El pasado

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Konohagakure, la universidad... Alma mater de muchos, deseo de demasiados. Pero la desgracia de ella...

-Buen día jóvenes. Lamento informarles que la señorita Haruno entró en coma tras su frustrado intento de suicidio, su situación médica fue dada a conocer por sus padres, por lo que se pide absoluta discreción.-

Todos se encontraban ahí, sus "amigos", la gente a quien brindó su confianza. Ese puñado de personas que se encargaron de su humillación, a base de engaños...

Vamos, Sakura... Sonríe para la cámara.

-¿Tiene permitidas las visitas, señora Tsunade?- ella sólo los miraba con desprecio. Supo por boca de su propia sobrina que todos se encargaron de hundirla en el abismo, al grado de ingerir pastillas para dormir y detener su sufrimiento.

Nadie podía decir nada, ni siquiera el, quien dijo llamarse su gran amor, solo para llevársela a la cama y hacer pública su intimidad. ¿Que caso tenía? Ella solo quizo terminar su sufrimiento quitándose la vida, y cuando despertase de ese coma, volvería su pesar.

Su círculo de amistades la motivaron para aceptar a su pretendiente, del que ella estaba enamorada, sintiendose insegura de que el la quisiera como su novia. Todo era perfecto para ella, se dejó envolver, conquistar, enamorar. Ella era una ingenua, y ellos, los arquitectos de su destrucción.

La señorita perfección no es más que una vulgar cualquiera, que se deja llevar a la cama por el primero que se cruza en su camino...

-Por el momento es primordial que su familia lo autorice primero. Debo añadir que sus parientes desconocen las causas que la orillaron a cometer tales actos. Así que, ahorrense la hipocresía. Buen día.-

Todos la observaron retirarse un tanto dudosos del porqué de su molestia. No era su pariente, ella solo era una alumna más y Tsunade la directora de la universidad. No había lazo que las uniera.

-Supongo que no lo saben, así que yo lo diré. La doctora Senju, directora de esta universidad, es la tía de Sakura... Ambas mantuvieron en secreto su relación para evitar conflictos futuros.-

Todos estaban sorprendidos, hasta asustados por las consecuencias que les traería amedrentar, hasta intentar suicidarse, a la sobrina de la directora. Pero, ya no existía manera de volver en el tiempo. Jugaron con sus sentimientos, con su poca entereza y, aun así, la palabra arrepentimiento no se dibujaba en sus caras, porque eso no resolvería nada.

¿Vas a seguir llorando como la estúpida que eres? Nadie te tomará en serio, solo mírate. Tuviste suerte que Sasuke te metiera en su cama, no vales nada...

-Me da lo mismo, yo ya obtuve lo que quería. Ninguno de nosotros le dio las pastillas, aunque de haberse muerto nos hubiera hecho el favor. Solo era una molestia.-

El quería quitarle la careta niña buena, de niña perfecta encerrada en su montaña de libros. La enamoró, la sedujo, la llevó a su cama y para el final botarla y tratarla como una cualquiera. La odiaba, la creía una hipócrita, una falsa.

(...)

Dos meses pasaron para ella que, igual que un muerto tendido en una cama, vivía en su sueño profundo, alejada de todos.

Tsunade se encargó de relatar todo a Kisashi y a Mebuki, destrozandolos por completo. Su pequeña estuvo sufriendo en silencio. Ella era una buena hija, una persona feliz y enamorada de la vida, tan pura y entregada a su deseo de ser doctora como su tía.

El matrimonio decidió no tomar represalias contra esos jóvenes, "la vida se encargará de ellos", aparte el odio no vivía en sus corazones. Así que su decisión fue que una vez ella despertase del coma, se irían a otro lugar, para olvidarse de esto e iniciar una nueva vida.

El tiempo les pasó factura a todos, al matrimonio por el sentimiento de desesperanza por no ver despertar a su más grande tesoro, y a esos "rifuanes" como Tsunade les decía, el cargo de conciencia de casi matar a una chica ingenua e inocente.

(...)

Han pasado cuatro meses desde que ella está en coma... No se ven mejorías en su semblante.

Su familia conformada por sus padres, su hermano mayor Yahiko y sus tíos, Tsunade y Dan, no perdían la esperanza de verla recuperada, andante y con ese rostro feliz. Aunque había días que ganaba la desesperación y deseo de desconectarla de los aparatos...

-¿Familiares de la señorita Haruno?- el doctor llamaba a las personas presentes en la sala de espera, solo querían saber que estaba bien.

-Sakumo, ¿Cómo está mi hija?- toda la familia estaba hecha un nudo de nervios. No querían malas noticias.

-Ella despertó, se encuentra estable y se le están dando alimentos ligeros... Necesitará rehabilitación física, por lo que mi hijo y colega kakashi vendrá para supervisarla.-

Todos los familiares salieron a prisa a la habitación de la chica. Esperaban verla sonriente, como si lo ocurrido solo hubiese sido una pesadilla. Pero al entrar a esa habitación, la observaron. Su mirada perdida, vacia y sin ápice de luz en sus pupilas esmeraldas.

Ella el notar gente en su habitación, dirigió su mirada a ellos. Su familia, toda su familia estaba ahí... Su corazón se rompió, su voz se quebró y sus ojos se llenaron de lágrimas.

-Lo siento... Lo siento tanto...

¿Chocolate? (kakasaku) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora