CAPÍTULO VI Antes de la embarcación.

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Mientras se encontraba en la habitación del emperador Dewis recordaba lo que sucedió unos días antes de atravesar las puertas del templo y lo que el sumo sacerdote les pidió.

Se encontraban en su habitación en el templo, la cual tenía que decir compartía con Kari, ya que este decidió que no volvería a su cuarto, nadie dijo algo en contra de aquel alegato. Estaban en aquel juego de muebles de la habitación como ya acostumbraban, teniendo un bocadillo mientras discutían sobre lo que harían a partir de ese momento. Ya habían tomado la mayoría de decisiones, pero había una cosa que faltaba, aparte de las plegarias del sumo sacerdote para que Josh pudiera salir.

-Por cierto... -dijo Jeiss mirando a ambos hombres -. Hay una tarea más a llevar a cabo antes de irnos.

-¿Algo más?

Kari frunció el ceño inevitablemente, el templo estaba siendo un dolor en el trasero a su parecer, haciendo muchas cosas molestas, aunque todo el mundo sabía el principal origen del enojo del emperador.

-Es un ritual, pero no como el de antes... -comento Jeiss -. En este lo que tienes que hacer es sacrificar a la sagrada escritura.

-¿Sacrificarla? ¿Eso es posible?

Aquella petición estaba siendo por demás extraña. La sagrada escritura representaba la mayor fuerza de la religión, aun así, estaban pidiéndole semejante cosa.

-Sé que puede ser confuso, pero es necesario.

-¿De verdad?

Jeiss asintió a la pregunta de Kari.

-Además, no es como si se sacrificara, solo volverá a su lugar.

Aquellas palabras evidentemente los confundirían a ambos. Jeiss se levantó de su asiento dejando la taza de té sobre la mesa.

» Josh y yo iremos a preparar todo.

-¿Aun si ni siquiera hemos aceptado?

Jeiss dejó escapar una risa ante la insinuación de Kari y se marchó sin agregar algo más a la conversación. En la habitación quedaron solo ellos tres, lo cual hizo que Dewis y Kari se quedaran en silencio esperando.

-Puede ser confuso –dijo el sumo sacerdote -. Pero no podemos dejar atrás a la sagrada escritura.

-¿Acaso no podemos llevarla así como esta?

El sumo sacerdote negó con la cabeza.

-Si lo hacemos, solo aumentaremos el riesgo de lo que estamos por hacer.

-¿Es correcto dejar el templo sin la sagrada escritura?

-Está bien, se dejara una especie de copia, nadie fuera del templo lo notara y todos los frailes saben que eso es lo que desea la sagrada escritura.

-De verdad que no terminó de entender lo que están haciendo –Kari revolvió un poco su cabello -. Pero creeré en tu palabra, espero no estar equivocándome.

Naelh sonrió un poco ante aquel comentario.

-Jamás haría algo que les afectara negativamente a ambos.

Aquello era la absoluta verdad, Naelh jamás haría algo que lastimara a las dos personas delante de él. Ese fue su juramento eterno, pasado de una vida a otra como sumo sacerdote.

-¿Qué debemos hacer?

Dewis preguntó ahora que habían aceptado hacerlo.

-Es algo que debes hacer tu solo.

-¿Qué? ¿Por qué de nuevo él?

La vena sobresaliente en la frente de Kari se acentuaba un poco más, estaba irritado de todo aquello, de que siempre parecía que Dewis tenía que hacer todo excluyéndolo a él. El sumo sacerdote inclino un poco su cabeza.

Mi niño amadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora