Teen Wolf - One Shots

Peter Hale young 2/?

— Entonces, cuéntame. ¿Cómo es que antes no me revelaste eso? — señaló las manos de T/N.
— No es algo relevante. Ya sabes que soy una mujer lobo, y con eso bastaba. — acomodó algunos mechones desprolijos por detrás de su oreja, para luego sonreírle de forma coqueta.
— ¿En serio piensas eso?
— Además, Deaton dijo que tenga cuidado contigo. Pues... siempre andas queriendo sacar provecho a todo. Eres parecido a un pariente lejano.
— ¿También era muy guapo?
— Claro, pero también era un hombre lobo.
— Impresionante.

A la joven Roux se le complicaba seguir la charla con Peter, pero, si de algo era capaz T/N, es de las mejores travesuras en su escuela. Por esto, desde donde estaba, logró un pequeño truco, haciendo que un bully tropezara con su almuerzo, a Peter, le resultó gracioso. Pero, T/N, obtuvo lo que quiso, pues se dio cuenta de que el muchacho Hale, estaba súper cautivado por la magia. Aunque no le molestaba, no mucho. Pues, desde que lo vio, se imaginó gobernando el mundo junto a él.

Las horas de la escuela pasaron rápido, a la salida Peter, le pidió una cita a T/N, ella claramente aceptó, y decidió que su cita fuera en el bosque. ¿Por qué allí?, se preguntaba a cada hora Peter, aunque ambos recorrían siempre el bosque, no pudo imaginar claramente el plan que tenía Roux. Para su suerte, el tiempo pasó rápido, y en un 2 x 3, ya estaba con su cita, encaminándose a los adentros del gran bosque de Beacon Hills.

Narra Peter:

T/N estaba preciosa, mucho más de lo usual, se había arreglado bastante para nuestra cita; su chaqueta de cuero cubría sus brazos y hombros, pero su vestido color verde esmeralda, detallaba su anatomía de la forma correcta, cualquiera que la vea ahora, explotaría hormonalmente. Y yo, lo estaba haciendo, pero trataba de contenerme, porque por supuesto, ella lo olería.

— Ejém... ¿qué quieres hacer?

Noté como nuevamente un color verde salía de sus manos, pero también como sus ojos pasaban a estar grises. Parecía que estaba haciendo un gran hechizo. Así fue, el lugar había cambiado por completo, la iluminación, los aromas, hasta habían algunos muebles donde sentarnos, y donde estaba la comida.
Quiera o no, captura cada vez mi atención, y creo, está yendo a más de mis límites.

— Esto... es... alucinante. — Mi vello corporal estaba de punta, realmente me había impactado.
— Gracias. — hizo un gesto como si de una princesa cortés se tratase.

Por un momento, en mi cabeza, pasó la idea, de que ella era una reina, digna de mí.
¿Seríamos los reyes?