VII

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Slash llegó hasta sus pies una vez se había ido, y la joven se levantó para volver a su habitación, tomó su teléfono móvil y guardó el número de Rick en su agenda.

- Mejor espero a mañana para mandarle un mensaje ¿no? - le preguntó a su gato- Sí, tienes razón, mejor mañana.

Era domingo y hacía un día perfecto para salir a pasear, así que Louise se vistió y se calzó unas deportivas y salió a la calle para dirigirse al parque principal. Una vez allí, se percató de que había una feria local, así que se acercó a los puestos y se quedó mirando unas pulseras hechas a mano. Ensimismada en uno en particular, salió de su pensamiento cuando notó que alguien detrás de ella dijo Lo que ella quiera entregando un billete a la tendera. Se giró para ver el rostro sonriente de Rick, iba de paisano, con una camisa azul y unos vaqueros y una gorra que tapaba los rizos cortos de su cabeza.

- Hey - dijo Louise percatándose de que Rick miraba sus labios.

- Hey - contestó el Sheriff - Hace un día precioso ¿verdad? - a lo que Louise asintió. La tendera entregó la pulsera a Louise y Rick directamente ayudó a colocarla en su pequeña muñeca. Rozar sus manos con la piel de ella era una sensación indescriptible, de atracción y ternura. - perfecta - dijo retirando las manos de su brazo.

- Gracias - dijo sonrojada.

- ¡Miss Rigby! - Louise miró detrás del cuerpo del Sheriff viendo cómo el pequeño corría hacia ella.

- Hola Carl ¿Cómo estás? - dijo revolviéndole el pelo.

- Bien ¿y usted? Tío Shane nos contó que te habían atacado - el rostro del niño mostraba preocupación y sus gestos eran exactamente iguales a los de su padre, detalle que le hizo enternecerse.

- Estoy mejor, gracias. Tu padre me ayudó mucho - dijo sonriéndole a Rick.

- Yo también lo haré, siempre que esté conmigo no tendrá que preocuparse. - dijo Carl posando su mano en el hombro.

- No hace falta que me hables de usted, Carl - dijo la joven profesora riendo.

- ¡Carl! ¿Cuántas veces te tengo que decir que no puedes salir corriendo de mi lado? - llegó Lori enfadada mirando directamente a su hijo.

- Mamá, es la señorita Rigby, quería saludar - se justificó el niño.

- Ni aunque sea el rey de Roma - dijo fulminando a Louise con la mirada - no vuelvas a hacerlo - el niño asintió. Louise miró a Rick que estaba con la cabeza baja, como avergonzado y enfadado, quizá ambas, pensó la profesora.

- Bueno... v-voy a dar un paseo. Nos vemos - dijo asintiendo — pórtate bien - dijo señalando al pequeño.

Louise pasó el día por la feria, pero no se montó en ninguna atracción, desde pequeña tenía pánico a ellas. Así que cuando se encontró cansada, pidió un hot dog y se sentó a la sombra de un árbol sobre el césped.

Se sobresaltó cuando una bola de papel golpeó su cabeza y cayó sobre su regazo. Al levantar la mirada observó a un Rick riendo caminando hacia ella.

- Voy a pensar que me estás siguiendo -dijo riendo la profesora, a lo que Rick contestó guiñando un ojo. - ¿Dónde está Carl? - no se atrevía a mencionar a su mujer.

- Se han ido a casa - dijo Rick incómodo rascándose la nuca.

- Ah... - fue el único sonido que pudo emitir.

- Sí, Lori no es muy fan de las atracciones y tampoco estábamos de humor - comentó sentándose junto a ella.

- Yo tampoco soporto las atracciones - dijo Louise jugando con un trozo de hierba, miró a Rick que estaba levantando una ceja divertido. - cuando era pequeña fui con el colegio a un parque de atracciones que hay en Bristol. Montamos en una montaña rusa, pesaba tan poco que casi me caí de la atracción en varias ocasiones, desde entonces sólo me monto en la noria o en los coches de choque...¡Ah! Y el túnel del terror. - dijo Louise sonriendo de oreja a oreja.

- Yo odio el túnel del terror - dijo Rick riendo.

- ¡No me lo puedo creer! - Louise estaba sorprendida y divertida. - Oficial Grimes, ¿asustado por unos disfraces? - dijo con voz seductora.

