Un llanto conocido proveniente de haya afuera me hizo correr hasta salir al pasillo, afuera me encontré a Oliver el hijo menor de Josephine quien tristemente y con labios resecos lloraba frente a mi puerta.
levanté al pequeño Oliver y le ofrecí cobijo sobre mi pecho, con un timbre suave intente distraerlo preguntándole ¿ Que era lo que le ocurría ?, Mientras caminábamos hacia dentro.
Josephine la vecina de enfrente era una mujer muy amable y hogareña y al igual que casi todas las amas de casa del vecindario sufría los estragos de la mala economía que nos azotaba a nosotros los pobres y a toda la clase baja
Y peor aún siendo madre de 3 hijos, seguramente Josephine y su familia llevaban varias horas sin probar bocado, cada vez que esto sucede Oliver sale a tocar las puertas buscando un alma generosa quien le brinde un trozo de pan para saciar su hambre.
Cuando el pequeño Oliver se disponía a contarme su situación alguien llamo a mi puerta, era Josephine quien asustada y cansada preguntaba si su hijo había llegado conmigo.
Intenté calmarla desde un principio pero ella me complicaba esa tarea pues no dejaba de hablar muy desesperada, finalmente logro hacerlo cuando vio a Oliver comiendo pan detrás de mi, la invite a pasar y en el trayecto ella bajo su cabeza, tomo mis manos y me ofreció una disculpa por lo sucedido, yo acepte sus disculpas y me dirigí al comedor cogí el pan y retire un par de piezas para mi y el resto lo puse en sus manos como muestra de amistad.
Josephine por un momento se negaba a recibir mi ayuda, argumentaba que no podía llevarse toda mi comida que no le parecía justo, yo insistí le dije que no se preocupara y que regresará a casa a compartir el pan con sus demás hijos aprovechando que estaba recién horneados y aún calientes.
Josephine tomo del brazo al pequeño Oliver y con una sonrisa y feliz regresaron a casa, mientras yo volvía a preparar un poco de té y disfrutar del pan del sr Harry. El agua comenzaba a hervir cuando de nuevo alguien llamo a mi puerta, pensé que tal vez Josephine había olvidado algo, abri la puerta y para mí sorpresa no era ella, frente a mi estaba Elizabeth una vieja amiga que por sus gestos faciales pude saber que no venía bien emocionalmente, le di un fuerte abrazo y de inmediato le invite a pasar.
Al parecer está mañana no habría tiempo para disfrutar de mi pan favorito, verti un poco de manzanilla sobre el agua caliente y movía para disolverlo mientras preguntaba a Elizabeth ¿que la había traído hasta aquí ?, Elizabeth no paraba de llorar y solo me imploraba ayuda mientras cubría si rostro con sus manos y movía su cabeza, cuando la vi en mi puerta supe que las cosas no estaban bien pero ahora se que no estaba equivocada le ofrecí una taza del té, me senté a su lado y le dije que tratara de calmarse.
Más tranquila y después de media taza de té la abrase, hace dos meses que no la veía le hice saber que la he extrañado mucho, sentí que mi corazón quería escapar de mi pecho cuando ella me hizo saber que también me había echado de menos pues la última vez que estuvimos juntas tuvimos una pequeña discusión, vamos cuéntame le dije.
Elizabeth agachó más su cabeza no hallaba las palabras o el coraje para explicarme su problema, siendo honesta no me extrañaba de ella pues siempre fue una jovencita un poco insegura y ante la situación tome iniciativa, todo esto tiene que ver sr Alexander, pregunté. Elizabeth nerviosa y levemente alterada comenzó a hablar asumiendo que en efecto su situación involucraba a este hombre, tome su rostro e hice que me viera a los ojos y ella solo dijo "estoy embarazada".
—¿ El lo sabe ? Pregunté .
— fui a su trabajo pero no tuve suerte y después de varias vueltas decidí esperarlo casi todo el día a unas cuantas cuadras de su casa, el mostró un poco de felicidad al verme pero cuando le dije sobré esto su forma de comportarse cambio y casi me aventó me dijo que jamás volviera a buscarlo que el no era el padre y que me deshiciera del bebé, yo solo salí corriendo devastada no sabía a dónde ir y llegué aquí contigo.
Decirle que muchas veces le había advertido sobre ese hombre no ayudaría en nada a si que cogí mi pañuelo y seque sus lágrimas, por el aspecto de su vientre su embarazo no pasaba de más de 3 meses entonces pregunté ¿ Que es lo que piensas hacer ?. No lo sé, no tengo un techo fijo, mucho menos trabajo y en mi estado nadie querrá darme un empleo. Tenía razón Elizabeth es una joven de tan solo 21 años y por su poca experiencia y mala fortuna le han destruido su vida si Alexander no se hace responsable nadie absolutamente nadie la verá con otros ojos, simplemente la sociedad la seguirán viendo como lo han hecho siempre y como lo que somos unas prostitutas.
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Victoria.
RomanceMi nombre es victoria soy una mujer atrapada en una cárcel de la cual es imposible escapar, el amor de un hombre prohibido me libera.