01. Salvaje y Adictivo [ChanBaek]

CAPÍTULO TRES

EL HUMANO QUE QUERÍA COMERSE AL LOBO

El silbar de la bala cruzó a escasos centímetros de su cabeza.

En realidad, si no hubiese sido por el enorme y pesado cuerpo que se cernía sobre, BaekHyun estaba muy seguro de que su cráneo estaría atravesado de lado a lado por una bala que quien sabe de dónde carajo venía.

Su respiración era apenas superficial. El peso extra sobre su cuerpo le hacía el trabajo mucho más difícil, sin embargo, la sensación le daba una mínima de seguridad cuando su vida estaba en peligro... Otra vez.

BaekHyun ni siquiera sabía cuánto tiempo pasó en el que solamente se escuchaba el ulular de los búhos acompañados de los latidos de su corazón acompasado con el del hombre sobre él.

Cuando el miedo latente comenzó a abandonar su mente fue plenamente consciente del cuero duro y caliente que se pegaba al suyo.

Y como si fuera un maldito adolescente, el mero pensamiento de tener a un hombre tan cerca fue suficiente para excitar cada rincón de su sistema nervioso.

El aroma masculino y terroso, que si bien no era tan fuerte como lo recordaba, nubló su juicio como una droga tan fuerte que lo dejó noqueado de un segundo a otro. 

Se estaba poniéndose tan duro que era doloroso tener su miembro presionado contra la fría tierra de las montañas.

— Si sigues frotando tu bonito culo contra mí, juro que no me haré responsable de lo que estoy pensando en hacerte... Compañero. — BaekHyun jadeó tan vergonzosamente cuando aquella voz ronca y profunda le gruñó su advertencia al oído.

— Santo infierno. — murmuró sin aliento cuando se dio cuenta que efectivamente su trasero estaba frotándose descaradamente contra los duros abdominales de semejante hombre.

En definitiva estaba loco.

Loco, loco, loco y muy caliente.

— Bien, creo que ya están lejos. Comentó cuando no escuchaba nada a los alrededores. — Será mejor que comencemos a correr. — su cerebro no tuvo el tiempo suficiente para procesar correctamente las palabras el hombre cuando esté, cual muñeca de trapo, lo lanzó sobre su hombro y comenzó a correr a través del desolado terreno árido.

– !¿Qué te sucede idiota?! ¡Soy perfectamente capaz de correr por mi cuenta! — se quejó a con su rostro clavado en la ancha espalda del hombre. No estaba seguro de que lo pudiera escuchar debido al viento que rompía en sus oídos por lo increíblemente rápido que se movían pero BaekHyun estaba dispuesto a seguir quejándose hasta que el sonido de una bala volvió a resonar en medio de la montaña. Sintiendo como su sangre se helaba del miedo al ver a un lobo marrón del tamaño de un oso que salió de algún lado persiguiéndolos con los dientes pelados en son de amenaza. — ¡¿Sabes qué grandulón?! ¡Olvida lo que dije! ¡Sigue corriendo! – gritó a todo pulmón mientras daba palmaditas apurándolo o lo que sea que eso logrará.

— Maldita sea. — haciendo todo lo contrario a los gritos desesperados de BaekHyun el hombre paro en medio del bosque y lo puso en el piso. — ¡Corre lo más lejos de puedas y buscar un lugar seguro! — le gritó desesperado.

Por un segundo, el pequeño chico se perdió en la belleza de semejante hombre.

Sus rasgos duros y definidos cual Dios griego. Su piel perlada por las gotas de sudor y sus cabellos cayendo alborotados por su frente.

Todo un Dios griego, el pensamiento lo atravesó como un rayo muy fuera de lugar.

Lo que lo sacó de su estupor fue el furioso ladrido de la bestia que se acercó peligrosamente a ellos.