El primero de muchos pasos

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Así como empezaron, la amistad de Kakashi y Sakura continuó. Ella poco a poco recobraba su vida, y el, cumplía la promesa hecha a su gran amigo.

"Tu puedes Saku, ya pasó una semana y lograste sostenerte. Trata de dar unos pasos..."

"Saku, si logras caminar por el pasillo, te daré más chocolate..."

"Muy bien, Sakura. Tu mejoría es sorprendente, y en poco tiempo tendrás tu vida normal..."

Rápidamente pasó un mes en el que Sakura se volvía un poco quisquillosa a causa de su embarazo, ya que a pesar de no tener náuseas, sus antojos la hacían ver como niña pequeña y consentida.

" Mamá, papá... ¿No creen que puedan traerme un poco de fresas con chocolate y helado de vainilla?"

"Tío Dan, quiero un enorme tazón de ramen con tomate..."

"Yahiko, tu no me quieres. No quieres traerme mi rebanada de pastel..."

"Tia Tsuna... Quiero takoyakis. Yo se que tu me quieres y me los vas a traer... ¿verdad?"

"¡No, Kakashi... No me quiero levantar de aqui hasta que no me des esos chocolates!..."

-¿Estás lista para saber el sexo de tu bebé?- Kakashi siempre le daba ánimos con su terapia, que casi concluía, y con su embarazo. Dandole ese soporte que a veces podía necesitar, ya que había días en los que se deprimía por la clase de basura que era el padre de su bebe.

-Creo que preguntar eso está de más, ¿no lo crees, Kakashi?- ella le sonreía con todo ese cariño y agradecimiento que tenía para el, porque lo había logrado, el le estaba devolviendo la felicidad y ella se dejaba ayudar.

Caminaban a paso lento hasta llegar a la sala del ultrasonido donde el doctor Shiranui ya los estaba esperando.

-Pequeña Saku, mirate, te sienta la maternidad. Solo dime que este menso no te contagió el llegar tarde a todas partes.- claramente era una broma privada entre el y Kakashi, recordando los viejos tiempos de la universidad.

-Puedes quedarte tranquilo, Genma. Ahora a lo que venimos. No podemos tardar ya que le prometí a cierta persona que si se portaba bien le daría su barra de chocolate favorita. ¿No es así, Saku?-

-No hace falta recordarmelo, ¡Baka!- no había argumento en contra de esa afirmación. Así que solo se recostó en el camastro, descubrió su vientre con un poco de nervios y esperó a que Genma iniciara con el proceso.

Kakashi no dejó pasar la tensión que sentía su ahora amiga. Así que, tomo su mano en señal de apoyo y ella la apretó como respuesta. Este pequeño gesto no pasó desapercibido por Genma, pero, se ahorraría el comentario. "Ellos solos debían darse cuenta".

-Muy bien, veamos...- Genma exploraba el vientre de la chica, localizando al bebé que aún se encontraba en crecimiento. -Felicidades, Saku. Tendrás una hermosa nena, así que ya puedes ir pensando en un nombre.-

Sakura estaba feliz, tendría una niña, una pequeñita a la que amaba desde que supo de su existencia. Sería todo para ella, y con ayuda de su familia, crecería rodeada de amor.

Sus lágrimas de alegría no tardaron en aparecer, y Kakashi se atinó sobre ella para abrazarla y reconfortarla. Aunque el no se encontraba mejor, pero trató de mantenerse firme para ella.

-Gracias, Genma. No sabes lo feliz que me hace que todos ustedes estén aquí para mi. Eres importante para mi, no sabes cuanto. Bueno, ya basta de sentimentalismos, Kakashi y yo debemos irnos sino el se olvidara de lo que prometió.-

Kakashi apoyaba su agarre cuando abandonaban el cuarto de ultrasonido hasta salir del hospital. Subieron al auto de el y se fueron al centro comercial a comprar chocolates para ella.

Cualquier persona que los viera caminando no dudaría en pensar que ellos eran una pareja de enamorados. Su compatibilidad era sorprendente, destilaban calidez juntos, el le mimaba sus antojos y ella parecía pequeña a su lado.

Pronto pasaron por una tienda de artículos para bebé y el detuvo su paso, observando todo, enternecido por un pequeño mameluco rosa con orejas y rabito de conejo. Era perfecto para dar la sorpresa a la familia de ella. Así que no pudo resistirse y lo compró. "La primer prenda de bebé para la pequeña".

-Kakashi, es muy hermoso. Pero, no debiste, consintiendo mis antojos haces demasiado.- ella estaba maravillada con la ropita que el se había tomado tiempo de elegir para su hija. Y el brillo de sus ojos lo hacia feliz a el.

Mientras ellos estaban de lo más contentos, dando una imagen digna de fotografía y sin percatarse de nada a su alrededor, eran vistos por Mikoto Uchiha, quien de casualidad se encontraba paseando por el mismo centro comercial.

Después de que enviaron a Sasuke al extranjero y cubrieron sus acciones, nadie supo que pasó con ella, se desentendieron y punto. Pero verla ahí, radiante, feliz y a punto de tener a su nieto, porque no había que ser un genio para no concluir que ese bebé era de su hijo, hacía que algo se removiera en su interior.

"Sasuke, eres un completo idiota. Te irás al extranjero a terminar la universidad y, cuando regreses, entrarás de lleno a los negocios..."

"Esa niña no vendrá a dañar nuestra reputación, lo mejor es que nadie en ese hospital abra la boca. Dales dinero, amenazalos, haz lo que sea pero este incidente no debe saberse..."

No sabía como iban a reaccionar sus parientes, por lo que era mejor guardar esta información en secreto. Tal vez, algún día, su hijo se daría cuenta de sus actos y ella le diría esto. Por el momento, era mejor callar.

Con un nudo en su pecho y sentimiento de agonía, dejó de ver a la chica y a su acompañante y siguió su paso, alejándose de ahí. ¿Que clase de persona era su hijo?

(...)

Sasuke era el mismo. Arrogante, egoísta, sin ninguna pizca de empatia y ahora, estando lejos de su familia, hacia y deshacía a su antojo sin que nadie pudiera detenerlo.

Durante este tiempo fuera, dedicó su tiempo a ser un alumno ejemplar, pero, toda chica que se acercaba a el terminaba en su cama. Era una vida de lujos, excesos y mujeres que cualquier playboy desearía tener. Se sentía el rey del mundo, imparable.

Había olvidado a Sakura, había conseguido lo que quería. Se sentía satisfecho de desenmascararla, porque esa niña buena no era nada de lo que aparentaba. El quería raspar el oro hasta sacar el cobre y una vez conseguido su objetivo, sacó a la luz lo que había hecho con ella, volviéndose la burla de la escuela, acosada, asediada, amedrentada.

El intento de suicidio de ella lo tomó de sorpresa, pero nunca se arrepintió. A estas alturas ella seguiría en coma o tal vez este despierta, no le importaba nada que tuviera que ver con ella.

El tenía claro que regresaría algún día, y tal vez la volvería a ver, aunque eso era improbable. Es cierto, nunca se había preguntado que haría ella para vengarse, por lo que debería estar preparado para lo que sea, y si tenía que recordarle quien era Sasuke Uchiha, lo haria.

¿Chocolate? (kakasaku) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora