CAPÍTULO UNO

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LEJOS DE CASA Y CERCA DEL INFIERNO

Su cuerpo ardía.

Hacía demasiado calor.

En serio, la temperatura de su cuerpo estaba llevando a niveles que ni una creatura como él podría soportar.

¿Es que a caso no era maldito invierno en ese lugar?

Aún en la inconsciencia, podía percibir su cuerpo fatigado. Era una sensación tan ajena a él que simplemente no sabía como describirlo con las palabras correctas.

Intentó mover sus manos, o en realidad, cualquier parte de su cuerpo, pero nada parecía responder.

Esto ya comenzaba a ser desesperante.

Él realmente estaba experimentando esa emoción a la que solían conocer como frustración.

Era como estar en atrapado en el averno ardiente y doloroso a donde todos los pecadores iban a sufrir por el resto de la eternidad.

Sus ojos seguían fuertemente cerrados y aunque quisiera abrirlos parecía algo que no estaba bajo su autoridad.

Jodido infierno en el que se encontraba.

Al paso de los segundos, sus sentidos parecían estar despertando con pereza exasperante.

El sonido de su pesada respiración opacó cualquier otro ruido a su alrededor. La oscuridad que lo había acompañado estaba difuminandose y lo único que sus ojos podían distinguir eran dos orbes de un verde esmeralda tan bello que por un segundo el calor insoportable se borró de su mente y lo único que sentía era su acelerado corazón tronando con tanta fuerza que dolia mucho.

Dolía tanto que podría gritar de agonía.

— ChanYeol. — susurraron.

Era la voz más suave que en todos sus años de vida había escuchado.

Era hermosa.

Como un bálsamo para un alma herida.

— ChanYeol. — volvió a escuchar. Pero esta vez había algo diferente en aquella voz. — ¡ChanYeol! — irritante. — ¡Por un demonio! ¡Despierta ya maldito Alfa holgazán! —  el estruendoso llamado a las puertas de sus oídos lo hicieron despertar con un vergonzoso grito que sabía todos en la casa habían escuchado.

— ¡Maldita sea, SooYoung! !¿Qué te sucede?! — maldijo y lanzó una de las almohadas de su cama a la delgada chica que lo miraba molesta.

Para su mala suerte SooYoung logró esquivarla.

– ChanYeol, tu habitación está demasiado caliente y tú estás empapado en sudor. Inclusive, puedo decir que huele horrible. — reclamó mientras movía sus pies de un lado a otro abriendo todas las ventanas.

El repiqueteo de sus zapatos era fastidioso.

ChanYeol tocó su pecho desnudo y se dio cuenta de que su hermana tenía razón. Su piel estaba ardiendo, literalmente.

Llevó su mano a la nuca en un gesto pensativo. Tal vez intentando encontrar una solución.

Jamás había pasado algo igual. Era extremadamente raro.

01. Salvaje y Adictivo [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora