4.- Asegúrese de tener series que ver y películas que repetir.

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4.- Asegúrese de tener series que ver y películas que repetir, es mejor con un bote de palomitas.
5.- Tome muchas agua, siempre ayuda con la deshidratación por las lágrimas y ayuda a cerrar las heridas.

"Todo fluye"

§•§

Los granitos de sal se comenzaron a meter entre sus uñas dejando los dedos grasos y resbalosos, chupó cada uno y después limpió la saliva contra su pantalón; repitió el proceso el proceso otras cinco veces llevándose más palomitas de maíz a la boca y limpiando la grasilla en la tela de su ropa.

—Deja de hacer eso —dijo Levi mientras le entregaba servilletas y toallitas húmedas.

—Yo lavo mi ropa, no tú. Déjame en paz.

—Quien ha estado lavando tú ropa soy yo, así que cállate y limpiante las malditas manos en algo decente.

Llevaban maratón de películas, Eren siempre había querido ver películas de terror y después Disney para poder dormir bien. Levi había aceptado cualquier cosa con tal de pasar un buen rato... el caso era, que con Eren todo era un buen rato.

—Voy a la cocina, ¿quieres algo? —dijo Levi.

—Quiero otro bote de palomitas y otro vaso de refresco.

—Llevas dos botes.

—Pero quiero más.

Levi le dio esa mirada que hacia cuando sabía que algo estaba mal pero lo hacía de igual manera. Antes de levantarse, Eren le dejó un beso en la mejilla muy cercano a los labios.

La cosa era, que desde el primer beso en los labios al ritmo de How deep is your love, los besos habían sido algo que Eren había comenzado a hacer por las mañanas al despertar, cuando él regresaba de trabajar y cuando estaba distraído como en aquel momento; no hacía más que algo tranquilo, a veces en la mejilla, otras veces muy cerca de los labios y otras definitivamente sobre los labios.

Y Levi a veces hacía lo mismo, pero solo cuando Eren dormía. No hacía más que un pico lento. No pedía más mientras ambos acomodaban lo que sea que sintieran que los hiciera darse besos.

Hanji había dicho que era amor reprimido, Erwin que era momento de aceptar más que una amistad. Pero entre sus opiniones, Levi se perdía entre lo que debía y no debía ser.

Mientras el Ackerman metía más paquetes de palomitas al horno de microondas, el castaño recibió la primera llamada de Armin en semanas, contestó sin hacerlo esperar mucho saliendo directo al pequeño balcón donde estaba la planta de fresa y otras que Eren había conseguido a lo largo de la semana.

—Hola, ¿cómo va todo por allá?, esperaba que llamaras hace una semana.

— ¿Podemos hablar un poco? —la voz no era de Armin, pero sí el número de celular. Sintió nauseas en el estómago y un sabor amargo que recorrió toda la garganta, pero claro que reconocía aquella voz.

—Jodete Farlan, ¿cómo conseguiste el celular de Armin?

Eso no importa —sí claro, porque el que tu ex prometido robe el celular de tu editor y marque tu número no tiene la menor importancia—, dame cinco minutos para poder hablar.

—No. Te veré cuando vaya a recoger mis cosas. No hay nada de qué hablar.

Eren, hablemos de esto, por favor. Déjame arreglar las cosas, solo... dame tiempo.

—Mala suerte Farlan, ve a darle explicaciones a Isabel o a quien quieras. Para ti no tengo tiempo, voy a colgar. —Dentro del departamento, Levi ya había regresado a la sala con las palomitas y un plato de comida.

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