- Entro en el túnel del terror contigo si te subes a la montaña rusa conmigo - propuso Rick jugando con el césped como ella.

- Ni de coña... - dijo Louise negando.

- Venga, Lulu, por favor - dijo juntando las palmas rogando.

- ¿Lulu? - dijo riendo a carcajadas. El Sheriff le dio un leve codazo para que no se riese del apodo cariñoso que le había dado. - ¿Qué gano yo?

- Te dejaré abrazarme cuando tengas miedo - Louise se sonrojó, cada vez se lo ponía más difícil.

- ¿Y qué te hace pensar que quiero abrazarte? - dijo levantando una ceja. Rick miró hacia el suelo negando con la cabeza. - Además, no sé si a tu mujer le hará mucha gracia...

- Creo que Lori perdió ese derecho cuando volvió con un chupetón en el cuello que no le hice yo - comentó levantándose algo molesto.

- Lo siento - dijo Louise tomando la mano del Sheriff. Se levantó tras él y tiró de él. - ¿Vas o no vas a dejar que te abrace en la montaña rusa? - esa pregunta hizo que el Sheriff sonriese levemente y asintiese.

Una vez subieron a la montaña rusa, Louise no paraba de maldecir, estaba aterrada y Rick tremendamente divertido, riendo al lado de ella y tomando su mano.

- No te va a pasar nada - le dijo dibujando círculos con su pulgar sobre el dorso de su mano. - no dejaré que te pase nada. - pasó su brazo por los hombros de la profesora.

- Te arrepentirás de esto, Grimes - él negó riendo.

Louise se pasó toda la atracción agarrada al pecho del Sheriff con los ojos cerrados.

- Ya ha acabado - comentó Rick. Cuando abrió los ojos, la profesora vio que mentía, estaban a punto de enfrentarse a una bajada.

- ¡Te odio! - gritó aferrándose a su cuerpo mientras notaba cómo su pecho vibraba riendo.

Louise salió de la atracción en cuanto esta paró y Rick salió tras ella que aún temblaba de miedo. El Sheriff la abrazó por detrás y plantó un beso en su cabello.

- Te dije que no te pasaría nada - le recordó caminando al mismo paso.

- Vamos al túnel del terror - ordenó la profesora.

Una vez dentro, la joven reía al ver a los actores y se enterneció al ver cómo Rick instintivamente la protegía cuando sentía una amenaza. Al acabar el recorrido, se subieron a la noria. Las vistas de la ciudad desde lo alto eran preciosas, ya que podían observar el atardecer ante sus ojos. Ambos sentían nervios en el estómago, de esos que algunos llaman mariposas y es que la atracción que sentían el uno por el otro era inevitable. Cuando la noria les dejó en lo más alto, Rick dirigió su mirada a Louise, pudo ver cómo las luces anaranjadas iluminaban el rostro de la chica y hacían que su pelo se viese cada vez más como si de fuego se tratase, su nariz respingona y su rostro lleno de pecas, se había vuelto la kriptonita del Sheriff. Inconscientemente, este se puso a jugar con algunos mechones de pelo que caían sobre su hombro, enredándolos entre sus dedos. Louise se giró para verle, haciendo que sus miradas chocasen la una con la otra y se sonrojasen. La profesora se inclinó y le dejó un beso casto en la mejilla.

- Gracias - murmuró Louise.

- A ti - dijo colocando uno de los mechones detrás de su oreja.

Al bajar, fueron a comprar algodón de azúcar y lo compartieron mientras caminaban hacia la casa de la profesora. Se sentían cómodos y ambos sabían que lo que habían hecho era como una cita prohibida. Llegaron hasta la puerta y compartieron un silencio en el que ambos no podían parar de sonreír y mirarse a los ojos. Se inclinaron para juntar sus labios, pero cuando casi lo habían conseguido, pararon, sabían que no estaba bien, Rick se iría con su familia después de esto y ninguno de los dos sentía que era el momento adecuado. Rick se quedó paralizado, maldiciéndose a si mismo y a su situación. Sin embargo, Louise decidió cortar aquella distancia y dejar un beso en la comisura del Sheriff, provocando que soltase un gran suspiro cuando se separó de él.

- Buenas noches - comentó avergonzada metiéndose en casa y cerrando la puerta tras ella antes de que él pudiese contestar.

Officer Friendly (Rick Grimes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora