Episodio 06.

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Cada persona que fue testigo de mi mala fortuna caminaban directamente con el hombre que me ayudo todos en su mayoría hombres, le ofrecían un apretón de manos mientras lo enaltesian alardeando lo siguente.
— no había visto nada igual eso solo lo hacen los buenos jinetes.
Yo estaba muy confundida no entendía el comportamiento de estás personas por un momento creí que llegarian a preguntar cómo me sentía, o por lo menos fingir que estaban  preocupados por mi bienestar, tal parece que les interesaba más lo que acababa de hacer este sujeto.
En eso una mujer anciana con un lento andar fue la única que se me acercó, me froto la espalda y pregunto ¿ hija como estas ?
— estoy bien, gracias solo fue el susto.
Respondí.
En realidad estaba echo un verdadero asco así era como me sentía el fango había humedecido cada hilo de mi vestido, lo había estropeado totalmente pero la linda acción de aquella mujer me  fue suficiente para ignorar de algún modo mi situación y coger valor para quedarme y no salir corriendo.
Aquella anciana puso sus arrugados y regordetos dedos sobre mi mentón y levantando  mi rostro dijo.
— tranquila hija lo importante es que tú estás bien, cuídate mucho y fíjate bien por dónde caminas.
— claro lo haré.
En ese instante se escuchó un portazo muy fuerte, era sr Harry quien al verme cubierta de fango y estiércol apresuró su paso y muy preocupado se acerco, me puso una manta y me cogió de la mano llevándome hacia atras de la panadería, apartándome muy  lejos de la visita de todos aquellos que me había ignorado.
Su aparición sucedió cuando yo más lo necesitaba, no pudo ser más oportuno.
Llegamos a una pequeña habitación, en el fondo de esta había un pequeño balde con agua, lo vi y corri hacia el mientras oía a sr Harry  ordenar a una de sus empleadas  que trajeran mantas y algo de ropa.
Sr Harry estaba muy cerca a través del agua logré ver si reflejo y como secaba un par de lágrimas escurridizas, me sentí mejor al saber que por lo menos eran dos personas  las que se habían preoucuparon por mi.
Enseguida se acerco una señorita consigo traía más agua y un vestido, mismo que muy amablemente me ofreció.
— señorita Víctoria espero sea de su medida.
sonriendo y acariciando su cabello agradecí su gentileza y cogí la prenda.
De inmediato ambos salieron del cuarto a pesar que estaba segura ahí dentro por unos instantes las dudas de que alguien pudiera verme me hacían sentir incómoda a si que cogi el valde y lo puse frente a la puerta y enseguida volví a vestirme tan rápido como pude.
Me tomo algo de tiempo asegurarme que todo estuviera en orden y cuando decidí abrir la puerta sr Harry estaba apunto de llamarme, di un par de pasos hacia fuera mientras el se quedó ahí parado mirándome fijamente casi sin parpadear.
En ese momento mi pena y frustración se desvanecian y yo agradecida con un fuerte abrazo volví mutuo aquel afecto.
Un poco más tranquila y atusando mi cabello le di las gracias por el vestido y después nos enfrascamos en una mediana plática.
El tema principal de está fue para tratar de convercerme que volviera a trabajar con el en esta ocasión no era para volver a ocupar mi viejo empleo amasando la masa ahora me ofrecia por completo el mando total de la panadería, la oferta era muy buena el dinero que ganaría seria muy mayor a lo que estoy acostumbrada sin dudas era una opción que no podía desperdicar y aún más  tomando en cuenta mi situación actual.
Quise saltar de alegría estaba a solo una respuesta para que la vida de Elizabeth y la mia cambiarán, pero no todo fue alegría de pronto hubo algo que llamo mi atención entonces comencé a cuestionar a sr Harry en base a mi percepción prácticamente se estaba haciendo a un lado la idea de que estuviera enfermo me aterro un poco entonces pregunté.
—¿ Esta todo bien ?
Sr Harry sacudió la cabeza indicando con autoridad que su salud era buena y qué lo que realmente lo orillaba a dejar su puesto no tenía nada que ver con situaciónes de esa índole, entonces se me acerco más y con tono bajo dijo.
— el negocio requiere mucho tiempo mi cuerpo ya no es el mismo de antes y últimamente apenas y me sobran energías para llegar y cenar en muchas ocasiones me he sentado solo en la mesa pues es demasiado tarde y a esa hora los tesoros de mi vida están dormidas Louise me ha reclamado muchas veces y lo peor es que tiene razón.
En su argumento sr Harry se mostró muy triste por el reclamó de su esposa lo volví a abrasar y le dije que para el siguiente día le tendría una respuesta  que ahora debía irme.
Sr Harry se paró y ordenó que trajeran un canasto de pan para mí y yo lo besé agradecida.
En este tipo de situaciones es cuánto alimento más la idea de que dios también es cruel, sr Harry siempre me ha dicho que el hubiese sido el hombre más feliz del mundo si fuera mi padre y yo la mujer más afortunada siendo su hija pero también es cierto que para que eso suceda no es necesario que por nuestras venas corra la misma sangre, creo que las personas que están destinadas a ser parte de nuestra existencia lo harán a la hora y en el momento exacto.
Más adelante en el camino de piedra iba yo cuidando celosamente mi canasto lleno de pan como si fuese un tesoro, era una zona muy solitaria que solo conducia hacia mi casa, raramente recibo visitas así que me pareció muy extraño que un jinete y su caballo andarán por el mismo camino  estábamos solos y al ver qué se acercaba cada vez más de inmediato en un trance.
Ultimamente en el pueblo se había escuchado algunos rumores la mayoría de  estos narraban  robos a las salidas del pueblo  y muerte para aquellos que se resistieron, a pesar de haber escuchado crueles asesinatos decidí no alarmarme, estiré mi cuello levanté la mirada y seguí adelante, cuando estos estuvieron lo suficientemente cerca de reojo vi que este descendio al suelo y con riendas en manos comenzó a caminar y yo acelere mis pasos, segundos después el hombre que caminaba frente a mis espaldas comenzó a tararear lo que parecía ser un fragmento de alguna vieja canción que decía lo siguiente.
" Y cuando estés triste, tu pecho duela y tus ojos me extrañen solo espera que vuelva la noche ve al cielo y en el punto más brillante me encontraras.
tarareo una y otra vez aquellas hermosas palabras para decir verdad no sé cuántas fueron las veces que lo hizo, a partir de aquel momento no recuerdo muy bien lo que sucedió, la imagen de una mujer cargando a una niña cantándole bajo la lluvia ocupo mis pensamientos, mi mente se nublo y mi cuerpo no se movía mas
Entonces aquel hombre se dirigió a mi.
— recuerdas, me recuerdas Víctoria.
Mi mente me mostró demasiadas imágenes en algunas de ellas identifique por su voz a este hombre y pude saber que de alguna forma ya nos conocíamos.

Victoria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora