final, como siempre, su aterradora sincronización ataco de nuevo, provocando que sus miradas se encontraran. Se quedaron mirando un momento manteniendo el silencio que llevaban desde hace rato, por lo menos hasta que uno de los dos se dignó a hablar, Dewis había tomado el valor para decir algo en aquel tenso y pesado ambiente que estaban teniendo.

-Yo...

No llegó a terminar la frase porque fue interrumpido.

En un punto antes de que pensara en hablar, Kari se había levantado de su asiento y caminado en su dirección, al momento en que Dewis pensaba hablar y le regreso la mirada, el chico se encontraba cerca de él. No fue lo único que hizo, Kari llevo una mano a su mejilla y antes de darse cuenta le estaba dando un beso que él correspondió gustoso. Se besaron por un largo rato, dedicándole su debido tiempo al disfrute de la cavidad ajena, separándose solo cuando ambos se encontraban jadeando por la falta de aire. De nuevo sus miradas quedaron fijas en su compañero.

La boca de ambos se abrió ligeramente, como si pensaran decir algo, pero nada fue dicho.

Ambos se volvieron a besar, aunque en esta ocasión Dewis le rodeo con sus brazos, para cuando se vino a dar cuenta, se encontraba acostado en el sofá con Kari encima de él mientras continuaban besándose sin detenerse, parecía que esos besos no iban a tener fin. No solo se concentraron en besarse, sino que las manos de ambos decidieron disfrutarse del cuerpo ajeno, tocando por aquí y por allá a placer. Se volvieron a separar sin apartar la mirada.

-Yo quiero hacerlo hasta el final.

-Yo quiero hacerlo hasta el final.

Ambos lo dijeron al mismo tiempo, dejando escapar una risa por lo terrible de su sincronización.

-Hagámoslo correctamente... Vayamos a la cama.

Dewis se avergonzó de decir aquello, aun así, recibió una asentida de cabeza como respuesta.

Kari se apartó ayudando a Dewis para levantarse del sofá. Los dos fueron de la mano hasta la cama, pero no se sentaron o acostaron en esta, sino que se quedaron parados. Aunque esa no sería la primera vez que miraban el cuerpo de su compañero, los dos se sentían de cierta forma, tímidos ante lo que iban a realizar. Llegaron a la conclusión al mismo tiempo de que tenían que quitarse la ropa, así que sin mirarse comenzaron a hacerlo. Kari se encargaba de quitarse su propia ropa al igual que Dewis, pero sus miradas se encontraron en el momento justo.

Todo lo demás dejó de importar.

Se volvieron a besar mientras sus manos quitaban las prendas del otro de una forma un tanto salvaje, ignorando por completo si rasgaban o dañaban esta misma, lo único que importaba era quitar lo que les impedía tocar directamente aquella piel. Pronto la ropa estuvo por todo el suelo, al igual que los zapatos, los cuales a pesar de que Kari se los quito solo, en el caso de Dewis no fue así. Fue Kari quien le quito los zapatos y las medias a Dewis, antes de repartir besos por su pierna.

Cuando llego a cierto punto se separó para atrapar los labios de su compañero, quien lo recibió con los brazos abiertos. De alguna forma lograron llegar al centro de la cama entre toqueteos y besos. Desde hace mucho tiempo que ambos venían queriendo eso, no atreviéndose a terminarlo, pero luego de lo que vivieron, donde casi no se vuelven a ver más nunca, simplemente su autocontrol llego al punto crítico. Ya no podían solo contener su deseo por su compañero ni aguantar esa ligera tensión que siempre dejaban luego de sus encuentros íntimos.

Mi niño amadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora