11.-Si se encuentra con esa persona nuevamente, asegúrese de no tener desprecio, el rencor mata el alma. Él lo perdió a usted y lo rencores no dejan fluir las cosas.
Hay poca gente dentro del restaurante, el frío y la lluvia han ido ahuyentando a las personas hasta hacerlas menos. Piensa lo cómico que es el lugar, a pesar de tener poca gente y un poco de frío colándose por la puerta; paceré ajetreado y lleno de movimiento a donde sea que voltee.
Llegó más temprano que de costumbre, salió muy temprano del departamento porque sus piernas le pedían no quedarse quieto, dio muchas vueltas a las calles entre las gotas de lluvia mientras el tiempo pasaba. Ahora, ahí, justo a la hora acordada más cinco minutos, no puede mantener los pensamientos quietos.
Ah... si, está nervioso.
Cree sentir algo como mariposas en el estómago, solo que más salvajes que quieren hacerlo vomitar.
Escucha a las pocas personas hablar y otras reír, pasos que acercan y luego se alejan. Mantiene la vista puesta en la tasa de café, pensando en qué dirá, cómo reaccionará y si no era mejor dejar las cosas mal para que cada quien hiciera lo que pudiera desde su trinchera. Enfrentar un problema de frente, es toda una tarea de valientes y, ciertamente, él no se ha creído valiente, no cuando se trata de Eren.
Lo ve llevando un gorro de colores y una bufanda roja, como aquella vez que lo reencontró en el café después de años de perderse. Ninguno sabe que decir, cómo comenzar.
Eren se sienta frente suyo, tiene ligeras gotitas de agua impregnadas en su ropa y la nariz roja por el frío.
Bien, ¿Quién empieza?
—Hola —dicen los dos al mismo tiempo, uno más alto que el otro.
No es mal inicio, porque ninguno de dos sabe qué esperar del otro. Es decir, hace unos días se besaban, luego se gritaron lo que es el dolor de una persona confundida y la otra herida, ahora tratan de arreglar las cosas. Son altibajos muy raros dónde en una situación normal de "mejores amigos", ya no entra en la palabra.
Ambos lo saben, y ninguno sabe cómo hacerle frente.
Eren se sienta frente a él, se quita el gorro lleno pequeñas gotas de lluvia, pide algo de pasta con queso a la camarera. Ninguno de los dos habla, ni se mira.
Los platos con comida chocan dentro del lugar, está ajetreado por la lluvia. Todo parece incómodo.
Eren desea nunca haber marcado si las cosas se pondrían así, pero también está feliz, porque Levi aceptó verlo, arreglar su desastre, intentar de nuevo, y aunque escuchó la voz de Mike al fondo, quiere pensar que quizá todo fue fruto de error.
—Así que Rusia, ¿he? —dijo Eren, picando el plato de comida una vez que llega—. Creí que odiabas a las personas altas.
—A ti no te odio —contestó Levi.
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SUN
RomanceEran amigos desde pequeños. Levi era el mejor amigo de Eren, ya saben. Lo apoyaria en todo a pesar de que pase el tiempo. A pesar de que lo irrite y lo haga enojar. A pesar de que Eren se vaya a casar y Levi no sepa porque le duele tanto. LevixEren...