Adrien
Díez años antes...
Había terminado una tarea que me había dejado mi profesor particular y empecé a sentir hambre, así que decidí bajar a la cocina.
Apenas llevaba dos escalones bajados, cuando llegó a mis oídos las notas de un piano, específicamente mi piano. Baje lo más cauteloso posible para reclamarle a la persona que haya roto mi indicación de no tocar o acercarse a ese instrumento, pero grande fue la sorpresa que me llevé.
En el asiento frente al piano estaba de espaldas una pequeña niña de vestido rosa con su cabello azabache hasta el final de la espalda, tocando "Let It Go" de Frozen.
Mi enojo se alejó y quedé hipnotizado con su destreza en las notas, para tener ocho años era muy poco los errores que tenía. Me acerque al lado de ella y no me importó sentarme en el suelo, no quería ni distraerla o alejarme, únicamente deseaba que el tiempo se detuviera para contemplar esa dulce melodía. Lamentablemente todo tiene su fin y la canción no fue una excepción, todo el tiempo que estuvo tocando sus ojos cerrados con una gran sonrisa que solamente se quitaba por una milésima de segundo al equivocarse, al terminar abrió lentamente sus pequeños ojos y me atrapó viéndola.
La expresión que tuvo en su rostro era una imagen que guardaría por el resto de mi vida; sus mejillas estaban completamente rojas, sus labios se abrían y cerraban muy rápido como si quisiera decir algo sin tener la sola idea.
—Lo siento, se que es prohibido tocar tu piano, pero estaba aburrida y necesitaba ensayar.—Agachó su cabeza para evitar que viera como apretó sus ojos, antes de que unas pequeñas lágrimas escaparan.
«Pequeña...»
—Hey, no hay ningún problema en que lo utilices. Nuestro personal de servicio lo tiene prohibido, pero tú no.—Admití y me senté junto a ella para tomar su rostro y quitar las nuevas lágrimas.
Ella abrió sus ojos y me observó con asombro.
—¿D-de verdad?
Asentí y la cargué para sentarla sobre una de mis piernas.
—¿Quieres que te enseñé a no equivocarte mientras tocas con los ojos cerrados?—Pregunté.
—¡Sííí!—Respondió con gran entusiasmo.
Reí antes de acercar mi mano derecha a las teclas.
—Antes de todo debes conocer a la perfección las notas que tiene la canción. Y después ensayar para agarrar práctica. ¿Entiendes?
Movió su cabeza confirmando y la sujeté de la cintura con mi mano izquierda, para evitar que se resbalará.
—¿Puedo intentar?—Preguntó tímidamente.
—Claro. ¿Quieres te ayude?
Negó y empezó a tocar la misma canción.
Ahora que tenía los ojos fijos en las teclas, ya no se equivocaba. Entre más avanzara la canción, mayor sonreía.
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HI, DADDY (Adrinette) | +18
Fanfiction[Pausada temporalmente] La sociedad y nuestros padres nos imponen límites morales, éticos y sociales que no debemos traspasar. Pero... ¿Qué sucede si tus propios padres te han ocultado algo que es prueba fundamental para saber que tú tentación prohi...