Paginas arrancadas

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Yo ni siquiera tengo mi propia atención,
Tú dices: "por favor, nunca cambies"
Pero tú no me quieres de la manera en la que soy.

Yo ni siquiera tengo mi propia atención, Tú dices: "por favor, nunca cambies"Pero tú no me quieres de la manera en la que soy

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=Pasado=

La batería del celular estaba muriendo; Eren, desde siembre había tenido la costumbre de mantenerlo al límite hasta que este muriera. Ahora, mientras miraba las llamadas perdidas de su madre, pensaba que había sido un milagro que el celular muriera y no tener que escuchar los constantes consejos de cómo llevar su nueva vida.

Farlan había escogido el departamento, era demasiado grande, casi no tenía ventanas, por tanto el aire se encerraba haciéndolo bochornoso; con muchas habitaciones que, seguramente se llenarían de polvo porque no había con qué llenarlas; se encontraba en un séptimo piso, cosa que también le desagradaba porque temía a las alturas desde pequeño.

Le disgustaba aquel lugar que debería de haber sido su nuevo hogar y, aún así, trataba de ver el lado positivo: estaba con Farlan, había sido reclutado en una editorial y podría llegar a tener un perro o un gato.

Farlan entró a sala.

—Hola hermoso —dijo—, es lindo, ¿no crees? —se refería al departamento. No muy contento, Eren dijo:

—Sí, es lindo.

—Queda cerca del la ciudad centro —mucho ruido, pensó Eren—. Pensé que sería buena idea para ir a tu trabajo.

—Gracias.

Después de besarlo, dijo:

—Lo que está en esas cajas, pensé que podríamos tirarlo, ¿qué opinas?

—Son cosas de la carrera, voy a conservar algunas —Farlan hizo una mueca y salió del cuarto dejándolo con los montones de cajas de la mudanza

Ahí estaba otro punto, él odiaba la carrera de Eren. Nunca se lo decía, pero las insinuaciones donde hacía menos su trabajo y su estudio, siempre salían. Eren realmente pensó en cambiar de carrera cuando estaba en el tercer año, acaparaba mucho tiempo y Farlan se lo reprochaba; después de mucho, dejó el pensamiento, pero nunca estuvo fuera de platica dejar una parte que él amaba de sí mismo.

Así, comenzaron a pasar los días en una vida que se hacía cada vez más complicada de respirar.

Comenzaron las noches en las que no podía dormir por más que lo intentara, con el sentimiento de que algo lo mirara agazapado desde el piso, esperando que bajara la guardia para hacerle daño.

No se sentía seguro en aquel lugar, se lo dijo muchas veces a Farlan y este pasaba del tema porque creía que Eren solo buscaba el pretexto para cambiar de apartamento; fue haciendo menos los problemas de su pareja.

El sentimiento de que había fallado en cada cosa que había logrado, entró quedito, haciendo nido en su pecho, complicándole la respiración unos días, haciéndolo sentir miserable en otros.

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