En el momento en que iban a dejar el templo, pasó más de dos meses.
No fue sino hasta que traspasaron las puertas del templo que Kari se percató del hecho de que a las afueras del lugar, había todo un campamento. Tal parecía que los nobles mandaron a la mayoría de caballeros a esperar en las afueras, por si tenían que entrar en una disputa para recuperar a su gobernante. Para suerte de todos, aquello no se hizo necesario, ya que el nuevo emperador salió del templo en una sola pieza.
Después de varias discusiones con el sumo sacerdote y que completara sus plegarías, finalmente pudieron dejar aquel lugar donde a Kari no le gustaba estar y lo peor de todos es que no se debía a que fue mal recibido, sino más bien a la forma en que trataban a su compañero. Le molestaba enormemente que lo trataran como una divinidad y lo alabaran u obsequiaran cosas, eso le irrito de sobremanera, lo suficiente para que contara los días para dejar ese sitio. En cuanto al sumo sacerdote, Kari guardó el secreto de que en realidad podía hablar, porque el hombre solo lo hacía cuando se encontraban a solas, lo cual sucedía escasos momentos.
En el campamento fuera del templo se encontraba su hermana mayor, quien fue la que los recibió al momento de traspasar esa gran puerta. Evidentemente muchas personas se sorprenderían de ver en las afueras del templo al sumo sacerdote, aun así, prefirieron ahorrarse sus comentarios. Dewis tenía que decir que aquel traje con pantalones que cargaba Lelei se le veía muy bien, hacía que tuviera ganas de tener una lucha contra la chica. La hermana de Kari se arrodillo al igual que la mayoría de los caballeros, los más lejanos que veían el escenario solo hicieron una reverencia.
-Es bueno verlo de nuevo, emperador.
Dewis observo a Kari suspirar.
-Sí, lamento haberlos preocupado –dijo con una pausa -. ¿Cómo se encuentra la situación en la capital y los demás territorios?
-Se ha logrado reunir toda la información sobre el estado de los demás territorios., aunque la situación sigue inestable.
Suponía eso, no creía que todo fuese a mejorar en esos dos meses que duraron encerrados dentro del templo.
-Bien. Ordena que recojan todo, partiremos de regreso.
Lelei asintió con la cabeza para levantarse.
-Entendido –comento para girarse -. Es momento de recoger todas las cosas, regresaremos.
La voz firme de la chica al soltar aquella orden hizo que todos contestaran al unísono y sin dudar comenzaron las tareas para recoger todo el equipo, desarmando las carpas, preparando los caballos y demás cosas. Dewis se movió puesto que pensaba ayudar con las tareas de los otros caballeros, pero solo alcanzó a dar un par de pasos cuando su partida fue interrumpida, Kari le tomó de la mano antes de que se alejara.
-¿Kari?
No obtuvo una respuesta y Kari tampoco lo miró al principio.
Cuando Kari pareció que se decidió a decir algo, fueron completamente interrumpidos. Lelei apareció en medio de ellos y de un manotazo soltó el agarre que tenían ambos. Los dos se sorprendieron por el gesto de parte de la chica.
-Entiendo que no quieran separarse, pero hay prioridades.
Antes de que alguno de los dos pudiera decir algo, Lelei se llevó arrastras a Kari, dejándolo parado allí solo, por lo menos hasta que estuvo acompañado por Josh, quien casi le provoco un infarto.
-¡¿Qué?!
No pudo evitar soltar en su sorpresa.
-El sumo sacerdote me ha indicado que ayude... -dijo Josh inclinando su cabeza -. No sé en qué puedo ayudar...
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Mi niño amado
FanfictionDespués de los suceso ocurridos en la coronación, Dewis y Kari se dirigen al templo en busca de respuesta, pero nada es lo que parece y eventos del pasado traen consigo nuevas incógnitas. ¿Qué relación tiene el primer emperador con Kari y Dewis? ¿Q...